El sociólogo y escritor Juan José Sebreli manifestó, recientemente, su poco fanatismo y entusiasmo por el Mundial de Qatar. “El Mundial no me interesa en absoluto. No veo los partidos. Lo único que me importa es que, como los partidos terminan a eso de las seis de la tarde, recién puedo salir a las seis y media e ir a los bares y prever que ya no estará el fútbol”.
Lo curioso, es que Sebreli analizó la dinámica de este deporte en varias oportunidades. “Espero con ansiedad el final del Mundial y por suerte solo quedan dos partidos. Me alegra haber ‘acertado’ en mi ensayo La era del fútbol en cuanto al tema del ‘telefútbol’ porque hoy el fútbol es solo eso. Lo que hay en las canchas es una especie de simulación y el verdadero negocio está en la transmisión televisiva. Eso predije en ese libro”.
Por otro lado, el escritor se refirió al Lionel Messi. “Hasta los últimos partidos de la selección pensaba que era mucho más discreto que Diego Maradona en sus expresiones dentro y fuera de la cancha, pero ahora siento que está en una zona más complicada”.
“Mi preocupación por el fútbol data de la década del sesenta, una época en que los intelectuales en general y los sociólogos en particular no consideraban este tema digno de atención -se lee al inicio del prólogo de La era del fútbol (1998)-. En contraposición, comenzaba a aparecer una tendencia antiintelectual que descubría los ritos populares como el fútbol o los ídolos populares; todavía no era Maradona sino el ahora algo olvidado Carlos Gardel”, detalló.
Más intelectuales alejados del Mundial
En 2014, la escritora Beatriz Sarlo fue criticada al comentar que cuando la Argentina y Alemania disputaban la final del Mundial de Brasil ella había querido visitar un museo (que estaba cerrado). “Cualquiera que diga que le interesa más leer un libro que ver un partido de fútbol es por lo menos ridiculizado”, había manifestado Sebreli en 1998.
Este domingo, en su columna quincenal para el diario Perfil, titulada “Ganamos por penales”, Sarlo escribió: “Es bueno que la gente esté contenta algunas horas y conserve ese recuerdo [el pase a semifinales] entre tantas memorias grises”.
En contraste, el escritor y periodista Martín Caparró, recibió una avalancha de críticas y agresiones por haber dicho en su cuenta de Twitter que consideraba que los jugadores de la selección eran “mercenarios” (por ganar mucho dinero fuera de la Argentina en equipos extranjeros), pero que en el Mundial podían por fin ser “hinchas” del equipo nacional.
Por su parte, la filósofa Leonor Silvestri sostuvo que el fútbol “siempre fue y será fascistizante”.
También la filósofa Roxana Kreimer dio su punto de vista: “Los comentarios sobre el #quemirasbobo de Messi muestran lo peor q rodea al fútbol: quienes creen q la geopolítica se juega pateando una pelota, el nacionalismo, q no expresa patriotismo sino xenofobia, la agresión del soberbio q se siente superior a la tribu vecina -compartió este sábado en un hilo de Twitter-. Alaban la viveza criolla del gol de Maradona contra los ingleses. Apoyan al ventajero, al deshonesto, en un país q no se lleva bien con las normas, tal como puntualizaron Borges y Carlos Nino en ‘Un país al margen de la ley’”.