Por Roberto Guillén
Médico deportólogo
La clave para disminuir la probabilidad de lesiones en competencias con pocos días para la recuperación, se basa fundamentalmente en el descanso. El entrenamiento debe ser menos exigente, evitando plazos largos de prácticas.
Se deben realizar trabajos de activación y coordinativos por parte de los kinesiólogos y debe haber una supervisión de la progresión del rendimiento individual de cada jugador.
Pero el descanso es lo más importante; porque no sólo mejora y evita las lesiones comunes, sino que evita también las lesiones por descoordinación.
Estas últimas, pueden ser traumáticas o no traumáticas.
Dentro de las traumáticas tenemos los esguinces y las lesiones ligamentarias; mientras que entre las otras, las fatigas musculares que llevan a los desgarros, y las tendinitis por la repetición de gestos sin el intervalo de recuperación.
El segundo “secreto” para evitar las lesiones es la alimentación y la rehidratación (que consiste en la recuperación de electrolitos) y el tercero, son los masajes deportivos.
Estos son importantísimos porque ayudan a disminuir el tono muscular y a aumentar el flujo sanguíneo.
Pero el descanso es clave; es la parte más importante en este tipo de casos. No sólo por todo lo que explicamos anteriormente, sino también porque, además, reduce el estrés emocional; un factor que aumenta considerablemente el riesgo de lesión.