La picada. La bebida. Las cábalas. Cantar a los gritos “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar...”. Estamos listos para la fiesta. Hay mucha energía y expectativas. Demasiadas. Sin dudas, el partido que se juega hoy por la final de la Copa del Mundo pondrá a prueba las emociones de los argentinos. Manejar esa montaña rusa de sensaciones puede ser muy difícil para un adulto. Ni hablar de los chicos. Por eso, aquí te damos algunos consejos de especialistas.
El agravante de este Qatar 2022, según los especialistas, es que ocurre en una época del año típica de celebración, pero también con mucho cansancio, baja tolerancia a la frustración y un contexto de crisis en el país.
La licenciada Paola Brito, presidenta de la ONG Psicologías Sin Fronteras y docente de la Facultad de Psicología de la UNT, explica: “si tomamos el campeonato mundial de fútbol, como fenómeno social, tan valorado por gran parte de nuestra sociedad como una de las principales expresiones culturales y sociales, más allá de lo deportivo, es posible que muchos adultos y niños experimenten ansiedad y/o angustia”.
Brito aclara que es esperable que aparezcan emociones como el miedo, la tristeza, la alegría, la ira, y la sorpresa, entre otras. Para poder vivir estas instancias con alegría, con pasión, sin resultados que lamentar, podemos ejercitar algunas técnicas que nos permitirán sobrellevar estas emociones intensas, según describe Brito:
- Ventilarnos: Hacer ejercicios de respiración lentos, constantes y enfocados. Cuando se comience a sentir que la ansiedad o el estrés van aumentando, podemos realizar estas respiraciones para ayudar a disminuir el ritmo cardíaco, calmarse y reducir el efecto del sistema nervioso simpático del cuerpo. Consiste en inhalar y exhalar de manera lenta y profunda, las veces que sean necesarias.
- Distraerse brevemente: en los momentos de máxima tensión podemos salir del espacio en el que nos encontramos, dar una vuelta por la casa, ir al patio, ir al kiosco, caminar un poco.
- Emociones opuestas: es posible distraerse haciendo cosas que provoquen las emociones opuestas a las que se está experimentando: mirar videos cortos o escuchar música. Si ponemos toda nuestra energía en una sensación intensa, nos distraeremos de la ansiedad: por ejemplo, lavarnos la cara o las manos con agua fría o caliente, apretar las manos o aplaudir por cinco segundos, hacer saltos pequeños y constantes. Algunas de estas actividades pueden sonar un poco tontas, pero funcionan, porque desactivan el foco de atención, al menos, momentáneamente.
- Prioridades: es importante reconocer que, si bien se entiende la pasión por el fútbol, nuestra salud es más importante. Por ello disfrutemos del proceso, valoremos el esfuerzo de nuestros jugadores, de haber llegado hasta esta instancia, del trabajo en equipo que se vio reflejado en todo el campeonato, y seamos felices con eso, acompañemos más allá del resultado.
A los chicos les cuesta mucho más que a un adulto manejar sus emociones. Cecilia López, psicóloga especialista en infancia, recomienda hablar mucho con los niños antes del partido, en especial con los mayores de siete años, que son los que más se han enganchado con la Selección. ¿Qué decirles?
“A esa edad los niños empiezan a conocer lo que es el juego reglado y también a desarrollar la empatía, esto de ponerse en el lugar del otro. Hay que ayudarles a entender que está bien ganar o perder, porque pueden suceder ambas cosas. Y enseñarles que es normal sentirme triste si pierdo la final o cualquier partido”, remarca.
Inmediatamente, aconseja que les recordemos si alguna vez jugaron un partido o un juego cualquiera, las veces que ganaron y las que perdieron. “El deporte es transformador por todos los valores. Es bueno que aprendan que siempre se puede ganar o perder, y que es quien pierde el que más chances tiene para aprender de sus errores”, señala. Además, se les puede recordar los logros pasados de nuestro equipo. Y destacar que siempre habrá nueva oportunidad. Permitirles ilusionarse y tener esperanza es enseñarles a enfocarse en lo positivo y no en lo negativo.
Debemos enseñarles que una cosa es la pasión y otra el fanatismo desenfrenado. “Hay que ayudarlos a comprender que ya somos campeones por muchas cosas. Si lo tienen de ídolo a Lionel Messi, ponerlo como ejemplo de buena persona, buen jugador, buen amigo y padre, y ante todo humilde, alguien que tuvo muchas dificultades y logró sobreponerse desde su infancia”, recalcó.
Otras cuestiones importantes: los adultos debemos tener cuidado con nuestras expresiones o demostraciones porque somos los “influencers” de nuestros hijos y ellos aprenden viendo lo que hacemos.
Una buena opción es hacer planes de antemano para que haya festejo, así gane o pierda la Argentina. Por ejemplo, una vez que termine el partido, podemos ir a tomar un helado y a jugar al parque 9 de Julio. Ojalá que sea con la sonrisa de oreja a oreja.
Sentir ansiedad es algo normal
La psicóloga Paola Brito sostiene que es importante reconocer nuestras emociones y saber diferenciar la ansiedad de la angustia. “La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor, inquietud ante un objeto o situación concreta. Puede provocar sudoración, inquietud, tensión, palpitaciones, sequedad en la boca, temblor de manos, entre otros efectos. Puede ser una reacción normal al estrés”, explica. “En cambio, la angustia se presenta con síntomas o reacciones fisiológicas similares, pero sin la presencia, necesariamente, del objeto o situación que la provoque”, añade. Es bueno poner en palabras lo que sentimos y buscar ayuda. Al poder expresarnos, la ansiedad disminuye y podemos escucharnos y reconocernos en como pensamos y lo que sentimos”, precisa la especialista.