El calor profundizó los padecimientos que acusan los vecinos del sector noroeste de Concepción a causa de la falta de agua potable. Desde el domingo el suministro del líquido es casi nulo en los barrios Zavalía, El Parque, El Jardín, Clínica y San Nicolás. Los dos tanques cisterna que desplegó en esa zona la municipalidad, con el afán de aliviar el drama de la gente, se han agotado y se espera que urgente sean reabastecidos de agua. Este elemento vital, se alertó, solo sirve para las labores de higiene y no para consumo.
“No se puede vivir así. Aunque este problema viene desde hace tiempo, empeoró en estos días de calores intensos. Los tanques no se cargan durante la noche, como sucedía hasta unas semanas atrás. Tampoco las mochilas de los baños. Esto genera un grave problema sanitario. En casa vivimos nueve personas”, expuso Marcela Medinas, del barrio Zavalía. Ahí la cisterna se quedó sin líquido el sábado. “Estamos esperando que la vuelvan a cargar para tener aunque sea para los baños y lavar la ropa. No se la puede tomar”, apuntó Marcela.
Pablo Juárez contó que la urgencia los obliga a salir con bidones o baldes a buscar líquido en barrios en donde el suministro, aunque no es normal, al menos sale para aliviar la escasez. “Aquí hay gente que enfermó del estómago por consumir agua en malas condiciones. Los que más nos preocupan son los ancianos y los niños. Hay gente enferma”, añadió el hombre. “Nadie está dispuesto a pagar la factura de agua aquí. No nos pueden cobrar por un servicio que no se brinda. Desde hace tres años comenzaron los problemas. Pero ahora se llegó al límite”, bramó don Oscar Díaz.
La mayoría de las cientos de familias afectadas están obligadas a adquirir agua en bidones. Al aumentar el consumo por el calor, cada hogar comenzó a acusar con rigor el impacto económico. “Cada envase de tres litros cuesta $ 400. Y esa cantidad no dura nada. Tenemos chicos y no se les puede dar cualquier agua”, planteó María del Valle Regino, del San Nicolás. “Algo preocupante se da en las casas en que viven ancianos que no pueden ir a cargar agua de las cisternas. Aquí nomás hay una señora que se vio obligada a hacerlo y sufrió un problema muscular en uno de sus brazos por el peso del balde que trasladó”, denunció. Regino advirtió: “vamos a tener que hacer pozos y colocar bombas manuales en el fondo de casa”. En cambio otros no descartaron salir a protestar en las calles exigiendo solución a la falta de agua.
Mientras recrudece el malestar de los vecinos, el intendente de Concepción, Alejandro Molinuevo, anunció ayer que el municipio en menos de dos semanas iniciaría la ejecución de un importante pozo de agua potable. Este, según dijo, permitirá cubrir el déficit de ese líquido en los barrios del sector noroeste de la ciudad. La obra será encarada con recursos del Ministerio del Interior de la provincia.
El organismo estatal acreditará a la intendencia $ 30 millones y la construcción del pozo se concretará en Diego de Villarroel y Costanera. Tendrá, según dijo, una profundidad de 120 metros y una extensa ramificación en la zona noroeste. “Técnicamente es una obra relevante y la vamos a ejecutar mediante un concurso de precios porque la licitación reclama bastante tiempo y la urgencia de los vecinos no puede esperar”, explicó.
Se espera que mañana el Concejo Deliberante apruebe un proyecto de excepción a fin de que se lo autorice a recurrir al concurso de oferentes para definir la empresa que iniciará los trabajos. “Es una obra que los técnicos aseguran que puede estar concluida en 30 a 40 días. O sea que hasta fin de año ya tiene que estar funcionando”, estimó. Molinuevo sostuvo que la intendencia gestiona recursos para otros pozos porque “Concepción -aseguró- debería tener tres o cuatro más”. “La responsable de dar la solución es la SAT”, concluyó.