La Mesa de Enlace reclama medidas integrales para el campo

Los referentes del sector agropecuarios enrolados en la Mesa de Enlace consideran que, con el “dólar soja II”, la gestión del presidente Alberto Fernández sólo está apelando a otro parche para poder cubrir sus necesidades coyunturales, sin resolver todavía los problemas macroeconómicos de fondo de la Argentina.

“El Gobierno sigue tomando medidas para beneficio propio y no van en línea con lo que queremos los productores, que es un tipo de cambio único y recibir el precio internacional del producto”, manifestó el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino. El dirigente ruralista puntualizó que, “a juzgar con lo que pasó en septiembre con las operaciones en la cadena comercial entre canjes de insumos, alquileres de campos y precios en los mercados, nos preocupa porque siempre aparecen los vivos”. “No sabemos cómo va a funcionar este nuevo esquema cambiario. Habrá que analizar la letra chica de los anuncios para saber si realmente le van a llegar a los productores”, advirtió.

En la misma línea se inscribió el titular de Coninagro Elbio Laucirica. “El dólar soja es beneficio para algunos y perjuicios para otros, ya se lo explicamos al gobierno”, manifestó. También la Federación Agraria Argentina (FAA) se refirió a la medida que mañana pondrá en práctica el Ministerio de Economía de la Nación. “Reiteramos que este no es el camino a seguir y que continuar multiplicando los tipos de cambio atenta contra el sector y la economía en general”, expresaron sus autoridades en un comunicado. “Estas políticas son parches que implican algún beneficio a unos pocos y complican a la mayoría”, acotaron.

Carlos Achetoni, presidente de FAA, evaluó que la versión anterior del dólar soja “impactó muy fuerte y negativamente sobre el precio de los arriendos, de los insumos de las economías regionales, como así también en los insumos de la actividad avícola, la ganadería vacuna y porcina y la lechería”. Achetoni además enfatizó que “es necesario que la Argentina pueda contar con una política agropecuaria integral, que atienda las necesidades de todos los productores, que contenga a las economías regionales y que contemple la dramática situación que padecemos consecuencia de la sequía, heladas y otras inclemencias climáticas”.