Kempes, Maradona y Messi, los héroes que le dieron la Copa del Mundo a la Argentina

Kempes, Maradona y Messi, los héroes que le dieron la Copa del Mundo a la Argentina

Kempes, Maradona y Messi, los héroes que le dieron la Copa del Mundo a la Argentina
18 Diciembre 2022

Cada vez que la Selección levantó la Copa del Mundo, más allá del funcionamiento del equipo en general, tuvo un futbolista que sobresalía del resto. Hasta tuvieron claras coincidencias. Los tres eran zurdos, los técnicos los hacían jugar de delanteros y fueron los goleadores. Estamos hablando de Mario Alberto Kempes, Diego Armando Maradona y Lionel Andrés Messi, los tres héroes del fútbol nacional.

El matador cordobés

Nacido en la localidad cordobesa de Bel Ville, el 15 de julio de 1953. En 1973, con apenas 19 años, jugando un torneo con la Selección juvenil, anotó cuatro goles en tres partidos. Ese logro le abrió la puerta a la mayor e hizo su presentación en Eliminatorias enfrentando a Bolivia en septiembre de ese año. Lo que pocos recuerdan es que ese joven, descubierto por Enrique Omar Sívori, debutó con la “albiceleste” antes de jugar de manera profesional, ya que jugaba para Instituto en el torneo liguista de esa provincia.

Kempes campeón en 1978 Kempes campeón en 1978

En 1974, ya famoso por sus logros luciendo la camiseta de Rosario Central, disputó el Mundial de Alemania. Fue titular en cinco de los seis cotejos (en el restante también ingresó), a pesar que en el plantel había otros grandes futbolistas como Héctor Yazalde, Carlos Babington, Agustín Balbuena, Rubén Ayala y René "Loco" Houseman. A punto de cumplir los 20 años, Kempes no pudo anotar ningún gol en su primera experiencia mundialista. Pero vaya si tendría revancha más adelante.

Kempes, que ya estaba desempeñándose en el Valencia de España, llegó al Mundial de 1978 como uno de los líderes futbolísticos de la Selección dirigida por César Luis Menotti. De hecho, era el único integrante del plantel que se desempeñaba en el fútbol europeo en ese momento, pero la suerte no lo acompañó en los primeros encuentros del certamen.

Logró romper la mala racha en la segunda fase al  marcar los dos tantos con los que Argentina derrotó 2-0 a la dura Polonia. Luego del 0-0 ante Brasil, el “Matador” volvió a convertir por duplicado en la goleada 6-0 sobre Perú, que significó la clasificación a la final del torneo. En ese duelo, “El Matador” volvió a anotar dos tantos, uno de ellos en tiempo regular, y otro en el alargue, para el 3-1 sobre Holanda, que le otorgó al seleccionado nacional su primer título mundial. Con esos seis tantos, terminó como el goleador del certamen.

El cordobés jugó su tercer y último Mundial en España 1982, ya como un futbolista consagrado a nivel internacional. Sin embargo, la participación argentina no fue buena, y tampoco lo fue la actuación de Kempes, que, igual que en 1974, se fue sin marcar siquiera un tanto, a pesar de haber sido titular en los cinco encuentros que disputó el equipo.

De Fiorito al mundo

La historia de amor entre Diego Armando Maradona y la Selección no solo comenzó más precozmente que la de Kempes, sino que se estiró por varios años más. Y quedó  mucho más marcada en la memoria del fútbol argentino.

Diego debutó con la albiceleste un 27 de febrero de 1977, en La Bombonera, en un amistoso ante Hungría, en el que la Selección dirigida por César Luis Menotti se impuso 5-1. Con apenas 16 años  ya había dado sobradas muestras, desde su debut en la primera de Argentinos Juniors el año anterior, de que su talento era cosa seria. Fue parte del plantel argentino en la previa del Mundial de 1978, pero se terminó quedando afuera, algo que le valió varias críticas a Menotti.  

En España 1982, Diego hizo su debut mundialista. Allí, jugó los cinco partidos desde el arranque, anotando dos tantos en el triunfo 4-1 sobre Hungría; sin embargo, su actuación futbolística quedó opacada por la expulsión sufrida en la derrota 3-1 ante Brasil, resultado que eliminó a la Selección del torneo.

Tras el Mundial de 1982, Diego volvió a ponerse la albiceleste recién en mayo de 1985; esto porque Carlos Salvador Bilardo, que asumió la dirección técnica del equipo tras la salida de Menotti, prefirió armar un equipo con jugadores del ámbito local. Pero claro, era imposible dejar a Maradona afuera del Mundial, un torneo al que el equipo llegaba bastante criticado por sus rendimientos previos.

Una vez en el torneo, los cuestionamientos fueron desapareciendo mientras Argentina avanzaba. Diego fue clave en todos los encuentros: en primera fase dio tres asistencias en el 3-1 sobre Corea del Sur, marcó el tanto del empate ante Italia, y dio una asistencia en el 2-0 sobre Bulgaria. Después de sortear al durísimo Uruguay en octavos de final, llegaron los dos partidos que fueron, probablemente, claves para erigir a Maradona como figura histórica del fútbol mundial: el 2-1 sobre Inglaterra, con dos de los goles más recordados en la historia de los mundiales, y el 2-0 sobre Bélgica, en semifinales. El entonces jugador del Napoli anotó esos cuatro tantos, que llevaron a Argentina a clasificarse a su tercera final del mundo.

ALFONSÍN Y MARADONA. Con la copa ganada por Argentina en 1986.  ALFONSÍN Y MARADONA. Con la copa ganada por Argentina en 1986.

En la final, comparado con sus aportes previos, su actuación fue más “discreta”. Pero apareció cuando debió: asistió de gran manera a Jorge Burruchaga, que tras su ya icónica corrida, marcó el 3-2 sobre Alemania, para darle el título a Argentina. Maradona fue elegido mejor jugador del torneo, y con los cinco tantos que anotó, fue también el goleador argentino, aunque no le alcanzó para ser el máximo artillero del torneo

Su carrera en la Selección siguió por varios años más; en Italia 1990, fue subcampeón mundial, y también jugó la edición de 1994. Fue allí donde terminó su historia con la camiseta albiceleste, de manera abrupta, tras ser suspendido por dóping positivo tras el partido ante Nigeria, el segundo del torneo. Un cierre ingrato para un camino tan destacado, que también se reflejó en los números: 91 partidos y 34 goles, que lo ubican como el quinto goleador histórico del equipo.

Emociones al por mayor

El comienzo de la relación entre Lionel Andrés Messi y la Selección no fue el mejor: en su debut, el 17 de agosto de 2005, el rosarino, de apenas 18 años, duró apenas 45 segundos en cancha. Tras ingresar en el amistoso ante Hungría, “Leo” fue expulsado, por un manotazo a un rival, cuando intentaba sacarse la pegajosa marca de encima. Un comienzo que para nada anticiparía lo que sería su carrera con la celeste y blanca.

Su presentación en Alemania 2006 fue inmejorable: ingresó en el partido ante Serbia y Montenegro, y 13 minutos después, anotó el 6-0 para el equipo dirigido por José Pekerman. En ese certamen, jugó dos partidos más: fue titular en el 0-0 ante Holanda, e ingresó en el duelo de octavos, ante México. Sin embargo, el DT decidió no recurrir a él en el partido de cuartos, ante Alemania, donde Argentina cayó por penales.

Messi llegó al Mundial 2010 ya como uno de los mejores jugadores del mundo (sino el mejor), a pesar de sus cortos 22 años (cumplió los 23 durante el torneo). Con Diego Maradona como DT, Argentina llegaba con expectativas al certamen, a pesar de haber clasificado de manera agónica, tras mucho sufrimiento. Tras una cómoda primera fase, y un duelo tranquilo de octavos de final, el equipo se chocó con una pared en cuartos, instancia en la que cayó 4-0 ante Alemania. Poco pudo hacer Messi en ese partido, y se fue del torneo sin anotar siquiera un gol.

Alejandro Sabella asumió el mando del seleccionado. “Pachorra” consiguió llevar a sus dirigidos a la final del Mundial de Brasil 2014, con un Messi en altísimo nivel, más que nada en la primera fase. Sin embargo, y a pesar de jugar una gran final ante Alemania, la consagración no pudo ser.

Cansado de los cuestionamientos, después de haber perdidos dos finales de Copa América, “Leo” decidió renunciar a la Selección, aunque volvió unos meses después. Debió soportar un camino pantanoso hacia el Mundial 2018, con cambio de DT en el medio, y con la aparición de Jorge Sampaoli, un entrenador con el que volvió a naufragar en las  aguas del fracaso.

Con la designación de Lionel Scaloni se buscó la reconstrucción de la Selección. Armó  un plantel joven, con hambre de gloria, y con muchísima onda entre sus integrantes. Messi fue el estandarte de ese grupo. Se colocó el traje de líder y consiguió lo que hasta ese momento era un sueño truncado: ganar un título con la “albiceleste”. La Copa América fue el trampolín anímico que necesitaba.

Tras esa consagración, y luego de un tranquilo andar por las Eliminatorias, Argentina llegó a Qatar como candidato al título. A pesar de la inesperada derrota ante Arabia Saudita en el debut, el equipo logró reaccionar, liderados futbolísticamente, y también anímicamente, por un Messi que jugó, sin lugar a dudas, su mejor torneo con la Selección. En su último Mundial, Lionel Andrés, que además fue goleador y mejor jugador, logró ese título que le faltaba para erigirse como el mejor futbolista de la historia, e inmortalizarse como el máximo ídolo de la Selección, algo que, además, se traduce también en las estadísticas: es el máximo goleador (98 tantos), y el jugador con más presencias (172). (Producción periodística: Joel Katz)

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