Usualmente la nota del uno por uno de los jugadores después de cualquier partido, cuenta con los matices que puede tener un equipo en sus 11 (o más) intérpretes. El problema es que después del terrible cimbronazo que sufrió Argentina ante Arabia Saudita, esos matices no estuvieron. Lamentablemente todo el equipo jugó en un bajo nivel y más allá de su gol, ni siquiera Lionel Messi sobresalió.
Si analizáramos el partido por las zonas del equipo, tampoco se nos hace más fácil encontrar costados positivos. Es cierto que en ofensiva el equipo generó chances en el primer tiempo, pero también es cierto que cayó siempre en la trampa del offside que el técnico Hervé Renard le puso. ¿Lautaro Martínez definió bien las que tuvo? Sí, pero siempre estaba en posición adelantada, por más milimétrica que haya sido.
El mediocampo es, quizás, la zona más enigmática y crucial del análisis. Tuvo en “Papu” Gómez a su integrante sorpresa, pero seguramente no la que esperaba el entrenador. Jamás marcó una diferencia ni tampoco sirvió de ayuda en la creación. Ángel Di María y Rodrigo De Paul jugaron quizás sus peores partidos con la Selección en mucho tiempo. Difícilmente alguien imaginaba que Leandro Paredes tenga tanto trabajo como el que terminó teniendo. En el segundo tiempo intentó contener cuando los árabes se venían de contra, pero no siempre pudo.
Atrás falló la mayoría. El caño que se comió Cristian Romero, ya era un indicio de que no era el día. Todos esperaban que los lujos vengan del lado argentino, pero nada de eso. Más allá de esa jugada puntual, los goles de Arabia también tienen porqués en algunos errores. El mismo Romero jamás alcanzó a Al-Shehri en y ninguno de los defensores pudo terminar de despejar antes del golazo de Al-Dawsari. Nicolás Tagliafico pierde en las alturas, Nicolás Otamendi despeja corto y Nahuel Molina la deja picar durante la secuencia.
El análisis de Emiliano Martínez es el más complejo. Dicen que los arqueros de equipos grandes tienen que estar más concentrados que el resto porque supuestamente recibirán pocas llegadas y en 100 minutos se hace difícil mantener el foco sin actividad. Pasó exactamente eso, pero el tema es que las definiciones de los árabes también fueron milimétricas y espectaculares. Poco hay que reprochar, pero también poco por alabar.
Los jugadores que vinieron desde el banco lo hicieron con el partido ya roto y se hace difícil analizar lo poco que aportaron en ese clima de partido completamente enrarecido. Incluso hasta pareciera que no fueron los más indicados, porque si Lionel Scaloni entra dentro del 1x1 también es uno más del flojo nivel argentino.
Emiliano Martínez 5: sin responsabilidad en los goles (fueron golazos), pero tampoco sin grandes atajadas.
Nahuel Molina 4: muy flojo en la marca y casi cero proyección. Un muy flojo partido del lateral.
Cristian Romero 4: perdió la carrera ante el delantero en el 1-1 y se comió un tremendo caño. Mal partido.
Nicolás Otamendi 5: Despejó cortó en la jugada previa al 2-1. Ganó algunos cruces, pero no fue suficiente.
Nicolás Tagliafico 4: También falló antes del 2-1 (perdió el cabezazo). Tampoco ayudó en ataque.
Alejandro Gómez 4: Fue la sorpresa en la formación inicial, pero terminó aportando muy poco en el juego.
Leandro Paredes 5: No jugó bien, pero se lo vio solo. Claro, nadie imaginaba que necesitaría ayuda.
Rodrigo de Paul 4: Flojísimo partido del volante que esta vez no socorrió a Messi en ningún sentido.
Ángel Di María 4: “Fideo” y un partido para el olvido. Mal en las entregas y sin sorpresa en ataque.
Lionel Messi 5: Anotó el gol de penal, pero en el segundo tiempo pasó casi desapercibido.
Lautaro Martínez 5: 10 en definición y 5 en posición. Estuvo varias veces adelantado por milímetros.
Lisandro Martínez 5: Entró para reemplazar a Romero, que pareció lesionado. No tuvo mucha influencia.
Enzo Fernández 5: En medio del caos que era el partido no pudo mostrar el gran nivel que viene teniendo.
Julián Álvarez 4: El que mejor entró: tuvo un cabezazo claro para empatar. Se mostró muy activo.
Marcos Acuña: Apenas unos minutos no bastaron para que haga alguna diferencia en el partido.