¿De dónde viene todo este dolor?

Pablo Almazán, creador de Humano Puente, habla sobre la estrecha relación entre la salud y nuestra conciencia. Despertar para sanar.

EN LA DISERTACIÓN. Pablo Almazán explicó algunas de las claves para sanar y lograr ser protagonistas activos en este universo autoconstruido. pablo almazán EN LA DISERTACIÓN. Pablo Almazán explicó algunas de las claves para sanar y lograr ser protagonistas activos en este universo autoconstruido. pablo almazán
Guadalupe Norte
Por Guadalupe Norte 09 Noviembre 2022

¿Cómo fue que surgió esta sensación de cansancio? El temor por el paso de los años o lo perdido, la ansiedad de tener una vida que no disfrutamos... Hagamos lo que hagamos nunca resulta suficiente y el sabor amargo en la boca perdura. ¿Podemos romper el ciclo?

La bioexistencia consciente y el trabajo de la red Humano Puente (www.humanopuente.com.ar) corroboran que sí. Dicha alternativa aborda conflictos similares desde una perspectiva única.

Acorde a sus seguidores, existe una fuerte relación entre lo que el cuerpo manifiesta y nuestra historia personal, familiar y colectiva. Por esa razón, cuando logramos escarbar detrás del malestar, una puerta de oportunidades se abre frente a nuestros ojos.

El mes pasado, su creador -Pablo Almazán- visitó Tucumán para ofrecer una charla abierta sobre el tema; a beneficio de la Fundación de Ayuda al Niño Necesitado (FANN).

Antes de despedirse de la provincia, el chamán bioexistente conversó con LA GACETA sobre sus creencias y el vínculo entre la conciencia y el bienestar integral.

- Según tu mirada, los pesares físicos (dolor de huesos, articulaciones, cabeza, entre otros) existen por una razón que excede la mera enfermedad. ¿A qué alude el término bioexistencia consciente y cómo deberíamos entender tal cuestión?

- La bioexistencia consciente alude -puesto en palabras occidentales- a una disciplina. Es un paquete de datos que le permite a la gente, a través de sus dolencias, transitar un camino de descubrimiento personal. Nosotros consideramos que esa molestia (a la cual llamamos síntoma) existe para despertarnos y darnos cuenta de nuestro rol en la Tierra. Los síntomas (sean una molestía, dolor preciso, emoción negativa) vienen del inconsciente y portan mensajes ancestrales. Ellos nos permiten trascender historias muy viejas, distorsiones que quedaron escalones arriba en nuestro clan y hoy generan situaciones difíciles.

- Al respecto, desde la red de Humano Puente ustedes suelen referirse a la enfermedad como informedad, ¿a qué apunta la diferencia?

- Cuando una persona en determinado momento de su vida o desde que nació posee alguna diferencia u anomalía la pregunta que debemos hacernos es ¿por qué ese conjunto de células se acomodaron diferente? Dado que cada parte del cuerpo tiene una función biológica y un significado arquetípico, lo que proponemos es prestar atención a ese dolor o falla para llegar a entender y a encontrar la historia que hay detrás. En el momento en que trabajás con esa premisa, te das cuenta que ese malestar era una especie de tesoro personal encriptado y al descifrarlo tus relaciones, la sociedad y perspectiva cambian.

- En busca de soluciones efectivas muchos deciden incursionar en la meditación, limpias energéticas, yoga, mindfulness, etcétera. ¿Estos intentos de conectar con nuestra espiritualidad pueden actuar como “placebos”?

- Cualquier herramienta que invite a mirar hacia adentro resulta válida y poderosa. El conflicto surge cuando empiezo a creer que si prendo una vela o ato una ramita en determinado lado algo va a ser efectivo; nosotros solemos decir que incluso se corre el riesgo de que en verdad funcione. Si un día hiciste un ritual así y –por ejemplo- te llamó tu jefe para darte un aumento automáticamente tu inconsciente asociará ambas cosas. Aunque le otorgaste cierto poder a ese objeto, igual seguís dormido y no lograste descubrir quien sos o qué haces en la Tierra. La bioexistencia consciente propone otro camino en el que obtenés un premio muy superlativo con respecto a lo que hoy la realidad y la sociedad consideran un beneficio. Hay hechos que parecen beneficiosos y, sin embargo, nos impiden darnos cuenta de la inmensidad que perdemos al renunciar a ese viaje interno.

- Durante la primera etapa de la pandemia hubo quienes afirmaron que el mundo se hermanaría y nos volveríamos mejores. Luego, nada de eso ocurrió. Ahora hay guerras, el doble de hambre, un odio extremo… ¿Cuál es tu percepción del asunto? ¿existe escapatoria?

- No hay escapatoria porque lo que debemos hacer es evitar escaparnos. Los chinos suelen decir “no importa cuánto corras, jamás podrás dejar atrás tus pies”. Nosotros cargamos dentro el problema y la solución. Lo que ocurrió con la pandemia fue que simplemente multiplicamos aquello que somos. Quien era agresivo se volvió más agresivo, los hombres que sentían paz experimentaron el doble de ella y las personas que poseían abundancia encontraron una cantidad superior. Esto no fue “culpa” directa de la pandemia, sino que ella se convirtió en un acelerador que ayudó a darnos cuenta de lo que cada individuo es.

- En estos tiempos, ¿qué implica ser una persona sana?

- Hablamos de alguien que está en paz y comprende, a diario, que es la naturaleza. Se trata de una persona que puede hablar con una planta sin volverse loco, apreciar la salida del sol o dar las gracias porque su hijo respira y se encuentra al lado. Es sentir que todo permanece en orden. Gozar de salud implica desconectarte absolutamente de esos elementos que el resto considera imprescindible saber, pero que a la semana –sin darse cuenta- olvidaron porque existen nuevos problemas. Consiste en vincularnos con aquellas cosas que cualquiera desearía volver a tener si le dijeran que le queda apenas un mes de vida.

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