“Desde que estoy detenido me tratan como si fuera el ‘Chapo’ Guzmán y soy inocente. Temo por mi vida. En el penal no puedo hacer nada solo y la gente me mira muy mal”, declaró Miguel “Miguelón” Figueroa, el supuesto narco tucumano que ayer le dictaron la prisión preventiva por seis meses por un doble homicidio y por el que estuvo prófugo dos años.
Los 10 días de encierro del acusado hicieron mella en su espíritu. En la audiencia que se realizó ayer se lo notó menos belicoso y hasta, por momentos, se puso el traje linfático. “No me están tratando bien. Tuve un ACV, tengo presión alta y un riñón perforado (supuestamente por un balazo). Ayer (por el lunes) me llevaron al hospital Avellaneda. No sé si por el problema renal o porque no me están haciendo los masajes linfáticos que requiero porque hace poco me hice una lipoaspiración”, explicó cuando declaró. Señaló además que la única adicción que sufre es “amar a sus hijos”.
También sabe que su situación procesal se complica diariamente. Por los delitos que está acusado podría transformarse en el primer tucumano en recibir tres cadenas perpetuas por diferentes hechos. Sus defensores Aníbal Paz y Javier Lobo Aragón lo saben y ya comenzaron a esbozar una estrategia. El primer profesional adelantó que solicitará la unificación de las causas. Ese sería el paso previo a solicitar un juicio abreviado para que se le dicte esa condena, pero con la condición que se revise su conducta a los 20 años para lograr salir en libertad antes de los 25 años.
El proceso
Figueroa está acusado de cometer tres homicidios. Todos relacionado a un cruento plan para vengar el asesinato de su hermano Gonzalo Figueroa, hecho ocurrido el 15 de diciembre de 2020 que originó un verdadero baño de sangre.
En esos días, fuentes policiales y judiciales confirmaron que al velorio de la víctima llegaron personas de otras provincias para acompañar a “Miguelón”. No habrían sido parientes, sino proveedores de la droga que supuestamente comercializaba el líder del clan en la capital y en el interior de la provincia. Vecinos indicaron que los narcos se habían ofrecido a aportar hombres y armas para vengarse del crimen. Pero Figueroa rechazó esa posibilidad y anunció que él mismo se haría cargo. También anticiparon que se produciría un baño de sangre en la zona.
“Miguelón”, según la acusación, no tardó mucho tiempo en concretar su venganza. En una calurosa siesta del 18 de diciembre, el líder del clan Figueroa, acompañado por otros tres hombres, a bordo de un vehículo, se presentaron en la casa de los Almirón. Dispararon sin piedad y las balas que salieron de sus armas acabaron con la vida de Héctor Gabriel Amaya (33) y a Leonardo Sepúlveda (26) e hirieron además a G.G (12), Maximiliano Limdon y Franco Galván (26). Todos eran parientes de los acusados del homicidio registrado dos días antes y que no habían participado en el hecho.
Ramiro Exequiel Ledesma (18), salvó su vida en el ataque del 18 de diciembre porque segundos antes de que comenzara la balacera había entrado al baño de la vivienda. Antes de que se cumplieran tres meses del doble homicidio, el joven había sido citado por una chica de 19 años para un encuentro amoroso que se concretaría el sábado 13 de marzo. A la hora señalada, un automóvil se detuvo frente a él. El vehículo, según el expediente, era conducido por “Miguelón”. A su lado, estaba un joven, y en el asiento trasero, la muchacha. Ella se bajó, señaló a la víctima y el hombre que iba en el asiento de acompañante, hizo lo mismo con una pistola en la mano. Disparó 10 veces; seis proyectiles impactaron en el cuerpo de Ledesma, que intentó escapar. Murió al día siguiente en el Centro de Salud.
El fiscal Ignacio López Bustos investigó el caso. Probó que Alexis “El Sucio” Íñigo (27), uno de los mencionados en la causa del doble homicidio, había sido el autor del homicidio. En tanto que identificó a Jimena Fernández (20), pareja de Figueroa que está esperando un hijo suyo. El primero ya fue condenado a prisión perpetua y la joven, que está cumpliendo arresto domiciliario por su condición, está cerca de ser enjuiciada por el mismo caso.
La caída
El acusado fue detenido el domingo 18 en una estación de servicio en la capital de Salta. Tres días después fue trasladado en medio de un fuerte operativo de seguridad a la provincia.
El jueves fue sometido a la primera audiencia, por el crimen de Ledesma. El auxiliar Guillermo Di Lella, con instrucciones de López Bustos, lo acusó de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego, en calidad de coautor. Solicitó que se le dictara la prisión preventiva por seis meses, planteo que fue aceptado por el juez Alejandro Valeros.
Ayer, Figueroa se sentó otra vez en el banquillo de los acusados, pero en esta oportunidad, desde el penal de Villa Urquiza. El auxiliar Miguel Fernández, siguiendo las instrucciones del fiscal Carlos Sale, le imputó el mismo delito y también consiguió que el juez Bernardo L’Erario Babot también le dictara la prisión preventiva por seis meses.
En esta causa, los testigos identificaron a cuatro personas, pero la fiscalía sólo pudo probar que dos habían participado en el doble crimen. Ellos son Figueroa y otra persona que su identidad se mantiene en reserva porque aún está prófugo. Los otros dos mencionados fueron Alexis Íñigo (el mismo que fue condenado por la muerte de Ledesma) y un tal Sotelo, pero fueron descartados al comprobarse que el primero estuvo internado en el Centro de Salud y el otro, detenido en un calabozo de Bolivia.
“Miguelón” también dijo que no había participado en este hecho y que los autores serían otra familia que tiene su mismo apellido y que vienen manteniendo un enfrentamiento con los Almirón.
El acusado también indicó que ese día él había ido a comprar un cajón de pollos para que su familiares hicieran empanadas. El local al que concurrió, según declaró, fue “El Faraón del Pollo”, el negocio de Juan José Piero Pinna, el ex rugbier tucumano que se encuentra detenido por un homicidio registrado en Mar del Plata y que, según confirmaron varias fuentes, podría estar vinculado a grupos narcos.