Ansiedad: la compleja tarea de controlar las preocupaciones

Ansiedad: la compleja tarea de controlar las preocupaciones

Cómo una reacción normal ante la percepción de peligro se transforma en un problema. A esta pregunta responde la psicóloga Delfina Ailán.

DEFINICIÓN. Delfina Ailán afirma que el riesgo de sufrir estrés y ansiedad es más elevado en la ciudad. DEFINICIÓN. Delfina Ailán afirma que el riesgo de sufrir estrés y ansiedad es más elevado en la ciudad.

Los trastornos de ansiedad son, junto con la depresión, las patologías que se presentan con más frecuencia en el campo de la salud mental. Si bien existen factores genéticos que favorecen en algunas personas una vulnerabilidad para la ansiedad, estos interactúan también con factores ambientales y psicológicos.

A la vez, es sabido que la situación macroeconómica del país, no ayuda, pudiendo desencadenar en algunas personas trastornos de ansiedad, especialmente en aquellas con mayor intolerancia a la incertidumbre. “Factores como la inflación, el desempleo y la pobreza, sumados a la incertidumbre laboral y general acerca del futuro, se asocian consistentemente con síntomas de estrés, ansiedad y depresión. Cuando nuestro cerebro percibe una experiencia como amenazante, se produce una respuesta de estrés que, en algunos casos, pueden desencadenar trastornos de ansiedad, especialmente en aquellas con mayor intolerancia a la incertidumbre, esto es la tendencia a reaccionar negativamente a situaciones inciertas, novedosas o ambiguas”, afirma Delfina Ailán, psicóloga del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco). Agrega que se debe prestar especial atención a aquellas personas que presentan un diagnóstico preexistente de trastorno de ansiedad, dado que los síntomas pueden volverse más intensos y crónicos durante las crisis económicas.

“Existe evidencia de que el riesgo de sufrir estrés y ansiedad es más elevado en las grandes ciudades, en comparación con las áreas rurales. Se cree que tiene que ver con el hecho de que en las ciudades hay mayor contaminación acústica y ambiental, mayor exposición a eventos traumáticos -como delitos y violencia interpersonal-, y menor cohesión social entre los habitantes”, argumenta la especialista.

Actualmente, la terapia cognitivo conductual (TCC) es el tratamiento que cuenta con mayor evidencia científica para el manejo de la ansiedad, siendo que el mismo es estructurado, breve y enfocado en el presente. “El primer paso es reconocer que la incertidumbre es intrínseca a nuestra vida. Por lo tanto, es importante que nuestra expectativa no sea dejar de sentir incertidumbre, sino aprender a tolerarla mejor. La terapia nos permite registrar y analizar cuáles son las situaciones que nos preocupan y generan incertidumbre. Al mismo tiempo, nos permite exponernos paulatinamente a dichas situaciones para experimentar qué ocurre realmente: no es infrecuente que nuestras predicciones negativas estén, en muchos casos, erradas”, dice Ailán.

-¿Qué es un trastorno de ansiedad?

-Cuando hablamos de ansiedad, nos referimos a una respuesta que en sí misma no es patológica, sino que tiene la función de alertarnos sobre posibles peligros reales o imaginarios en nuestro entorno y prepararnos para una respuesta adaptativa. En esta situación se producen cambios fisiológicos, cognitivos, anímicos y comportamentales cuyo propósito es el de erradicar o neutralizar la amenaza a través de la lucha o la huida.

Hablamos de trastorno de ansiedad cuando por intensidad, duración o frecuencia, la ansiedad altera significativamente áreas importantes de nuestra vida tales como el trabajo, las relaciones interpersonales, las actividades recreativas, la actividad académica o la calidad de vida y produce deterioro y tendencia persistente a evitarlas situaciones temidas. Hay distintos tipos de trastornos de ansiedad, como la fobia específica -miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica como las alturas, los animales-; el trastorno de ansiedad social -miedo o ansiedad persistentes e intensos ante situaciones sociales específicas por temor a ser juzgado negativamente, avergonzado o humillado-; y el trastorno de ansiedad generalizada -ansiedad y preocupación excesiva en relación con diversos sucesos o actividades, como la actividad laboral o escolar-.

-¿Cómo reconocer los síntomas, en uno mismo o en los demás?

- La ansiedad y el temor puede manifestarse a nivel cognitivo (es decir, de los pensamientos) y a nivel corporal, (por ejemplo, taquicardia, malestar estomacal, dificultades para respirar o sensación de ahogo. También puede sentir transpiración, temblores, sensación de entumecimiento, entre otros) y conductual (por ejemplo, evitar situaciones u objetos).

-¿Cuál es el tratamiento recomendado en estos casos?

- Desde la TCC trabajamos de forma interdisciplinaria. En este sentido es posible que, además de psicoterapia, algunos pacientes necesiten medicación. En el espacio de psicoterapia, una parte importante del tratamiento consiste en exponerse paulatina y jerárquicamente a aquellas situaciones temidas por el paciente. Además, se trabaja con los pensamientos del paciente mediante una serie de procedimientos orientados a evaluar y resignificar las situaciones que generan temor.

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