La declaración de emergencia por escasez de agua en la provincia puso en jaque a los productores tucumanos, debido a que a la falta de lluvias ahora sumarán una nueva complicación: posibles limitaciones para el riego. La mayoría, incluso, advierte sobre los riesgos que este combo puede generar en la cosecha de 2023.
“La producción de leche en Tucumán depende absolutamente del riego, y esta situación nos afecta mucho, desde la bebida de animales hasta la producción de pastura para su alimentación. Esperemos que no llegue a una gravedad tal que nos quedemos sin bebida para los animales”, apuntó Patricio Altamirano, presidente de la Mesa de Lechería de Tucumán.
El productor lechero explicó que, según le informaron desde Recursos Hídricos de la provincia, se va a hacer un racionamiento del agua y así asegurar por el momento la bebida para los animales. Entonces, el riego va a ser muy limitado o nulo, señaló, y esto afectará a la producción de la llamada reserva de forraje; es decir, los alimentos para los animales, que se cultivan pensando en el invierno. Alertó que si la situación no cambia, la producción de leche para el próximo año podría verse seriamente resentida.
De todas formas, Altamirano reconoció que la medida es lógica, teniendo en cuenta el contexto de sequía que atraviesa Tucumán. “Necesitamos que llueva, y que llueva pronto, porque hasta ahora es la única solución viable. Si no llueve, vamos a estar muy mal”, sentenció.
Sebastián Murga, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán, también remarcó que los cultivos que necesitan del riego se van a ver muy afectados. Aclaró, no obstante, que estos son una porción de tierra menor a la de los cultivos que no necesitan riego en Tucumán. Murga nombró a Lules y a Trancas como dos de las zonas más complicadas, por la realización allí de cultivos intensivos. “La situación no es desesperante, pero si preocupante”, analizó el productor. De todas formas, coincidió en que es correcto priorizar el agua para hidratar a los animales y restringirla en lo relativo al riego. “Es lo que corresponde ante una emergencia de esta naturaleza y está bien hacerlo, porque el agua se va a acabar”, afirmó.
La caña de azúcar, en un año crítico
Alejandro Dávalos, productor cañero y miembro de Cañeros Unidos del Este, sí considera que la situación es crítica. “Las plantaciones nacieron, pero están muy atrasadas por el tema de la falta de lluvias. También hay una plaga que mata muchas cepas, y que se da por esta situación. Tengo entendido que al dique Escaba le quedan solo días de agua”, expresó.
Dávalos reconoció, al igual que Murga, que en Tucumán es mayor la cantidad de tierra que no se riega, aunque en el caso de la caña de azúcar sí es necesario hacerlo y en cantidad. Y apuntó que en Alberdi, donde realiza sus cultivos, se le da prioridad para riego al tabaco, aunque apunta que dentro de poco ya no va a haber agua para nada. Además, contó que los costos de establecer un sistema de riego son elevados, y por eso no los utilizan tanto. “Si no empezamos a recuperar los perfiles de agua, va a estar bastante complicado el año”, predijo.
Agustín Guillén, presidente de Cañeros del Sur, mencionó lo difícil de establecer un sistema de riego, debido a los altos precios. “Mover un milímetro de agua requiere de bastante combustible”, ejemplificó. Según estiman, ya se perdió un mes de crecimiento de la caña de azúcar. “Esto va a traer una disminución en la producción; creemos que la del año que viene va a ser igual o menor a la de este año”, alertó.
Guillén y Dávalos destacaron que el sector viene complicado desde hace tiempo, principalmente por la relación entre los costos y los ingresos, teniendo en cuenta las malas cosechas que se vienen registrando. “Venimos de bajos precios, por la inflación que nos viene comiendo día a día. Nuestros costos son en dólares y tenemos una producción pesificada”, enumeró Guillén. Y Dávalos agregó: “el azúcar no tiene buen precio actualmente y ya estamos desfasado con los incrementos, por los costos de producción que tenemos”.
Los granos, golpeados
Roberto Palomo es vicepresidente de Apronor y trabaja con trigo, avena, garbanzo y lenteja. Explicó que, en su caso, utilizan una producción llamada secano, que no requiere de riego, y que los cambios en los sistemas de regado, como la fijación de turnos, no lo afectará directamente. Pero aseveró que la situación en general, como aprecian los demás productores, es muy complicada.
“Nos está afectando la falta de lluvia, no estamos pudiendo iniciar las tareas de preparación de terrenos para la siembra porque no hay condiciones. Las malezas están estresadas, no se pueden hacer las aplicaciones hasta que no reciba un aporte de lluvia y haya condiciones ambientales que hagan propicias las aplicaciones”, explicó Palomo. Reveló que los cultivos de invierno tuvieron muy poco rendimiento, y que la situación no es alentadora. “Estamos con muchísima incertidumbre para la campaña gruesa, que está empezando, y que ya viene con el pie izquierdo en la zona pampeana, que son los primeros que siembran a nivel país”, señaló.
Osvaldo Martín, también integrante de Apronor, advirtió que la sequía viene golpeando al sector de los granos ya desde el año pasado. “Se ha sembrado muy poco trigo y muchos lotes no se cosecharon y los que se cosecharon fueron de bajo rendimiento”, sostuvo. Con respecto al sector granadero, reveló que muchos campos están perdiendo animales porque no tienen pasto, que ya debería haber empezado a crecer. “En la medida que no llueva de inmediato, esto se va a ir agravando”, recalcó.
Gonzalo Blasco, que también trabaja con granos, no obvió la dura sequía que atraviesa Tucumán, aunque también responsabilizó al Gobierno provincial por la situación. “Ante la situación que estamos viviendo, es lógico que se declare la emergencia hídrica en la provincia. Lo que no es lógico de ninguna manera es la falta de obras en este rubro: es llamativo que con la cantidad de ríos y agua subsuperficial que tiene Tucumán estemos padeciendo de esta manera”, expuso.
Si bien en su caso utiliza el método secano al trabajar con granos, Blasco expresó que su esposa trabaja en la producción de caña de azúcar, limón y palta, y que se va a ver muy golpeada por las medidas tomadas en función al riego. “Van a tener una importante caída de producción y hasta de calidad en algún caso”, anticipó.
(Producción periodística de Joel Katz)