“El contexto no importa, lo vivo igual en cualquier parte”, reconoció Juliana Terzo. A la joven ya se le había pasado el llanto que la atrapó en el primer gol que había marcado Alexis Mac Allister y que desapareció hasta que Julián Álvarez marcó nuevamente para Argentina sellando el triunfo ante Polonia. Ella fue una de las 50 personas que ganó un lugar como espectadora del trascendental duelo mundialista en el sorteo que en conjunto realizó vía Instagram, Club LA GACETA y Marathon Deportes.
Ella lo estableció: por más que le acondicionen un espacio perfecto, ideal, es inevitable que no llore con la “Scaloneta”. “Me genera mucha emoción la Selección”, detalló Terzo. Pero esta vez, la situación fue diferente. Sin dudarlo, afirmó que la pasó menos mal y se fue cruzando los dedos para que algo similar vuelva a ingeniarse hasta el sábado cuando Argentina enfrente a Australia por los octavos de final del Mundial.
A Juliana le sentó de mil maravillas lo gestado por Club LA GACETA y Marathon Deportes, que se entendieron a la perfección, incluso mejor que el equipo de Lionel Scaloni en el partido. Cierto es que las lágrimas de la dama no se pudieron evitar, pero sí tuvieron buena contención.
En el local que tiene la casa de venta de indumentaria deportiva e informal en 25 de Mayo 251 se ambientó un sector especial. Durante los minutos que duró el duelo mundialista que se jugaba en el estadio 947 de Doha, los únicos que podían ingresar al lugar eran los ganadores del sorteo.
Ese pase VIP, que se transformó en un pase contenedor del espíritu, empezó dándoles la bienvenida a los ganadores con obsequios desde la puerta misma, hasta el final del partido. Remera nacional exclusiva de LA GACETA, globos aplaudidores, fueron los primeros presentes. Después, clave en los rituales futbolísticos argentinos, llegaron las picadas. La variedad de quesos, salames, lomos, aceitunas, y un sin fin de entremeses, estuvieron acompañados por bebidas gaseosas y cerveza Norte bien frescas. “Me gustaría volver a verlo acá”, reconoció Terzo con un alivio que no había vivido en el final de los partidos ante Arabia y México.
“Me pareció una experiencia hermosa, distinta”, puso su opinión en la charla Natalia Ferronato, mamá de Juliana. Eso sí, la idea del tándem familiar es ver siempre juntas los partidos, si es de un modo original es secundario.
Eso es más o menos lo que buscaron los ganadores del sorteo. “Queríamos hacer algo distinto. Salir de casa y estar con gente que no conocemos”, reconoció Claudio Insúa que fue con Nancy, su pareja.
En una de las nueve mesas apostadas en el local, ellos compartieron y sintonizaron a la perfección con lo que sintió Facundo Lescano. “Era un golazo”, calificó el muchacho de 32 años que fue el acompañante de Yamila, su pareja, que participó en el sorteo con su red social. “Compartir con la gente que no se conoce”, ese es el gol que Lescano consideró que marcó. “Se hizo un sólo grupo”, agregó con Noah, su hijo de cinco meses, en sus brazos. “Funcionamos como un equipo. Sufriendo un poco por los bajones de la TV. Pero el señor puso el partido en el teléfono”, comentó Lescano que sobrellevó algunas detenciones televisivas sin temores gracias a uno de sus compañeros.
En una de las mesas más pequeñas acondicionada para tres, estuvo Pablo Ángel Bravo junto a su esposa, Verónica y su hijo, Benicio. “Es la primera vez que juego a algo desde que soy socio de Club LA GACETA. La verdad, no creía y ahora sí”, reconoció el usuario que tiene 10 años de antigüedad. “Soy futbolero a morir”, se definió. Si bien el estilo de él va más para el lado de la reunión con sus conocidos, quizás con asado de por medio, lo que vivió en el Argentina-Polonia lo volvería a elegir.
Para lograr la comodidad de los espectadores, hubo un importante movimiento en el local. Fue como transformarlo en un estadio. “La logística comenzó consiguiendo los televisores que cubrieran más o menos todo el ancho de la pared”, especificó Rocío Mansilla Minahk. La Licenciada en Diseño Multimedial fue la encargada del operativo transformación que, entre las acciones, incluyó la instalación de dos TV de 75 pulgadas, el alquiler de mesas y varias decenas de sillas. Lo que más encantó a los presentes fue la pelota que se llevaron en dos versiones: una íntegramente identificada con Argentina y otra con diseño exclusivo de Qatar 2022.
“Le mandé a mis amigos y están enamorados de la pelota”, contó Leonel Rearte. El muchacho se tomó unos minutos en el entretiempo para salir a la vereda y autofotografiarse con el balón en tonos celeste y blanco y enviar la instantánea vía Whatsapp “No se si la voy a usar, la voy a tener arribita”, explicó. Tan inmaculadas se los ve a los dos modelos que casi nadie se atrevió ni hacer picar las pelotas para no mancharlas.
Orlando Véliz apenas hizo asomar el balón desde la bolsa con muchísimo cuidado. Sí, Vélez estaba feliz con su sombrero estilo piluso que formaba parte del kit de regalos. Junto a Sabrina, su esposa, no dudaron en desear tras la victoria argentina: “que lo del diario y Marathon se convierta en cábala”.