El hundimiento del submarino ARA San Juan se convirtió en una de las mayores tragedias argentinas que se registraron en tiempos de paz. La mañana del 15 de noviembre del 2017, marcó el trágico rumbo de 44 tripulantes que iban a bordo del submarino, que viajaba desde la ciudad de Ushuaia hacia Mar del Plata.
Todo se remonta al 13 de noviembre cuando los 44 tripulantes partieron del puerto de Ushuaia, en Tierra del Fuego, con destino hacia Mar del Plata. No obstante, el 15 de noviembre tomó contacto por ultima vez, reportando una avería en el sistema de baterías que pudo ser solucionada.
Un día después se iniciaron las búsquedas por la falta de comunicación con el submarino, que por protocolo se debía reportar dos veces al día. El 17 de noviembre la Marina confirmó que no tenía información de la nave, y lanzó el aviso del protocolo de búsqueda y rescate del submarino, recibiendo asistencia de otros países como la aeronave uruguaya y los tres buques brasileños.
Luego de ello, la Armada informó la detección de siete llamadas desde el submarino a distintas bases que no lograron conexión. El 20 de noviembre, Mauricio Macri visitó a los familiares de los tripulantes reunidos en la Base Naval de Mar del Plata.
Además, se inició un operativo internacional debido a que se generó una gran preocupación por el nivel de oxigeno, que ya podría agotar.
El 23 de noviembre la Armada informó que el 15 de noviembre se registró un evento violento consistente con una explosión en la zona donde navegaba el submarino, sobre la base de un informe de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
Cuatro días más tarde, se conoce la información de que el submarino reportó en su última comunicación un "principio de incendio", producto de un cortocircuito generado por la entrada de agua de mar, en un sector de las baterías de alimentación.
A pesar de ello, la Armada aseguró que la avería reportada por el submarino no se consideró una “emergencia”. El ARA informó un cortocircuito y un principio de incendio, sin llamas, que se subsanó.
El 30 de noviembre se daba la peor noticia: “No habrá salvamento de personas", anunció Enrique Balbi, el vocero de la Armada, dando por finalizado el operativo de búsqueda y el rescate de sobrevivientes.
Asimismo, Oscar Aguad, ex ministro de Defensa, aseguró que se continuarían la búsqueda del submarino aunque reconoció que se habían “agotado los días donde en condiciones extremas puede continuar la vida”.
A partir de ello, el Gobierno reconoció, por medio de un informe de la Marina, la muerte de los 44 tripulantes del submarino. "Las condiciones del ambiente extremo donde se desarrolló el suceso y el tiempo transcurrido eran incompatibles con la existencia de vida humana”.
No obstante, un año después de su hundimiento, el Ministerio de Defensa y la Armada informó en la madrugada que el ARA San Juan fue hallado a 800 metros de profundidad por la empresa estadounidense Ocean Infinity. Posteriormente se confirmó que la nave estaba a 907 metros y que había implosionado muy cerca del fondo.