Por Paula Barbaran
06 Noviembre 2022
Ludovica Squirru es noticia siempre meses antes de Navidad cuando su libro sobre el Horóscopo Chino del año que inicia comienza a circular de mano en mano y se ve en las vidrieras de todas las librerías del país. Multifacética, extrovertida y comunicadora nata, Ludovica fue muy popular en la TV de los años 80 en nuestro país hasta que comenzó a instruirse y a estudiar la cultura china. Desde hace 39 años que escribe su libro que siempre termina siendo un best seller sobre el horóscopo chino. Allí describe las características de cada signo y sus predicciones para el año entrante.
El “Horóscopo Chino 2023”, año del conejo de agua, ya está a la venta y allí repasa su infancia en Córdoba junto a su abuela que le regaló veranos memorables y cómo la conquistó la filosofía China y la astrología: “mi historia familiar me llevó a esto. Mi papá fue agregado civil en China, y acompañó al primer embajador argentino en ese país. Yo recibí desde niña la educación basada en la cultura oriental y crecí escuchando hablar sobre el I Ching, Lao-Tse y Confucio. En 1988 viajé a China para estudiar con reconocidos maestros todo esto”, dijo en diálogo telefónico con LA GACETA.
-¿La astrología predice o reconoce rasgos característicos?
- Yo hago astrología china que deriva, junto con la medicina china, del Taoísmo, que son ciencias preventivas más que predictivas. Los chinos se dedicaron a observar los fenómenos de la naturaleza, del cosmos, durante miles de años para traducirlos y poder sacar conclusiones. Así formaron este zodíaco que tiene que ver con la mitología.
Se cuenta que cuando Buda partía hacia la última reencarnación pidió dejar en la Tierra un zodíaco y convocó a todos los animales que existían y dijo que, según el orden de llegada, les iba a dar a cada uno un arquetipo, un signo, para representarlo. Así quedaron estos 12 animales: rata, búfalo, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y chancho. Esos signos se repiten cada 12 años según la fecha de nacimiento. El horóscopo chino es, ante todo, un instrumento de autoconocimiento.
- A lo largo de tu vida te debés haber cruzado con muchos incrédulos sobre la astrología ¿qué les decís?
-¡Que sigan siendo incrédulos! (risas) Hay mucha gente muy escéptica -por lo general más hombres que mujeres-, pero nunca me enojé cuando me dicen que no creen en esto. Cada uno tiene derecho a creer o no, yo nunca traté de convencer a nadie. Creo que lo peor en la vida es influenciarte por lo que la gente dice de vos.
-Actualmente vivís en Traslasierra, Córdoba ¿por qué elegiste ese lugar?
-Hace 22 años que vivo en Córdoba porque mi abuela materna vivía ahí y tuve la suerte de que nos brindara unos veraneos de esos que te marcan la vida. Fue un lugar que me marcó apenas llegué a los cuatro años. Después pasé todos los veraneos de mi vida allá y cuando pude decidir dónde quería vivir y hacer mi casa dije: ‘va a ser en Traslasierra’. Soy una privilegiada de poder vivir en este lugar maravilloso. Me cuesta muchísimo venir a “Malos Aires” (N de la R: Buenos Aires desde donde atendió a LA GACETA) después de estar mucho tiempo en Córdoba.
-No usás nada de tecnología, ¿es así?
-No, soy anti todo, anti redes sociales. En la pandemia abrimos una cuenta en redes sociales, pero nunca en mi vida había tenido Facebook o Instagram. Hoy las maneja una amiga mía que, a menos que sea un mensaje muy personal, no lo veo yo.
Creo que la tecnología, a pesar de que sí ha hecho algo de bien, ha hecho mucho daño en cuanto a la conexión humana entre la familia, padres, hijos, parejas. Creo que hace falta lo esencial que es estar presente, hablar, dialogar, compartir tu vida, lo que te está pasando. También trajo muchas consecuencias negativas en la salud mental de la gente.
-¿Cómo será el año que viene del conejo de agua?
-Va a ser como merecemos que sea porque los milagros para los chinos no existen. Cuando empieza un nuevo año no cambia todo. En Argentina vamos a estar como Alicia en el País de las Maravillas. A Alicia le fue bien porque antes de casarse con alguien que no quería por un mandato de los padres vio la señal de un conejo blanco que la metía dentro de un hoyo, y se metió dentro de ese agujero generando un viaje iniciático que debemos tener todas las personas para saber quiénes somos, cuál es nuestra identidad, nuestra misión, nuestros obstáculos. El año del conejo va a ser eso para todo el mundo. La metáfora sería poder tomar las enseñanzas del conejo para poder ir a tu interior, porque esta sociedad vive para el afuera. Es un año para “procrear” nuevas ideas, un clima amigable para este mundo hostil que nos toca atravesar.
-¿Cómo te llevás con el feminismo?
-Yo me llevo muy bien con la gente que sabe ver su parte masculina cuando es mujer y su parte femenina cuando es hombre. No me gustan los extremismos ni del feminismo ni del machismo porque en el fondo nosotros tenemos la dualidad dentro y eso hace que puedas comprender e integrar al otro. No hay nada más triste que el desencuentro entre el hombre y la mujer que, si bien ha crecido en lo personal, familiar, ha salido a trabajar, son presidentas, algunas sufren muchísimo el castigo del hombre por llegar a hacer todo eso.
En Argentina si sos feminista, al hombre lo castraste y si no, te quedaste sumisa. Yo estoy justo en el medio de eso, buscando siempre el equilibrio y la armonía porque lo demás no sirve.
-¿Cómo se despide el año del tigre?
-Nos va a seguir pegando unos zarpazos así que hay que prepararse para este último tramo porque este tigre vino con todo. Se vienen unos meses claves -porque el año del conejo empieza en enero- mientras esperamos el Mundial, como un chupete, un escape.
Los chinos dicen que para que te vaya bien cualquier signo vale. No importa si sos uno u otro, lo importante es dejar todo orden entre lo que te pasó este año y lo que viene. Si tenés deudas, pagalas; si estás peleado con alguien, amigate; avanzá si estás estancado, porque si no, se genera una bola de nieve y el año que viene empieza con todo esto. Cuanto mejor estés plantado, vamos a aportar algo mejor a la sociedad.
-Hace poco mencionaste cómo le iba a ir a Argentina en el Mundial ¿te gustaría explayarte sobre eso?
-No quiero hablar de eso ¿sabes por qué? Este es un país en el que si no decís que vamos a salir campeones, te crucifican, porque la gente es tan poco profunda que no le va salir subcampeón o no traer la copa del mundo. Lo van a inmolar a Messi una vez más. Prefiero abstenerme y ver qué pasa.
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