Las economías de América Latina y el Caribe profundizarán su desaceleración el próximo año, en un contexto marcado por aumentos de la volatilidad financiera y más aversión al riesgo, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). En 2023, las economías regionales crecerán 1,3%, por debajo del 3,7% proyectado para este año y menos que el 6,7% de expansión que mostraron en 2021, según Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2022, de la CEPAL. En octubre, el organismo de Naciones Unidas había previsto que la región crecería 1,4% en 2023 y 3,2% este año. “La actividad económica de la región ha desacelerado, reflejando agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo”, dijo. Factores externos como la guerra en Ucrania y sus efectos en el alza de los precios afectan las proyecciones para la región.
“Las respuestas de política monetaria adoptadas a nivel mundial en 2022, en un contexto de aumento en la inflación global, han provocado incrementos en la volatilidad financiera y en los niveles de aversión al riesgo y, por tanto, han inducido menores flujos de capital hacia economías emergentes, incluyendo las economías de la región”, señaló. Una menor inflación en la segunda mitad de este año junto a la desaceleración de la actividad que se espera para el próximo, podrían reducir la presión sobre las autoridades de la región para continuar subiendo las tasas, añadió.
La entidad alertó que el riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las monedas y mayor riesgo soberano dificultarían el financiamiento de las operaciones de los gobiernos durante el próximo año. Brasil, la principal economía de América Latina, crecerá un 0,9% en 2023, por debajo del 2,9% esperado para 2022. México, la segunda economía regional, avanzará 1,1% el próximo año contra el 2,9% de este año. (Reuters)