Duatlón: ejemplo de superación

Es un ejemplo de superación. Sufrió un grave accidente el 21 de febrero 2012, sin embargo nunca se dio por vencido. Todo lo contrario, buscó salir adelante. Claudio Romano, que debido a un accidente perdió el brazo izquierdo y sufrió quemaduras en gran parte de su espalda, consiguió la medalla de Oro en la Copa Argentina de Duatlón, que se disputó en Concepción del Uruguay (Entre Ríos). “Estoy feliz con este logro y espero continuar creciendo en este deporte”, explicó el atleta de 37 años, que debutó en esta disciplina el 18 de octubre del 2021.

“Empecé por la motivación de mi amigo Fernando Villalba y el profesor Miguel Rodríguez, quién es mi profesor que me insistió para que me sume a las competencias del duatlón argentino de Santiago del Estero. Ahí logré ser campeón en mi categoría y conseguí la clasificación para la Copa Argentina”, dijo Romano, que contó cómo fue el accidente donde perdió el brazo. “Estaba subiendo una chapa al cuarto piso de un edificio y el gancho tocó el cable de alto voltaje. Me salvé porque el transformador de la esquina explotó y ahí me ‘soltó’ la corriente. Estuve ocho meses en terapia intensiva y luego un mes en una sala. Por suerte hoy puedo contar la historia”, indicó.

Romano sueña con poder representar al país en competencias internacionales, aunque sabe que necesitará de apoyo económico para poder lograrlo. “Estoy entrenando con ese objetivo. Es un sueño competir a nivel internacional, representando a la Argentina. Para eso necesito tener bicicletas de ruta y de montaña, para poder entrenar en forma profesional. Soy de bajos recursos, pero confío en llegar a comprarlas en algún momento”, explicó Claudio, que se dedica a realizar tatuajes. “Ese es mi principal fuente de ingreso”, agregó.

El atleta de San Pablo cuenta como es su rutina de entrenamientos. “Cerca del country de San Pablo hay un circuito de pedetrismo, donde habitualmente entreno una hora y media. Luego salgo a andar en bicicleta unos 40 kilómetros, que lo realizo en aproximadamente 3 o 4 horas. Algunas veces corro a la mañana temprano y a la tarde salgo a andar en bicicleta”, dijo Romano, que se ilusiona con competir en triatlón. “Ahora el profesor Rodríguez me quiere enseñar a nadar. Me encantaría poder competir en triatlón, pero soy consciente de que debo ir paso a paso. Dios quiera que pueda aprender a nadar para hacer esta disciplina”, concluyó Romano, un ejemplo a seguir por muchos deportistas.