Por primera vez en tres años, Graciela y Silvino tuvieron frente a sus ojos a los ocho jóvenes acusados de matar a su hijo, Fernando Báez Sosa. Los papás del joven asesinado a golpes en la puerta de un boliche en Villa Gesell fueron los primeros en declarar en el juicio que comenzó este lunes.
Máximo Thomsen; Lucas, Ciro y Luciano Pertossi; Ayrton Viollaz; Matías Benicelli; Enzo Comelli y Blas Cinalli presenciaron la primera audiencia y escucharon ambas declaraciones tras un intento de su abogado por suspender el juicio, que el Tribunal no dio lugar.
Todos permanecieron quietos, con la mitad de sus rostros cubiertos por barbijos. Llegaron esposados y escoltados por 13 policías.
El juicios seguirá hasta el 31 de enero y se prevé el testimonio de 170 testigos, entre ellos los amigos de Fernando que presenciaron el violento hecho y también recibieron golpes, y Julieta Rossi, la novia del joven asesinado.
Desde que ocurrió el crimen, Julieta Rossi se mostró siempre al lado de los papás de Fernando, incluso fue la impulsora de marchas en las calles y pedidos de Justicia en las redes sociales. También estaba en Villa Gesell cuando ocurrió el homicidio y este martes dará su testimonio sobre lo sucedido.
La historia de amor de Julieta Rossi y Fernando Báez Sosa
Fernando Báez Sosa y Julieta Rossi cursaban sus estudios secundarios en el colegio Marianista. Si bien no iban al mismo curso, tenían amigos en común.
En febrero de 2018 participaron en el denominado Proyecto Servir en el que, a través de la institución donde estudiaban, realizaban tareas sociales en distintos lugares que lo requieran.
Meses después, en marzo de 2019 y luego de que Fernando la acompañara a una clase de tango -ya que Julieta es bailarina- y la invitara a su casa a ver una película, él le propuso formalmente ser novios.
En paralelo, planificaron estudiar la misma carrera en la universidad. Al principio ambos se habían inclinado y anotado por Derecho. Sin embargo, Julieta optó luego por arquitectura, pero a mitad de ese 2019 se arrepintió y volvió al plan inical y cursaría junto a Fernando.
Sólo pasarían 10 meses cuando llegó el trágico enero de 2020 y aquella brutal golpiza de una patota de rugbiers que terminó con la vida de Báez Sosa.