Por Guillermo Monti
01 Diciembre 2022
EN DUDA. Di María no llegaría para el partido del sábado. FOTO TOMADA DE TWITTER.COM/ARGENTINA
Por el momento, la presencia de Ángel Di María contra los australianos no va más allá de las conjeturas. No es la primera vez que el físico le marca el compás en un torneo de gran envergadura, aunque en este caso el diagnóstico proporcionó una buena noticia, ya que se temía un desgarro y sólo se trata de una sobrecarga muscular. Esos estudios se realizaron durante la mañana del jueves y tranquilizaron a todos. Por eso el viernes es el día D y no sólo por cómo se sienta Di María durante la práctica. Puede que desde la mañana, con un poco de descanso, el cuerpo vaya entregándole señales positivas.
El rendimiento de Di María viene de menor a mayor, al igual que el de sus compañeros. Contra Arabia jugó tan mal como el resto, levantó durante el segundo tiempo contra los mexicanos y aportó una pincelada decisiva: el pase a Messi previo al gol que destrabó el partido.
El miércoles se lo vio muy mejorado, terminando bien las jugadas, punzante, dinámico para cambiar de carril, generoso para asistir y metiéndose con decisión en el área. En eso estaba cuando se encendió la alerta en el cuádriceps y le avisó al banco. Lionel Scaloni explicó la situación en la conferencia de prensa pospartido, justificando su reemplazo y preocupado por el contratiempo físico de una de sus figuras.
Es posible que, de no recuperarse, la salida de Di María sea el único cambio respecto de la victoria sobre Polonia. El otro a seguir de cerca es Marcos Acuña, ya que viene lidiando con una pubalgia desde hace tiempo. El análisis del cuerpo técnico es muy fino: ¿arriesgar a Di María de entrada, por más que se trate de unos decisivos octavos de final, o reservarlo para los últimos 30 minutos, cuando puede servir de revulsivo? La opción de dejarlo en el banco proporciona un condimento extra, porque si la Selección encuentra la posibilidad de liquidar el partido antes, lo más conveniente sería no darle trabajo y guardarlo para lo que viene. Todo se resolverá en cuestión de horas.
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