“Éramos inseparables, eramos una familia feliz”. Esas fueron las primeras palabras que Graciela Sosa, la madre de la víctima, pronunció ante la jueza, en el marco del juicio por el asesinato de su hijo.
"Era una ángel. Trajo la alegría a nuestras vidas, era todo felicidad”. Y agregó entre lágrimas que “Fernando era un chico feliz, humilde”.
La mujer dijo: “Mi hijo tenía su boleto para regresar [de las vacaciones], pero mi hijo no regresó”. En este momento, la madre de Fernando, recuerda cómo se enteró de la muerte de su hijo y no pudo parar de llorar. “Siento tanto no haber podido defenderlo”, dijo entre llantos estremecedores.
“No entiendo, no comprendo, nunca aceptaré óomo chicos de la edad de Fer le hayan hecho esto. Lo atacaron por la espalda, lo tiraron por la espalda, le reventaron la cabeza... ese cuerpito tan lindo que tuve nueve meses en mi panza”, continuó.
“Para mí fue ayer que recibí la peor noticia de mi vida, a veces pienso que es una pesadilla, que venga alguien y me diga que no es verdad… Pero no es así, Fernando está muerto. Soy una mujer acabada, sin vida, sin ganas de vivir. No sé de dónde saco las fuerzas. Extraño tanto esos abrazos”, se lamentó.
“Ya nada tiene sentido”, dijo la madre de Báez Sosa. Mientras Graciela Sosa hablaba entre llantos.
En los momentos más dramáticos de la declaración de la madre, la jueza Castro, que cumple la función de presidenta del tribunal, le preguntó: “Señora, ¿quiere parar un poco?”. Graciela prefirió continuar.
“Todo cambió para nosotros. Este dolor es eterno, No lo voy a recuperar nunca. Era la alegría de mi vida. No entiendo por qué nos pasó esto. A veces me siento culpable de haberlo mandado a ese lugar, pero también se merecía [las vacaciones]”, explicó Graciela finalizando su declaración.