Imaginen a Lionel Messi como un jugador de bowling. Los palos erguidos al final de la pedana equivalen a récords, y uno a uno van cayendo a medida que la bola, lanzada con increíble precisión, los impacta de lleno. Esa es la potencia desarrollada por la carrera de Messi, la de una bola que viaja a toda velocidad y resulta imparable a su paso. Cada presentación de Messi tiene ese condimento; siempre hay algo que rompe la barrera de lo normal. Contra Australia alcanzará otra marca excepcional: llegará a los 1.000 partidos.
Desde el debut oficial con la camiseta de Barcelona, el 16 de octubre de 2004 -en el clásico catalán contra Espanyol- Messi viene haciendo historia, sumando títulos y Balones de Oro. Nadie ganó tantos: siete. Esta nueva marca lo incluye en un club exclusivo, del que sólo un argentino formaba parte: Javier Zanetti, quien llegó a la extraordinaria cifra de más de 1.100 partidos. Y de los futbolistas en actividad, los que acreditan más de un millar de encuentros son Dani Alves y Cristiano Ronaldo. Vale el dato de que esta estadística no incluye la etapa juvenil ni la olímpica, en la que Messi fue campeón mundial y medallista dorado.
El grueso de los 999 partidos que lleva disputados a la fecha Messi los jugó en Barcelona (778). Con Paris Saint Germain sumó 53, mientras que con Argentina lleva 168. Y pensar que el día del debut en la Selección mayor, en un amistoso con Hungría (17 de agosto de 2005), lo expulsaron a los pocos segundos de haber ingresado en el segundo tiempo. José Pekerman era el técnico. Hasta en ese curioso detalle Messi es único.
Hablando de presencias con el seleccionado, en Qatar Messi está haciendo historia desde que superó a Maradona como el jugador argentino con mayor cantidad de partidos mundialistas. Diego había llegado a 21 (5 en 1982, 7 en 1986 y en 1990, y 2 en 1994), mientras que el miércoles pasado, frente a Polonia, Messi trepó a 22 (3 en 2006, 5 en 2010, 7 en 2014, 4 en 2018 y hasta aquí 3 en 2022). Lo espera entonces, en su partido número 1.000, el 23 en lo que a Mundiales respecta.
En aquel torneo de Alemania 06, Messi había anotado su nombre como el futbolista argentino más joven en debutar en una Copa, con 18 años y 357 días, y por consiguiente, el más joven que marcó un gol (contra Serbia y Montenegro). Quedará para siempre su imagen sentado en el banco de suplentes, sin haber ingresado en el choque de cuartos de final contra los locales que Argentina perdió por penales.
¿Y qué hay del rubro goles? Lleva 778, 93 con la Selección (es el máximo artillero de todos los tiempos con la celeste y blanca), un fabuloso promedio de 0,79 por partido. En Barcelona superó todas las marcas imaginables y alcanzó su pico en la temporada 2011-2012, cuando anotó 91 goles. Nadie se acercó siquiera a semejante hazaña.
Lo que nadie puede calcular es cuál es el techo de Messi, porque lo suyo es seguir sorprendiendo y batiendo récords. La fecha de su retiro no parece cercana. “Puede jugar tranquilamente hasta los 40 años, dependerá de sus ganas”, afirman en su círculo íntimo. Eso implicaría otras cinco temporadas de competencia, en las que podría sumar fácilmente 200 partidos más. Tratándose de Messi todo es posible.