Tucumano crea un carrito de compras para no videntes

Tucumano crea un carrito de compras para no videntes

La propuesta le brinda a sus usuarios una total independencia a la hora de visitar un supermercado. También evita la contaminación cruzada entre productos.

“LÍBERO”. El nombre del invento deriva del mundo del fútbol, dado que con esa posición el jugador puede moverse libremente por la cancha. “LÍBERO”. El nombre del invento deriva del mundo del fútbol, dado que con esa posición el jugador puede moverse libremente por la cancha.

Ricardo Brand (@ricardobranddesign) tiene 26 años y es ingeniero industrial; graduado de la Universidad San Pablo T. Su historia es una de las tantas que demuestran la importancia de fomentar el talento local.

Él es el creador de “Líbero”: un carrito de compras destinado a personas con discapacidad visual (tanto en casos de baja visión como de ceguera).

A través de una estructura llena de texturas y encastres, el objetivo de esta herramienta es que sus usuarios puedan manejarse con total autonomía dentro de los supermercados, hipermercados o tiendas de rubros afines.

La iniciativa surgió hace tres años; en el marco de un proyecto de tesis. “Mientras estaba en una cafetería, un día vi bajar a un hombre ciego de un colectivo. Por la falta de señalizaciones, él debió pedir a los gritos ayuda para ubicar un transbordo. Esa situación me dejó una sensación amarga”, recuerda.

Ya en la recta final para recibirse, el hecho hizo que Brand optara por fabricar alguna herramienta capaz de simplificar las actividades diarias que se realizan en la ciudad.

La idea mutó hasta centrarse en los negocios de venta de alimentos y las aventuras que se viven hasta llegar a la góndola correcta. Por no hablar de las cientas de etiquetas con logos, reversiones de empaques y sabores casi idénticos exhibidas.

“En Estados Unidos las grandes cadenas comerciales poseen asistentes virtuales y recursos parecidos que llegan a un público masivo”, comenta.

Por otra parte, uno de los mayores avances en este área es OrCam MyEye, un dispositivo que lee con inteligencia artificial textos en objetos (el artefacto oscila en $ 600.000). “Aunque los resultados son buenos, el precio de esas tecnologías importadas hacen que resulten poco accesibles para el común de la población. En este sentido la verdadera inclusión falla”, argumenta.

De sacar cuentas, este curioso carrito -con un ciclo de 20 años como mínimo- costaría en total 235 USD.

Funcionamiento

El proyecto hizo que, hace un mes, el joven quedara como finalista del Concurso Nacional de Innovaciones (Innovar).

Gracias a su morfología, el carrito puede manipularse con una sola mano y así reemplazar al bastón.

También su estructura impide que los objetos caigan de los estantes si chocamos por casualidad contra alguna superficie. En cuanto al color, los tonos rojos, celestes o verdes del modelo sirven para que los tucumanos con baja visión logren diferenciarlos del resto.

“Cuando llegamos al local, lo único que necesitamos es conectar nuestro celular al Bluetooth del vehículo de carga. Del resto se encarga un comando de voz que indica las secciones existentes en el supermercado y en donde nos encontramos parados”, detalla.

El carrito incluye separaciones para evitar que los envases de limpieza se mezclen con los de comida; o eliminar la contaminación cruzada entre carnes y verduras. La solución se basa en una serie de superficies hápticas que permiten acomodar las cosas en dos cestos diferenciados.

Como función extra, un lector de códigos de barra logra que nos sincronicemos con la base de datos del negocio para chequear la información de objetos muy parecidos por su packaging.

Aplicación y futuro

¿Cómo opera “Líbero”? el sistema de guía viene preconfigurado de fábrica. El dueño del establecimiento solo requiere armar un mapa con las diversas secciones del local y después los carritos se entregan listos (en base a dicho diagrama) para andar.

“Algunos mercados disponen de un asistente terapéutico que acompaña a sus clientes, pero la realidad nos muestra cierta fallas. Con este carrito la meta consiste en traspasar esa línea y darle a quienes tienen inconvenientes visuales una sensación de superación, confianza y libertad de autogestión”, destaca.

Actualmente Brand posee un prototipo del carrito hecho de manera artesanal. El paso siguiente, según el creador, implica encontrar inversores que le permitan profundizar su desarrollo.

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