Diciembre ya está aquí. Y con las despedidas de año, las últimas entregas laborales o el fin de los estudios se empieza a palpitar la llegada de las vacaciones. Ese momento que todos esperamos (y necesitamos), se hace cada vez más palpable. Y es importante -si la vorágine no te lo ha permitido antes- empezar ya a barajar destinos llenos de vida, de emoción y de contacto con la naturaleza para recargar pilas. Hoy te traemos tres lugares de Mendoza para pasar unas vacaciones de verano de ensueño.
Bolsos listos, auto cargado y a la ruta. De San Miguel de Tucumán a Mendoza capital hay alrededor de 960 kilómetros, lo que se traduce en unas 12 horas de viaje y cerca de $ 18.000 de nafta. El viaje es un poco largo, sí, pero la libertad de recorrer en vehículo va a ser tu mayor aliada en cualquiera de los destinos que te presentamos, para todos los gustos y todas las distancias: Potrerillos al Norte; San Rafael al centro-sur y Malargüe más al sur.
Potrerillos
Ubicado sólo a 45 kilómetros de la capital mendocina, el departamento de Luján de Cuyo resume todo lo que la provincia tiene para ofrecer. Para los que buscan relajarse, hay hoteles boutiques; para los que quieren una experiencia distinta, hay 55 bodegas y viñedos; para los que buscan deporte, hay cientos de posibilidades: rafting, excursiones, kayak, velero, biking, puenting... Aunque dentro del departamento hay varios pueblos, nosotros te recomendamos uno: Potrerillos.
Con la Cordillera de los Andes de fondo, Potrerillos está estratégicamente ubicado cerca de otros sitios de interés y además, hay varios atractivos que no vas a poder perderte: el embalse, inaugurado en 2001, parece sacado de un cuento. Sus aguas generan un gran espejo turquesa, perfecto paisaje para unas buenas fotos. Es que a lo largo de toda la ruta que lo recorre (la 82, que también va a las Termas de Cacheuta), hay varios miradores para frenar y admirar la naturaleza.
En el Dique de Potrerillos podés realizar varias actividades de aventura, como tirolesa, kitesurf, paddle surf, kayak y navegación a vela. Además, también tenés excursiones de trekking por el entorno del embalse; y a pocos kilómetros (en Vallecitos, un centro de ski a 25 kilómetros), podrás encontrar varios senderos de diversas dificultades por los cerros del Cordón de Plata.
En las cercanías de Potrerillos hay varios pueblos que sin duda tendrás que visitar: Piedras Blancas, Las Carditas y Cacheuta (con sus termas) son paradas obligadas. Una noche de cabaña para dos personas cuesta entre $ 11.000 y $ 30.000. Una habitación de glamping, por ejemplo, ronda los $ 46.000.
San Rafael
Este es, sin duda, uno de los destinos más elegidos por los turistas para el verano. Y por eso es que si querés ir para allá, tendrás que apurarte: la ocupación crece con cada verano. San Rafael tiene de todo: bodegas, paisajes y un buen clima para disfrutar cientos de actividades al aire libre. El Cañón del Atuel es el punto más visitado: une los embalses de El Nihuil con el de Valle Grande, y se puede recorrer hacia ambos lugares. Hay cabalgatas, trekking, rafting y canopy.
En San Rafael podés dedicarle un día al enoturismo. Hay delimitada una interesante ruta del vino; una de las más visitadas es la Bodega Valentín Bianchi, pero también se encuentran las Bodegas Balbi, Jean Rivier y Roca, entre otras varias.
Si el agua es lo tuyo, no podés perderte el Embalse los Reyunos -que, dicen los mendocinos, es el más lindo-. Además del turismo aventura, hay campings y otros alojamientos al borde del agua. Y muy cerca tenés paisajes de otro mundo: uno es el de las Salinas del Diamante. Están a sólo 60 kilómetros de San Rafael y son una visita obligada: con más de 100 años en la producción de sal, en el predio también pueden realizarse caminatas y visitar un museo. Y si buscás algo más extravagante, las Dunas del Nihuil son, sin duda, un viaje directo a África. Se trata de un desierto de 30.000 hectáreas, que tiene dunas de hasta 200 metros de altura. Eso sí: para visitarlo tenés que ir en 4x4 y con guía. Una noche de hotel en base doble puede conseguirse entre $ 7.000 y $ 35.000, según las estrellas y los amenities de cada establecimiento. Las cabañas, en tanto, cuestan desde los $ 13.000 por noche.
Malargüe
A 300 kilómetros de la capital, Malargüe tiene de todo: en invierno es un gran nodo de esquí, y en verano sus extraordinarios paisajes lo vuelven un destino perfecto. La biodiversidad que se encuentra allí es increíble, y hay varios puntos que no podés dejar de visitar. Las actividades de espeleología (exploración de cuevas) son de las más buscadas.
A poco más de 60 kilómetros del centro del departamento se encuentra la Caverna de las Brujas, un predio de 3.000 metros de galerías de cavidades (desarolladas durante el Jurásico) con diferentes minerales. Es un interesante viaje al pasado lleno de decoraciones naturales, llamadas espeleotemas. Pero, para visitarlas, tenés que ir con un guía; las excursiones se reservan en la oficina de turismo. Y si este tipo de turismo es el tuyo, también podés trasladarte hasta los Castillos de Pincheira (a 25 kilómetros de la ciudad): junto al rio Malargüe, tendrás la oportunidad de ver interesantes formaciones geológicas similares a una edificación; además, podés hacer caminatas por la zona.
Hay muchos lugares que no podés perderte si vas a Malargüe estas vacaciones. El Pozo de las Ánimas, la Cascada de Manqui Malal y el Valle de los Molles son experiencias que tenés que vivir.
La oferta de alojamiento en esta ciudad es más amplia, pero en su mayoría se trata de departamentos. Una noche en uno cuesta desde los $ 10.000; en base doble, una cabaña sale $ 15.000, pero los precios pueden escalar hasta los $ 30.000.