Por Alejandra Casas Cau
08 Noviembre 2022
Casi de manera improbable llega una secuela que mejora la franquicia de “Enola Holmes”, ya que la primera entrega no corrió con buenas críticas. Hace pocos días se estrenó en la plataforma de Netflix la película basada en la serie de libros de Nancy Springer. A la detective la interpreta, por segunda vez, Millie Bobby Brown, quien aprovecha al personaje para separarse un poco de Once, también a su cargo en la dramática serie “Stranger Things”.
Esta segunda parte, al igual que la anterior, ocupa mucho tiempo de la narración en la acción y en persecuciones frenéticas pero, en el camino de obtener mejores resultados que en la película previa, reforzaron bastante el argumento: Enola es mucho más sólida como principal y, sobre todo, la marca registrada de Arthur Conan Doyle, el método deductivo, está mejor compuesto y tiene más verosimilitud.
Luego de los eventos del primer filme, Enola decide que ya es momento de abrir su propia agencia. El hecho de ser mujer y su corta experiencia le juegan en contra y las oportunidades laborales no llegan. Cuando está a punto de dejar todo, recibe la visita de una nena (Serrana Su-Ling Bliss) que le pide que encuentre a su hermana desaparecida.
La búsqueda de esta mujer la lleva hacia la fábrica de fósforos. Historia que está inspirada en un caso real ocurrido en Londres en 1888, que terminó en una de las primeras huelgas de mujeres de la historia.
Henry Cavill vuelve a interpretar al hermano mayor, Sherlock, aunque aparece en contados momentos de la película. Ya se anteriormente se estableció la buena relación que existe entre el detective y su hermana pequeña. Sherlock está en medio del caso más complicado de su historia, que terminará siendo el inicio de su camino con su némesis: Moriarty.
Las investigaciones de los hermanos comienzan siendo distintas y a medida que avanza la acción descubren que están conectadas. Aunque ella siempre intenta estar un paso adelante, terminan trabajando juntos para descubrir la verdad. Además aparece Helena Bonham Carter como Eudoria, la sufragista madre de los Holmes.
El guión intensifica la ruptura de la cuarta pared por parte de Enola, pero gracias al ritmo cómico de la actriz, no se vuelve algo molesto. Tiene dos puntos flojos del guión. Uno es la relación amorosa entre Enola y Tewkesbury (Louis Partridge), algo traído de la primera entrega y que sigue sin funcionar. Si bien Tewkesbury esta más involucrado con la historia su relación queda en segundo plano en comparación al misterio y no sentimos empatía con esa relación. Y la otra es que una vez resuelto el misterio, decide concentrarse en el futuro en lugar de concluir la historia.
Sin duda hay cosas para mejorar, más si se apuesta por una tercera película, pero es un regreso ganador para la sagaz detective.
La historia real
La película se basa en la huelga de las fosforeras, un paro que hicieron las mujeres que trabajaban en la fábrica de fósforos Bryant & May en Bow (en las afueras de Londres).
Sarah Chapman (nacida en 1862) trabajó muchos años en Bryant & May; en 1888, Chapman era una empleada que ganaba bastante dinero, pero el mal trato a las trabajadoras y las pésimas condiciones laborales llevaron a una huelga.
Todo estalló cuando Bryant & May despidió a una obrera después de que se negara a firmar una declaración para encubrir las condiciones de trabajo abusivas. Posteriormente, alrededor de 1.400 mujeres se declararon en huelga, incluida Chapman. La empresa terminó reuniéndose con el comité y aceptando las demandas de las trabajadoras.
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