El Mundial de Brasil 2014 mantuvo a los Alexis Mac Allister respetando asientos y otras costumbres en la casa familiar de La Pampa. En cada partido de la Selección, cada integrante debía asegurar posición y otras cuestiones frente al televisor. Así lo cuenta Alexis, el mayor orgullo de su provincia, el primero en jugar un Mundial y en asentarse como pieza clave en el mediocampo de esta Selección que irá en busca mañana del pase a los cuartos de final de Qatar 2022 ante Países Bajos.
Ustedes vieron, las estadísticas suelen marcar una línea hacia el pasado, pero no hacia adelante. Podemos tomarla como punto de referencia hasta ahí nomás. La aclaración acompaña un poco el pensamiento de Alexis. “Es un rival muy duro, ha habido historia entre los dos países. La más cercana, las semifinales de Brasil 2014. Para nosotros lo más importante es pasar, después cómo es lo de menos”, responde en rueda de prensa el volante central acerca de que Argentina nunca pudo ganarle a los europeos en encuentros mundialistas de 90 minutos. Siempre hubo alargue, para bien o mal.
Regreso a Santa Rosa, a casa de los Mac Allister. “La semi de 2014 la vi en casa con mi familia. Todo el mundial lo vimos con la familia, siempre respetando los mismos lugares y nada, lo disfruté mucho desde afuera.
Y vuelvo al presente, con el Alexis de Selección al micrófono. “Hoy, que me toca jugar este tipo de partidos es un orgullo para mí. Siempre intento pensar en todo el camino que hice para estar acá, con la ayuda de mi familia, de mis amigos, de toda la gente que me rodea”.
siendo uno de los debutantes en una Copa del Mundo, Mac Allister va contra la corriente de su propio ser, en cuanto a lo emocional. “Sinceramente, antes de los partidos suelo estar muy nervioso, pero en este Mundial no sé, hubo algo que hizo que no sienta tanto nervio. Me siento muy bien los días previos, incluso el mismo día del partido. Creo que pasa por disfrutar. lo veo disfrutando muchísimo y eso es lo más importante”.
Hijo de Carlos, ex Boca y Selección, Alexis vistió por primera vez la camiseta de la Selección Argentina en 2019. Después quedó fuera de la órbita de Lionel Scaloni y en la recta final de preparación del equipo volvió a resurgir su nombre. De hecho, apenas siete partidos tiene de experiencia vistiendo una camiseta que puede resultar extremadamente pesada. No es su caso, claramente.
Entonces, Mac Allister dirá algo así como ‘gracias a ustedes juego así’. “Yo no me doy el mérito a mí, sino a mis compañeros y al cuerpo técnico. Ellos confiaron en mí, han sido muy importantes y creo que ahí está la clave. Cuando un jugador tiene la confianza y ve que puede soltarse lo hace. A mí me pasó eso y es maravilloso todo”, reconoce quien pasó a formar parte de la columna vertebral argentina y ser un nexo entre el mediocampo y Lionel Messi. “Es maravilloso todo lo que hace Leo, se lo ve muy contento”.
Y del “si me hubieras preguntado antes del Mundial si llegábamos a esta instancia lo firmaba”, al deseo del grupo de avanzar hacia una de las semifinales. “Vinimos con una ilusión muy grande. Sabemos lo que es la selección argentina, es muy fuerte dentro de lo que son los mundiales y, obviamente, la ilusión de avanzar está con la cautela de saber que hay grandes selecciones. Creo que estamos en un gran momento, ojalá se dé un gran partido”.
Entre el ida y vuelta con la prensa, y Fabina de la FIFA digitando quién pregunta y quién no, Mac Allister deja una señal hacia nosotros sobre lo que hoy es Argentina. “ Sabemos que ellos tienen grandes jugadores y una idea de juego muy clara. Trataremos de contrarrestarlos. Pero en líneas generales, lo más importante sería pensar en nuestro juego, ser conscientes de lo que podemos hacer. Tener esa tranquilidad para poder jugar al fútbol. Seguramente, si hacemos las cosas bien, nos irá bien”, dice, y por eso recalca al toque. “Lo más importante es pensar en nosotros y en acomodar esos pequeños detalles para que no nos lastimen”.
Hablemos de amor y paz. El hecho de haber cerrado la fase de grupos y dos días después jugado por los octavos de final contra Australia fue un desafío que insumió demasiada energía. El premio de haber avanzado a los cuartos vino con casi una semana de pausa hasta el choque con Países Bajos. “Tuvimos bastantes días para poder descansar, ver a la familia y despejar un poco la mente. Nos vinieron al pelo”, dijo el pampeano que valoró como nadie el hecho de poder disponer de casi 24 horas para los seres queridos.
“Esos momentos con la familia son muy importantes para relajarnos y disfrutar del Mundial. El grupo está muy bien, tanto en lo anímico como en lo futbolístico. Tenemos una unidad muy grande como siempre lo dijimos y la pasamos bien entre todos. Es una parte importante cuando salimos todos a la cancha”, porque la unión hace la fuerza. Y tambień hace felices a los argentinos. Vamos Argentina que se puede.