Con más de 60 millones de votos, Lula Da Silva consiguió el domingo una ajustada victoria en las elecciones presidenciales en Brasil y, desde el 1 de enero, tendrá su tercer mandato conduciendo al país más poderoso de Sudamérica. Su llegada al Palacio de Planalto es considerado un espaldarazo para el kirchnerismo en nuestro país y, en la noche de su consagración, el ex sindicalista le hizo un guiño a Cristina Kirchner.
Sucede que durante su discurso de celebración, Lula dejó de lado las divisiones y convocó a todos los brasileños a sumarse a su futuro Gobierno. Pero además, aceptó una gorra con la leyenda "CFK 2023", que le acercaron militantes del kirchnerismo.
La diputada nacional por Misiones, Cristina Britez, fue una de las integrantes de la delegación argentina que acompañó a Lula, y se encargó de entregarle a Lula la gorra, que ya se había usado Cristina Kirchner el 26 de agosto pasado, antes del intento de asesinato que sufrió el 1 de septiembre, en la vereda de su departamento, en Recoleta.
Sumido en una profunda crisis política, arrastrada por la fragilidad económica y social del país, el Frente de Todos intuye que la llegada de Lula al poder podría darle un nuevo impulso a esa facción del peronismo, que intentará en octubre del año próximo continuar conduciendo los destinos desde la Casa Rosada.
Es por eso que este mismo mediodía, el presidente Alberto Fernández, que mantiene gruesas diferencias con Cristina Kirchner, volará hasta San Pablo para saludar personalmente al presidente electo de Brasil, en busca del respaldo necesario para intentar reposicionarse de cara a los comicios del año próximo.