Cartas de lectores: el valle de Tafí

Cartas de lectores: el valle de Tafí

22 Diciembre 2022

En el valle de Tafí se puede observar: 1) Manejo inadecuado de los residuos sólidos urbanos. 2) Deterioro del paisaje, contaminación sonora y visual. 3) Nula gestión de los residuos cloacales. 4) Carencia de planificación urbana y de ordenamiento territorial. Además de los indicados, hay riesgos y amenazas de desastres debido a las crecientes y a los aluviones que pueden producirse por falta de sistematización y control de las cuencas de los ríos Blanquito, Tafí y Las Puertas. Los historiales de estos cursos de agua nos recuerdan que: a) En diciembre de 1987 ocurrió una tragedia en el Río Tafí, cuando un camión fue arrastrado por las aguas (17 muertos). b) En enero de 1987, el desborde del Blanquito, que se dividió en tres brazos, destruyó varias casas y obligó a evacuar a numerosas personas. c) El 25/01/19, la crecida del Tafí se cobró la vida de una adolescente. Las investigaciones científicas, realizadas para conocer las causas de lo que ocurrió en el Blanquito, dicen que fue producida por una lluvia localizada en la alta cuenta del mismo, de alta intensidad y de corta duración. El estado de degradación de la cuenca por falta de sistematización, control y mantenimiento, favoreció la saturación de los suelos y todo el material aluvional fue desplazado aguas abajo hasta la villa. Lo grave es que, teniendo en cuenta estos antecedentes, el Estado tucumano nada hizo, ni hace, para eliminar y/o controlar estos riesgos y así evitar su repetición. Hoy Tafí tiene más población que en 1987 y en las márgenes del Blanquito hay numerosas viviendas habitadas por adultos y niños. Las consecuencias de un aluvión serían impredecibles. Los que forman parte de un modo directo o indirecto de la industria turística de Tucumán (y que se benefician por ello) deberían realizar las acciones administrativas y legales necesarias para que el Poder Ejecutivo provincial sistematice y administre esta cuenca hídrica de modo sustentable. Si nada se hace, los riesgos de crecidas y aluviones no solo seguirán pendiendo como una espada de Damocles sobre la vida, la salud y los bienes de quienes residen en el Valle, sino también sobre quienes transitan por el mismo. De los impactos sobre el ambiente, los ecosistemas, la biodiversidad, el patrimonio arqueológico, el patrimonio público, etc., mejor ni hablar.

Juan Francisco Segura 

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