¿La tecnología afectó nuestra forma de escribir a mano?

¿La tecnología afectó nuestra forma de escribir a mano?

“Ya no me entiendo ni mi letra”, confiesan algunos. Escribimos cada vez menos y peor. El acto de anotar algo con una lapicera en un papel va desapareciendo cuando termina la escuela o la universidad. Por qué nos duele cuando redactamos.

ESCRIBIMOS MENOS. Según un estudio, uno de cada tres adultos no tomó un lápiz en los últimos seis meses. ESCRIBIMOS MENOS. Según un estudio, uno de cada tres adultos no tomó un lápiz en los últimos seis meses.

Después de meditarlo, Emanuel Álvarez decidió que este año iba a hacer un curso de actualización de marketing. No había vuelto a estudiar desde que salió de la facultad, hace 22 años. Ahora que está por terminar la capacitación confiesa que lo que más le costó al principio fue tomar apuntes y luego entender qué es lo que había escrito en esas hojas rayadas. “Nunca pensé que podía pasarme... Era desesperante no saber qué decía en los cuadernos. No lograba comprender”, cuenta.

Tuvo que llamar a sus compañeros para pedirles los apuntes. Para su sorpresa, no era el único que luchaba por descifrar su propia caligrafía. Después lo conversaron en clase y muchos confesaron tener problemas para entender lo que escriben.

El acto de anotar algo con una lapicera o un lápiz en un papel parece estar convirtiéndose en algo obsoleto, especialmente cuando dejamos atrás la escuela o la universidad. Más allá de la lista de la compra -que en muchos casos ya incluso se hace en el celular-, la escritura analógica es cada vez menos frecuente.

Encuesta

Los mails fueron primero; las redes sociales y la mensajería instantánea, después. Lo cierto es que ya casi nadie manda cartas ni mensajes manuscritos. Y no son pocos los que reconocen que su letra ha empeorado por la falta de práctica. Una encuesta realizada a 2.000 personas por la compañía de correo postal británica Docmail concluyó que un 30% de los participantes adultos no habían escrito nada a mano que no fuera un número de teléfono en los últimos seis meses. Ese mismo porcentaje tenía dificultades para leer su propia escritura a mano.

Isabel Requejo, profesora de la UNT y doctora en Letras, admite que escribimos cada vez menos a mano. Y no es que no se escriba. Al contrario, dice. Pero lo hacemos en un teclado o en la pantalla del smartphone.
“El whatsapp cumplió en esto un papel enorme”, opinó.

Y en este mundo de pantallas, eso de tener linda letra, salvo casos excepcionales, va perdiendo sentido. “Tener letra clara es importante sobre todo para las pruebas escritas en la escuela y en la universidad. Pero una vez que uno termina el sistema educativo, casi todo lo que tiene que presentar por escrito se hace con procesadores de texto, que encima te corrigen la ortografía y te permiten elegir entre un montón de tipos de letras. Entonces, mientras una escritura a mano cumpla su función básica que es que la persona que reciba el escrito entienda lo que dice, es suficiente. De ahí, que si te parece linda, redondita, prolija, es otra cuestión”, sostiene.

Para la experta, la mediación tecnológica ha profundizado la despreocupación por los aspectos formales de la escritura, incluidos los gramaticales y sintácticos, aspectos que durante cientos de años han sido centrales en la escritura, al igual que la caligrafía y la ortografía. Requejo aclara que ella tiene una postura crítica sobre la gramática idealista: “no contribuyó en nada al desarrollo del pensamiento del lenguaje”. Para concluir, señala la importancia de la escritura a mano en los niños, porque es a través de esta que se vincula el interés, la curiosidad, la necesidad de entender el mundo y de demostrarles a los otros cuánto comprenden.

¿Y la caligrafía?

Como un recuerdo lejano quedaron las largas horas practicando consonantes y vocales en los cuadernos de caligrafía. Son pocos los docentes que en la actualidad insisten con la importancia de tener la letra perfecta y prolija. Los chicos escriben menos a mano y mucho menos en cursiva. Al llegar a la secundaria, la mayoría elige la letra de molde y entregar trabajos realizados en la PC o hacer la tarea directamente en el celular, explica Elena Moreno, docente de lengua.

Según cuenta, la pandemia aceleró este proceso en muchos establecimientos, en los que durante más de un año se pasó a modelos de enseñanza digital. Al volver a clase, los dispositivos tecnológicos continuaron presentes para distintas actividades. Eso podría explicar de alguna manera, según Moreno, que a los alumnos les cueste cada vez más escribir en una hoja y que hayan empeorado la letra en muchos casos.

El futuro

¿Qué pasará con la escritura manuscrita en el futuro? Es una pregunta que está dando vueltas hace un tiempo. Fuera de las aulas, cada vez son más los que abandonan la escritura en papel. Muchos están tan desacostumbrados que no pueden descifrar lo que escribieron ellos mismos. Sin embargo, muchos especialistas sostienen que no puede desaparecer la escritura a mano, ya que esta tiene un rol muy importante en el desarrollo educativo. Lo importante es que se siga usando la mano en las primeras fases de la edad. ¿Por qué? Porque es muy bueno para el cerebro y para fomentar la coordinación y las habilidades manuales, sostiene la psicopedagoga Natalia Jiménez Terán, especializada en neurociencias.

“La caligrafía es el arte de escribir con bella letra y correctamente formada. Hay que diferenciar caligrafía de letra legible. Esto último es fundamental porque lo que alguien escribe debe ser leído para poder ser entendido y asimilado. La letra ilegible causa muchos problemas en el proceso de aprendizaje”, remarca.

“Aprender a escribir bien desde pequeños es muy importante para el proceso del habla y adquisición del lenguaje, ya que la escritura ayuda a memorizar las letras y los chicos aprenden a leer más rápido ”, señala Jiménez Terán. Además, explica que en la escritura a mano se ponen en juego una serie de mecanismos de coordinación y motricidad fina.

Reconoce que la letra fea puede ser consecuencia de falta de ejercicio, algo que se está acentuando con el uso y abuso de la tecnología.

Más que estética

¿Importa tener una buena letra? Para la experta sí; o al menos que sea legible. “La buena letra, que sea legible y armoniosa, no es solo una cuestión de estética; es muy importante y clave en el aprendizaje de los niños porque activa un sistema de redes neuronales en donde se conectan diferentes zonas del cerebro, que dirige todo lo que tiene que ver con el área motora, visual y cognitiva del aprendizaje”, especifica.

Además, añade que este aprendizaje desarrolla la motricidad fina. Es en la etapa escolar cuando se presta más atención a aprender a escribir bien y con una letra legible, pero el proceso de aprendizaje empieza mucho antes. Y aquí hay también algunas voces que alertan de una posible influencia de la tecnología y cómo estaría afectando a los niños, ya que no son pocos los alumnos a los que les cuesta sujetar bien el lápiz en primer grado por el uso excesivo de tablets y smartphones.

La “letra fea” podría ser también una consecuencia de una falta de manipulación y experimentación manual, algo que se está acentuando con el abuso de las nuevas tecnologías, apunta Jiménez Terán.

Fatiga y dolor

La fatiga puede ser una consecuencia de que los chicos (y adultos también) escriben menos. Cuando menos ejercicios hacen, la mano se cansa más y escriben más lento. Por eso, es muy importante que tengan una buena postura al escribir, remarca la psicopedagoga “Hoy en día, con el uso y abuso de la tecnología, escribimos muy poco a mano. En el caso de los chicos, lo poco que escriben solo lo hacen en el aula, en casa nada, salvo si tienen tareas”, explica.

La falta de práctica también puede influir, en que escribamos más despacio. Y cuanto más despacio se escribe hay más probabilidad de que aparezca dolor, concluye.

Grafología

“La tecnología no puede reemplazar la escritura manuscrita”

¿La tecnología afectó nuestra forma de escribir a mano?

La escritura es el espejo del alma, el reflejo de la personalidad, solían decirnos nuestros abuelos. Y eso nunca va a cambiar, según aseguran los grafólogos.  

“La grafología es una técnica que, a través de la interpretación simbólica de la escritura, puede ayudar a conocer a una persona, su comportamiento externo ( analizando el texto) y cómo es realmente ( por la firma y rúbrica)”, explica la grafóloga Lucia Daluz, presidenta de la fundación Centro de Estudios Grafológicos.

“Escribir es como hablar. Si hablo claro, es para que el otro me entienda. En los rasgos gráficos pasa lo mismo. Actualmente, por la tecnología y por la forma en que vivimos,  a la gente le cuesta más escribir en forma manuscrita. Antes había más tiempo; hoy todo es rápido. Queremos resultados inmediatos. La vida nos lleva a tener un ritmo más acelerado. Por eso, no profundizamos, nos conformamos con los títulos o noticias rápidas. Cuando escribimos, plasmamos lo que pensamos, sentimos y hacemos”, señala Lucía, que actualmente dicta talleres en el centro cultural Mercedes Sosa.

Según describe, en las letras feas, lindas o demasiado lindas hay una persona con su parte positiva y negativa. Sobre las modificaciones que muchos adultos manifiestan en sus escrituras, Daluz resalta: “quien cambia mucho la forma de letra es por que se está buscando, esta tratando de ajustar su personalidad al medio que la rodea (puede ser por una actitud de evolución o por ser camaleónico, o deshonesto)”.

Para concluir, según la experta, la tecnología no puede reemplazar la escritura manuscrita, porque es terapéutica: es plasmar y concretar lo que queremos para nuestra vida.

Lettering

De qué trata la moda de la caligrafía creativa

¿La tecnología afectó nuestra forma de escribir a mano?

Curiosamente, en un mundo cada vez más digitalizado, con adultos que escriben menos y con chicos que ya no practican caligrafía, se ha puesto de moda el lettering, más conocido como caligrafía creativa.

El lettering hace referencia tradicionalmente al dibujo de las letras. “Comencé en 2020 a descubrirlo, por mi hija que era Studygram (es un movimiento que inició en Instagram para cuentas sobre apuntes muy bonitos con letras coloridas; el nombre procede de la unión de study (estudiar) y gram (de Instagram). Entonces, vi lo que era lettering y la gran comunidad que hay en Argentina y en otros países. De hecho, yo aprendí mirando los lives en instagram y pasaba los días letreando como le decimos en la jerga del lettering y caligrafia”, cuenta Elena Rivero, que es profesora de arte.

“Luego en 2021 comencé enseñando de a poco y este año hice como seis workshop de lettering . La verdad que un placer enseñar a que conozcan y disfruten este arte de dibujar letras porque es algo muy relajante. Tengo alumnos de todas las edades y eso muestra que la caligrafia no es algo antiguo, sino que vuelve y se convierte en algo exquisito y único”, resalta Elena.

El lettering, según describe, ayuda en la presentación de todas las tareas escolares en el caso de adolescentes y niños. “Para los grandes es un gran cable a tierra el practicar, es como una forma de expresión muy linda”, sostiene. Generalmente, en las clases los alumnos pueden basarse en algún estilo de letras y armar un cartel, por ejemplo.

No es una condición tener buena caligrafía, apunta.

“El secreto de esto es practicar y experimentar con distintos materiales y soportes la variedad puede sorprenderte. Cualquiera que sea constante en la práctica  por mas que tenga letra de doctor puede  hacer maravillas. Y de paso mejora su letra obviamente”, remarca.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios