El teatro rompe fronteras físicas para ser inclusivo con las discapacidades

El teatro rompe fronteras físicas para ser inclusivo con las discapacidades

El Instituto Nacional de Teatro impulsó un concurso para reformas en las salas independientes y así contemplar distintas limitaciones del público.

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Cuando en las expresiones artísticas se piensa en el público, al igual de lo que pasa en tantas otras actividades, se lo hace desde una perspectiva general, sin prestar especial atención a quienes padecen discapacidades. Pocas salas independientes en el país están suficientemente adecuadas para recibir adecuadamente y permitirle a las personas sordas, con limitaciones de traslado, ciegas o con algún otro problema, una experiencia agradable y satisfactoria.

Un simple relevamiento mental en Tucumán arrojará, por ejemplo, que hay más teatros con escaleras empinadas que con rampas o que la ausencia de aros magnéticos (para hipoacúsicos) es una excepción, incluso en el campo de lo estatal. Menos que menos pensar en baños donde puedan entrar una silla de ruedas.

Por este motivo, desde el Instituto Nacional de Teatro (INT) se impulsó un concurso federal para otorgar subsidios de hasta $2 millones pensados en “eliminar o minimizar las barreras que limitan la participación de toda persona” a las salas. El dinero, específicamente (no puede ser derivado a otro destino), estará orientado a cubrir gastos de adquisición de sanitarios accesibles; señaletica (en braille y en pictogramas); recorrido de baldosas podotáctiles; iluminación cálida regulable con dimmer; modificaciones para reducir el ingreso de ruidos de la vía pública o la altura de la boletería; adecuación de espacios en dimensiones accesibles para personas usuarias de sillas de ruedas; adquisición de mapas táctiles, pasamanos, rampas, aro magnético, insumos y tecnología para la audio descripción, entre otros.

La iniciativa original pensó en  otorgar 12 subsidios, dos por cada una de las regiones teatrales del país, para espacios de hasta 300 espectadores; pero en la decisión final se redistribuyeron los recursos ya que hubo provincias sin inscriptos o que no cumplían con los requisitos. Así, se otorgaron 11 aportes, cuatro de los cuales fueron para el NOA, pero ninguno para Tucumán: tres recayeron en Jujuy, para las salas Teatro Estación Perico, Teatro y Espacio Cultural Red Mote y La Mar en Coche; y uno en Salta, para La Ventolera.

Los otros espacios seleccionados fueron: en la región Centro, Área 623 (Capital Federal), Teatro El Séptimo Fuego y el Centro Cultural Viejo Almacén El Obrero (provincia de Buenos Aires); en el NEA, el Galpón de la Murga del Monte (Misiones); en Nuevo Cuyo, Títeres en Serio (San Juan) y en Patagonia, Teatro La Juntadera (Chubut) y Espacio Teatral Teneas (Neuquén).

De este modo, el NOA fue la región más beneficiada del país, lo que marca una tendencia acerca de la pujanza de la actividad teatral de la zona. El propósito es volver a hacer la convocatoria próximamente en sucesivos llamados hasta lograr que en cada una de las provincias haya, por lo manos, una sala accesible.

De Tucumán hubo una presentación en el concurso, pero no reunía los requisitos de admisibilidad contemplados en la convocatoria para prosperar y ser evaluada por el jurado nacional.

En conjunto

El proyecto se impulsó como parte de los acuerdos alcanzados con la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), que trabaja específicamente en el área. La vinculación desde el INT estuvo a cargo de la tucumana Nerina Dip, quien fue miembro del Consejo de Dirección del organismo artístico como representante del Quehacer Teatral hasta principios de ese mes.

El tema tiene tanto peso institucional que fue abordado en una mesa especial en la reciente Fiesta Nacional de Teatro en el Chaco, pensando en otro aspecto también crucial: “La inclusión cultural de artistas con discapacidades. Un recorrido sobre la participación en la cultura, la inclusión laboral y el acceso a obras teatrales”, a cargo del representante de la Andis Germán Ejarque (ver “La barrera...”).

En ese contexto se presentó además la obra “Deshojados - unipersonal de un actor ciego”, del cordobés Ariel Astrada.

Así, lograr que un discapacitado llegue al teatro es sólo una primera etapa; que sea protagonista sobre el escenario es igual de importante.

La visión de la tucumana Nerina Dip

Como miembro del Consejo de Dirección del Instituto Nacional de Teatro (INT), Nerina Dip fue uno de los motores del acuerdo con la Agencia Nacional de Discapacidades (Andis), que permitió el concurso de readecuación de salas y otros proyectos en carpeta. “Mi balance de lo hecho es mucho más que positivo. En particular, este concurso va a repetirse en los próximos años porque la idea es de que al menos haya una sala accesible por provincia. Es la meta y la institución está comprometida con ella. Es una inversión nueva y necesitamos trabajar mucho en la difusión y en la militancia de los próximos llamados”, destacó la teatrista tucumana. La acción en este campo continuará sin descanso; aunque Dip ya no tiene cargo en el INT, en enero será parte del encuentro entre Gustavo Uano (titular nacional del INT) y Germán Ejarque y Alan Robinson por la Andis, para planificar todo 2023 entre ambos organismos. “La convocatoria a salas fue lo más visible de la acción conjunta, pero hemos trabajado en muchas otras iniciativas, como capacitaciones a cuerpo político, peritos y jurados, y en el plan editorial, donde habrá material sobre el tema a publicarse pronto y además para facilitar la accesibilidad de nuestras publicaciones. Es un ambicioso proyecto interinstitucional, que abarca muchas ideas”, insistió. Sobre el plan de adecuación, reconoció que “algunos teatros no llegaron a presentarse pero confiamos en que seguramente lo harán en una nueva convocatoria; hay varios espacios en el país que han incluido la discapacidad en su agenda y queremos tanto acompañar procesos ya iniciados como también para quienes se interesan a partir de la convocatoria”. “Lo más importante es que sean espacios administrados por una ONG y que se garantice que haya comodato o sean propietarios del lugar, lo cual no es muy frecuente; estamos priorizando este concepto en los llamados a fondos de infraestructura. De este modo, las personas podrán disfrutar de esa inversión en los próximos 10 años”, concluyó.

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