“Algo bello nos espera”, promete Murciélago Almirón

“Algo bello nos espera”, promete Murciélago Almirón

El músico presenta los temas de su nueva producción en el teatro Rosita Ávila, en una noche compartida con el Negrex Delgado.

IDENTIDAD. Javier Murciélago Almirón reivindica a los grandes maestros del foclore en su sentir tucumano.  IDENTIDAD. Javier Murciélago Almirón reivindica a los grandes maestros del foclore en su sentir tucumano.

“Soy optimista. Pienso que nuestra mente es tan poderosa que recibe y ejecuta todas las señales. Si uno puede imaginarse algo, en ese mismo instante ya está yendo por ello. Por eso considero tan importante ser optimista”.

Esa es la posición ante la vida de Javier Murciélago Almirón, el músico tucumano que surgió en el rock y ahora abona el nuevo folclore nacional con mixturas que se desprenden en todos sus temas. Y esas ganas se reflejan ya desde el título de su disco más flamante, “Algo bello nos espera”, que presentará esta noche, desde las 21, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), secundado por su banda integrada por Gastón Rojas (de Quilmes) y Rober Siruk (Berazategui).

El recital será compartido con Marcelo Negrex Delgado, con un set cada uno con sus propios temas, y luego compartiendo el escenario con los viejos éxitos de la banda “El Negrex y Los Almirantes”, que compartieron en los 90. También habrá invitados especiales.

“Volver a Tucumán a mostrar un nuevo trabajo es siempre un desafío que encaro con mucho compromiso y cariño. En este caso, esta producción contiene músicas de raíz folclórica que he trabajado desde lo sensible, buscando inspirar al oyente e intentando tocar alguna fibra íntima de su ser. Regresar a radicarme es una pregunta que cada tanto vuelvo a hacerme y todavía no tengo respuesta después de casi 30 años de vivir en Buenos Aires”, reconoce en diálogo con LA GACETA.

- ¿Cómo pega la nostalgia?

- Es una fuente inagotable de inspiración para cualquier artista, aunque no es la única. Para ser sincero, en pandemia estuve bloqueado. Yo compongo solo cuando me siento inspirado. No uso métodos ni técnicas estudiadas. La música me baja como si la estuviera escuchando.

- La fusión discurre desde el primer acorde. ¿Hacia dónde estás yendo?

- Creo que estoy logrando que todo lo que escuché y aprendí impacte en mis composiciones, que si bien son de raíz folclórica por una cuestión más bien identitaria, dejan lugar para esa fusión de sonidos del mundo.

- Abrís el tema que le da título al disco con un bandoneón tanguero que luego deviene en zamba norteña. ¿Define tu propio tránsito entre Tucumán y Buenos Aires?

- Puede ser, nos gusta jugar un poco con esto de incorporar colores del monte y la ciudad con Hugo Cuervo Pajón, coautor de la zamba. Nos complementamos bien en estas cuestiones compositivas porque nos conocemos, somos muy amigos y compartimos muchos momentos que no tienen que ver solamente con la música. Pero la música folclórica argentina es lo que me moviliza, sobre todo en esto de sentirme parte de algo, de un lugar, de mi pueblo. Escucho otras músicas, me gusta el jazz, rock, reggae, afro... pero me llega mucho más Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Cuchi Leguizamón... A ellos los entiendo más.

-En todos tus regresos, siempre tocás con el Negrex...

- Es un amigo de toda la vida. Reencontrarme con él me lleva por diferentes lugares. A veces en el recuerdo, otras en los proyectos por venir. También es presente porque estamos, a pesar de la distancia, muy conectados y tratando de compartir cada vez que se pueda.

- ¿Qué te dio Tucumán y qué te está dando Buenos Aires?

- Tucumán es mi cuna, me dio los amigos, la familia, los cerros y las vivencias. El contacto y respeto por la naturaleza. La música en mis primeros años de formación. Buenos Aires tiene otra cosa, es el vínculo con el profesionalismo y el intentar conectarme con los que están en la cresta de la ola. Allá me vinculé con gente que admiro, algunos son de las provincias pero viven o trabajan en la ciudad, como León Gieco, Juan Saavedra, Motta Luna, el Duende Garnica, Oscar Kreimer o Deborah Dixon, ya de otro país.

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