Suiza eliminó a Serbia en un partidazo y enfrentará a Portugal en octavos
El repaso de la fase de grupos del Mundial de Qatar debería reservarle a Suiza-Serbia un lugar entre los partidos más entretenidos y cambiantes del torneo. Goles, fútbol, gambetas y mucha actitud por parte de ambos equipos fueron los condimentos de un mano a mano que se resolvió 3-2 a favor de Suiza, pero que tuvo a Serbia poniendo todo su orgullo sobre la mesa para buscar hasta el final la victoria que lo depositara en octavos de final.
Otra vez, como sucedió en la definición de la mayoría de los otros grupos, la tercera y última fecha del Grupo G fue de consulta minuto a minuto entre lo que sucedía en simultáneo en dos estadios, ya que no solo serbios y suizos tenían chances de acompañar al ya clasificado Brasil; también las tenía Camerún, que necesitaba vencer al Scratch y esperar un empate entre los otros dos para quedarse con el segundo puesto.
Lo que salió entre Suiza y Serbia fue un partidazo, sobre todo en el primer tiempo. Ambos equipos jugaron a un ritmo altísimo, frenético, de ida y vuelta. Suiza se puso en ventaja con un gol de Xherdan Shaqiri (silbado junto a Xhaka por el recuerdo de sus festejos contra Serbia en el Mundial de Rusia), pero poco después los balcánicos lo dieron vuelta con un golazo de Aleksandr Mitrovic (cabezazo impecable, de manual, al segundo palo) y luego con otro de Dusan Vlahovic, que aprovechó un gran pase filtrado de Dusan Tadic para definir mordido pero certero.
Hablando de Tadic, un jugadorazo el 10 serbio. Cuando la pelota pasó por él llegó lo mejor de su equipo. El dueño del mediocampo hasta que debió salir reemplazado en el segundo tiempo, extenuado.
Es que fue enorme el desgaste que hicieron ambos en la primera etapa. Ya cerca del final, Breen Embolo firmó el empate para Suiza conectando un centro bajo de Widmer. 2-2 y final de un primer tiempo para grabar: intenso, movido, eléctrico.
Apenas tuvieron tiempo de acomodarse los serbios cuando llegó el tercero de Suiza, un golazo a la altura de lo que merecía el cierre del resultado: la aguantó Embolo, la empaló Shaqiri, Rubén Vargas asistió de taco para Remo Freuler, que remató a contrapierna del arquero. Una pintura al óleo, en gran parte por ese toque magistral de Vargas.
Si bien después de cumplida la hora de juego se empezaron a notar los efectos del desgaste físico, pudo haber habido más goles. Mientras estuvo en cancha, Tadic fue un problema para los suizos; del otro lado, Xhaka y Shaqiri se lo tomaron personal y también generaron espacios y roces contra los jugadores serbios. De origen albanokosovar (etnia mayoritaria de Kosovo, región que se declaró independiente de Serbia en 2008), ambos guardaban una rivalidad con Serbia que trascendía lo deportivo y que se notó bastante en el clima caliente del partido. Sobre todo por parte de Xhaka, que se trenzó en discusiones hasta con los suplentes serbios. La tuvo difícil el árbitro argentino Fernando Rapallini para contener ese clima espeso, que presagiaba un posible desmadre después del partido.
Serbia necesitaba darlo vuelta para meterse en octavos, pero desde el otro estadio llegó la noticia del gol de Camerún, que los dejaba fuera incluso en caso de ganar. Suiza, por su parte, buscó el cuarto gol -que le hubiera dado la clasificación en primer lugar del grupo, por delante de Brasil- y tuvo chances de encontrarlo en los espacios que dejó una Serbia totalmente volcada al ataque, pero no lo encontró.
De todas maneras, los suizos están en octavos de final, donde se cruzarán con el Portugal de Cristiano Ronaldo, ganador del Grupo H.