La palta sintió el golpe al comercio frutihortícola, pero logró salvar el año

“Todos los actores del mundo de la fruta coinciden en que el año que está por finalizar fue uno de los más complicados para el comercio frutícola. La palta, la ‘niña bonita’ de las frutas, no se salvó de esto”, señala en su informe Betina Ernst de Topinfo.

El documento subraya que los últimos años fueron más que exitosos para las paltas. En todo el mundo la producción y su comercio se expandieron a pasos agigantados, y este fuerte plus fue absorbido por una demanda que también creció de forma explosiva.

Dentro de este contexto, hay que destacar que, en contra de las leyes del marketing, los precios se mantuvieron estables e, incluso, mejoraron, a pesar del constante aumento de la disponibilidad. Los mayores precios se explican por una mejora en la calidad y porque se ofreció cada vez más palta premadurada. “La compra de la palta es impulsiva, responde a un entusiasmo en el momento del consumidor. La palta premadurada permite que se cumpla con ese impulso, ya que se la puede consumir inmediatamente. En contraposición en las paltas comunes hay que esperar unos días hasta que se logre la óptima maduración”, explica.

Durante los últimos dos años, sin embargo, el camino del éxito debió empezar a superar algunos obstáculos en el mercado europeo. “Hubo momentos en los cuales se concentraron los envíos, el mercado se saturó y costó ubicar toda la fruta arribada -en especial, los calibres extremos-, y los precios cayeron. En el año que está por terminar la situación se complicó bastante”, añade Ernst.

Precisa que esto se debió, en primer término, a la crisis que están sufriendo las economías del norte. “Cayó el poder adquisitivo, hay inflación y el consumidor lo siente. Restringe compras, prioriza gastos y ahorra en otros, como los alimentos. La palta, una fruta cara, lo siente. Las promociones no tienen el efecto de otros años”, dice.

Los voluminosos envíos no encontraron suficiente demanda, el mercado se saturó y los precios cayeron. En plena campaña austral los precios llegaron a niveles históricamente bajos. A esto hay que sumarle el fuerte aumento de los costos que sufrieron los productores y el transporte. “Ante esta mala ecuación los países que estaban exportando en pleno verano europeo -Perú, Sudáfrica y Kenia- redujeron fuertemente sus embarques. Gracias a esto el mercado pudo recuperarse y el último tercio de campaña se desarrolló correctamente”, señala Ernst.

A pesar de una demanda estancada y de los precios bajos, los países australes incrementaron nuevamente sus exportaciones. Perú alcanzó un nuevo récord exportador; con 540.000 toneladas superó en un 15% al año pasado. Chile se recuperó tras la fuerte caída de la campaña anterior. Con 126.000 toneladas exportadas; se ubicó un 70% por encima de 2020/21, pero sin alcanzar los niveles de años previos: 2019/20, 2018/9, 2017/8. Sudáfrica exportó 65.000 toneladas, un volumen levemente superior al del año pasado y al de 2019, pero sin alcanzar a 2020 y 2018. Las 94.000 toneladas de 2021-22 de Colombia fueron muy similares a las de 2020-21.

Europa sigue siendo el principal destino de los proveedores australes. En los casos de Sudáfrica y de Colombia hay una total dependencia, con el 80% y el 95% de sus exportaciones. Chile y Perú envían dos tercios a Europa. Para Perú, el segundo destino es EEUU (23%), mientras que para Chile lo es Latinoamérica (19%). Asia aparece en ambos casos como tercer destino. Asombra como va creciendo el interés de los asiáticos por la palta, fruta antes poca conocida en la mayoría de los países de ese continente.