Los ánimos no solo se caldearon entre los hinchas argentinos por la imposibilidad de no acceder a la compra de tickets a precio a FIFA. Sucedió que mientras esperaban por algún tipo de respuesta, un hombre que vestía una camiseta de Canadá no tuvo mejor idea que ofrecer entradas a un valor muy superior al real.
¿Qué pasó después? La bronca fue tal que la gente empezó a correr al desconocido y a gritar de que estaba cometiendo un delito. La reventa está prohibida y puede costarte la cárcel.
El embrollo fue tal que la Policía alertó esta situación. Los hinchas argentinos comenzaron a señalar al oportunista hasta que un uniformado le pidió que lo acompañara. Con cara de sorpresa, mientras era insultado, llegó a un patrullero ubicado en la zona del DECC, donde se encuentra el ticketing de la FIFA.
Luego se sumaron otro agente y dos hombres más, de origen libanés, aparentemente. Ellos también habían sido denunciados por ofrecer entradas a la gente de manera informal.
Si el clima ya venía tenso por falta de información, que tres personas se acerquen descaradamente a ofrecer entradas a precios siderales fue como la gota que rebalsó el vaso de la paciencia entre los casi 2.700 argentinos que aguardan por un milagro llamado apertura del canal oficial de la FIFA, donde los precios de las plateas oscilan entre los US$600 y US$1.500 dependiendo la zona y bandeja del Icónico Estadio de Lusail.