Barenbreuker dijo que no amenazó a nadie y que las acusaciones son injustas

“Es injusto lo que están diciendo. Niego totalmente que yo haya intimidado a una mujer. Ni yo ni nadie nunca fuimos a golpearle la puerta”. Otto Barenbreuker, el empresario que está siendo enjuiciado por presunta defraudación en fideicomisos declaró hoy nuevamente luego de que en la audiencia anterior el fiscal del caso, Carlos Saltor, hubiese pedido la ampliación de la calificación en su contra.

Hasta aquí el imputado debía responder por los delitos de defraudación de derechos de fiduciantes en fideicomisos en perjuicio de al menos 19 clientes. Sin embargo, Saltor indicó que debía agravarse esa figura ya que se conocieron, indicó, nuevas pruebas que tipificación en incisos como “El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento”, o “El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un contrato de leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y de esta manera defraudare los derechos de los cocontratantes”, previstos en el artículo 173 del Código Penal argentino. Pero además, el fiscal sumó el delito de amenazas en contra de una de las denunciantes, Nélida del Valle Mazza, lo que complica aún más la situación del imputado. Por todo esto, el fiscal solicitará una pena mayor a la que se preveía, con el pedido de prisión efectiva incluida.

Las juezas Stella Maris Arce (presidenta del Tribunal), Wendy Kassar y María Fernanda Bahler le dieron entonces la posibilidad a Barenbreuker de hablar con respecto a la nueva acusación. “Voy a negar las acusaciones -comenzó diciendo el imputado-. Niego haber intimidado a alguien. La señora Mazza es la única que vive en un departamento que yo mismo alquilo para ella. Mazza vivía en un departamento que era de mi hermana, y luego pasó a otro departamento que yo alquilo para ella”. Mazza reside en un departamento ubicado en el fideicomiso de calle Las Heras 252. La denunciante había asegurado durante su testimonio que Barenbreuker la había amenazado en el interior de un ascensor luego de que ella lo denunciara ya que no le hacían entrega de la un departamento de 80 m2 ubicado en Mendoza 45 por el cual ella, dijo, había pagado cerca de $ 600.000, mediante plazos fijos y dinero en efectivo. “Nunca la amenacé”, repitió el arquitecto. Luego, además, negó nuevamente ser autor de una defraudación contra los fiduciantes. “Todos los montos están en mis planillas de ingeniería financiera. Yo no saqué ninguna ventaja impositiva. Quiero negar todo esto. Aquí parecen querer demonizar algo bueno que es un fideicomiso”, aseveró. A su turno, uno de sus defensores, Carlos Varela Soria, rechazó el pedido de ampliación de calificación del fiscal. “Los tratados internacionales impiden las penas crueles y aquí, con estas nuevas figuras, se pretende pedir una pena mayor a 40 o 50 años que no corresponde ni para los delitos de Lesa Humanidad”, aseveró.

Al juicio sólo le falta agregar una prueba: un informe pericial psicológico que solicitó la representante de la querella, Rosa Nosseti, justamente para Nélida del Valle Mazza, quien fue quien denunció las amenazas. Luego comenzarán los alegatos. Los jueces decidieron que hasta la realización de la pericia y para que las partes pudieran preparar sus alocuciones, la audiencia se reanudará el próximo lunes. Cada uno de los letrados (el fiscal, los dos representantes de la querella y la defensa) tendrá dos horas para exponer. Y seguramente luego, dependiendo del horario de cierre de los alegatos, las juezas decidirán en qué momento se conocerá la sentencia.