1) La primera cuestión, la central, es determinar cómo formará Argentina. Para eso la guía a seguir es lo sucedido durante la última práctica y allí lo que hizo Scaloni fue probar, medir prestaciones físicas, observar movimientos defensivos. No hay certezas acerca de los 11 que mandará a la cancha, sólo conjeturas en función de lo que fue pasando a lo largo del entrenamiento. Empezó con los mismos que jugaron de movida contra México y fue modificando la alineación. Lo que queda es entregar un equipo con varios “o”, lo menos preciso para el lector pero lo más honesto en el manejo de la información. Allí donde no hay certezas no se puede inventarlas.
2) El primer “o” se instaló en el lateral derecho. Es Molina o Foyth, sin Montiel en la consideración. El segundo, en el centro de la defensa, ya es un clásico: “Cuti” Romero o Lisandro Martínez. El primero proporciona fortaleza en el juego aéreo, pero se sabe que no está al cien por ciento; Martínez asegura salida clara y solidez en la marca. El tercer “o” se ubica en el centro del campo y su definición ocupa largas horas de debate en el cuerpo técnico. Guido Rodríguez, destacado por el entrenador, compite por el puesto con Enzo Fernández y -esta es la novedad- con Leandro Paredes, al parecer muy recuperado de la lesión que lo marginó contra los mexicanos. Luego está el tema del volante por izquierda: será Mac Allister o Enzo. Y hasta hay un quinto “o” y se debe a la molestia que padece Lautaro Martínez en un tobillo. Se abre allí una pequeña puerta para Julián Álvarez.
3) No importan los nombres, sino la manera de jugar, pregona Scaloni. Pero no es lo mismo un medio campo con un cinco posicional, de quite y sacrificio, como Guido Rodríguez, que con un jugador más vertical y de pase entre líneas, como son Enzo Fernández y Paredes. La decisión que tome el entrenador dirá mucho acerca de cómo piensa jugar. De las características del 5 suele depender la fisonomía de un equipo.
4) Conviene revisar los errores propios de los partidos anteriores: lentitud, demasiados pases laterales, falta de movilidad de los volantes, escaso aporte de los laterales para sorprender en ataque. Cuando un volante rompió las líneas contrarias fue gol, está claro que el camino lo marcó Enzo Fernández. Estos déficits se corrigen con dinámica y con la triangulación entre esas pequeñas sociedades que la Selección había encontrado y que está extrañando en Qatar. Argentina necesita meter una marcha más y dotar de otra intensidad a los partidos, para eso hace falta un fondo físico que el equipo no parece tener. Pero con la pasividad exhibida durante el primer tiempo con México no vamos a ningún lado.
5) El examen defensivo será más exigente. Arabia le llegó dos veces a la Selección y le marcó dos goles; los mexicanos prácticamente no inquietaron a “Dibu” Martínez. Polonia no sólo ataca con Lewandowski, a quien le tiran la pelota por más que tenga la marca encima. El 9 arrastra a los defensores para abrirles espacios a Milik y/o a Zielinski, que son técnicos, veloces y potentes. Esa rapidez que tienen los polacos para lastimar requerirá mucha concentración y ritmo, tanto de los volantes que retroceden como de los laterales.
6) ¿Por dónde puede estar el negocio? La defensa polaca es ordenada y no pierde la concentración, pero sus hombres no tienen “roce de Champions” y, con espacios, son vulnerables en el mano a mano. Los centrales son Glik y Kiwior; el primero juega en la B de Italia (en Benevento), el otro en Spezia. Arman un trío con Krychowiak, volante central que actúa en el fútbol árabe. En esta zona neurálgica Messi puede hacer desastres, siempre y cuando encuentre con quién jugar rápido y al pie. El mejor de la última línea polaca es el lateral derecho Matty Cash, compañero de “Dibu” en el Aston Villa inglés, un tractor para arar la banda derecha. Por el otro sector a Di María le tocará enfrentar a Bereszyński, hombre de la Sampdoria, aguerrido pero ideal para atacarlo en velocidad.
7) Habrá que ver qué piezas elegirá el DT Czeslaw Michniewicz, un confeso admirador del fútbol argentino que ha mostrado versatilidad táctica a lo largo de las eliminatorias. Polonia jugó de muy diferentes maneras: con línea de cuatro o de cinco en el fondo; con dos puntas o con una; con doble cinco o con más volantes de buen pie. Variantes no le faltan. El jugador a seguir, además de Wojciech Szczęsny, el arquero de Juventus, es Jakub Kaminski, talentoso y jovencito, listo para saltar del Wolfsburgo alemán a un grande europeo. Fue titular contra México, entró en el complemento con Arabia. Y habrá que ver quién acompaña a Lewandowski, ya que puede formar una dupla con Milik (Juventus), pero tal vez el DT decida alinear cinco volantes y soltar más al peligroso Zielinski (Nápoli).
8) El factor Lewandowski es todo un tema por estas horas. Tras errar un penal el día del debut, llegó al gol en la segunda fecha. Es la estrella del equipo y la principal amenaza -no la única- para la Selección. Está en el momento cúlmine de su carrera, tras pasar de Bayern Munich a Barcelona, y a los 34 años este Mundial es la carta final que juega para su definitiva consagración. No sólo habrá que seguirlo de cerca, también será clave vigilar a quienes lo abastecen: Zielinski, Cash y Kaminski.
9) Messi no es una clave que se pueda analizar. Es Messi y punto. Pero no es menor el dato acerca de la clase de marca que le destinan los europeos, distinta al rigor latinoamericano o asiático. Messi está mucho más acostumbrado a enfrentar esta clase de rivales, los mide con mayor precisión, sabe por dónde entrarles. Esto sí es importante. Necesita además, como lo hizo Di María al habilitarlo contra México, compañeros que se muevan para servirle como descarga o como distracción. Aquí Lautaro Martínez debe levantar la puntería.
10) Como dijo Lisandro Martínez en conferencia de prensa, estos son duelos que se deciden por detalles. Sobre esos detalles, como la pelota parada -hasta aquí ineficiente en ofensiva, por más que se cuenta con un especialista como Messi para ejecutar-, hay mucho que trabajar. Allí, en el fútbol de hoy, suele estar la llave que abre o cierra los partidos. Los polacos marcan en zona y no se dejan sorprender. Algún truco hace falta en este rubro para desorientarlos.