Estados Unidos afirmó que Rusia pretende congelar a los ucranianos bombardeando sus centrales energéticas en vísperas del invierno, ante la imposibilidad de frenar una contraofensiva que la obligó a evacuar a los civiles de la ciudad conquistada de Jersón, en el sur de Ucrania.
“El presidente [Vladimir] Putin parece haber decidido que si no puede tomar Ucrania por la fuerza, tratará de hacerlo congelándola hasta la sumisión”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tras la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores del G7 en Alemania.
En las últimas semanas, Rusia ha bombardeado las instalaciones energéticas de Ucrania y según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, más de 4,5 millones de personas se vieron privadas de electricidad el jueves debido a estos ataques.
El grupo de las siete potencias con economías más avanzadas (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón) acordó crear un “mecanismo de coordinación” para ayudar a Ucrania a reparar y defender sus infraestructuras críticas de electricidad y agua.
Ante la llegada del invierno, el dispositivo buscará entre otras entregar “bombas de agua, calentadores, casas-contenedores y baños portátiles, camas, mantas y tiendas de campaña”, precisó la jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, cuyo país preside el G7.
El asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden, Jake Sullivan, reafirmó el apoyo de Washington a Ucrania y reconoció en una rueda de prensa en Kiev que el país tiene “una necesidad urgente de defensa aérea en este momento crítico”.
El Pentágono anunció que financiará el reacondicionamiento de tanques T-72 y misiles tierra-aire HAWK como parte de un paquete de ayuda a la seguridad de 400 millones de dólares para Ucrania.
Tropas de Kiev han recuperado territorios en el este y sur de Ucrania. La contraofensiva cobró un nuevo impulso en la región meridional de Jersón, una de las cuatro que Moscú se anexionó a fines de septiembre.
Ante el avance de las tropas ucranianas, las autoridades impuestas por Moscú en esa zona y su ciudad homónima evacúan a diario “a más de 5.000 civiles” hacia la margen izquierda del río Dniéper.
Jersón fue una de las primeras grandes ciudades ucranianas conquistada por Moscú al inicio de su operación militar y desde octubre, las autoridades de ocupación instan a los civiles a abandonar la zona para convertirla en una “fortaleza” militar.
El número dos de las autoridades de ocupación, Kirill Stremosov, dijo que las fuerzas ucranianas podrían estar preparando “provocaciones” y “acciones terroristas” contra la localidad. (AFP)