La obra reunida de Moreno: un acto de justicia con forma de libro

La obra reunida de Moreno: un acto de justicia con forma de libro

“Y este mundo voy pisando”, se titula el volumen editado por la Facultad de Filosofía y Letras (UNT). Carla Mora Augier, estudiosa del legado del poeta tucumano, cuenta qué la sedujo de esas letras y por qué es valiosa su lectura en la actualidad.

EN LA GACETA. La foto ilustra una entrevista brindada a nuestro diario, del que fue permanente colaborador. EN LA GACETA. La foto ilustra una entrevista brindada a nuestro diario, del que fue permanente colaborador.

En aquel Tucumán bohemio de noches interminables y talento que se derramaba a raudales, la figura de José Augusto Moreno (1934-1996) se recortaba nítida e inconfundible. Tan irrenunciable como el traje y el portafolios que le hacían permanente compañía era su espíritu andariego. No era casual que los apodos (“El poeta de Tafí Viejo”, “El poeta del Bajo”, “El poeta de Villa Carmela”) reflejaran esa cualidad, tan suya, de multiplicarse por la geografía provincial.

A más de 25 años de su muerte, el Departamento de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras (UNT) homenajea a Moreno con un volumen esperado y necesario. La obra reunida del prolífico poeta se suma a la colección Letra y Voz, y es en gran medida producto de las investigaciones de Carla Mora Augier, quien se ocupó de recopilar ese legado -tema que eligió para su tesis de Licenciatura- y de escribir el estudio preliminar incluido en el libro. Un prólogo de Rubén Cruz completa la presentación.

En una entrevista con LA GACETA, Mora Augier destaca las múltiples aristas que conformaban la personalidad de Moreno, pone en contexto su obra y no duda en calificarlo como uno de los autores decisivos que la provincia dio a luz.

- ¿Qué lugar pensás que ocupa Moreno entre los poetas tucumanos de la segunda mitad del siglo XX?

- Un lugar importantísimo, pensemos en este poeta autodidacta, que no salió de la academia y aún así cultivó la poesía, escribió muchísimo y se impregnó de una época de otros grandes letristas y escritores y escritoras. Pero también la figura del gestor, su interés por la promoción de la cultura local y de sus escritores, costado muy fuerte en Moreno, se hibrida con el periodista, con el poeta, con el amigo del folklore. La complejidad de Moreno estaba en todo eso.

- ¿Crees que la edición de este libro le hace justicia a la vasta obra de Moreno?

- Creo que sí. La idea y la motivación de estas acciones es que más y más personas lo conozcan, lo lean, lo estudien, así como a los demás poetas de esta generación. Y de ahí, espero, saldrán nuevas ediciones y volúmenes de sus coetáneos. Le hace justicia porque Moreno merecía tener un lugar donde poder ir a leerlo, poder recurrir a él. Cuando empecé a investigarlo muchas personas me contaron de la existencia de letras y poemas que andaban dando vueltas, porque era muy común que Moreno regalara o repartiera sus escritos. Creo que el acto de justicia fue poder reunir esa obra, y seguramente no termina acá, por todo lo que circula de él con lo que todavía no nos hemos encontrado.

ESPECIALISTA. Mora Augier reunió y estudió la obra del prolífico poeta. ESPECIALISTA. Mora Augier reunió y estudió la obra del prolífico poeta.

- ¿Cuáles son los temas sobre los que escribía y cuál era el estilo que cultivaba?

- Podemos pensar en dos grandes grupos a la obra de Moreno, solo a modo de síntesis. Por un lado, sus primeros escritos y gran parte de sus coplas abarcan lo regional, las músicas, los paisajes, el campo tucumano y sus personajes tan propios, tan reconocibles para nosotros. Aquí se detiene en la historia dolorosa de la zafra y sus peones, imbricada en algunos poemas y canciones con la historia de Jesús, su nacimiento, su vida, que hasta pareciera que sucede en el terreno que reconocemos como tucumano y zafrero. Moreno dedica muchas líneas al cristianismo, incluso le dedica toda una obra integral, “Jesucristo año 2000”.

- ¿Cómo siguió su historia?

- Este hincapié en lo bíblico y lo regional abre paso, en los años 80, a la parte humanista de Moreno, preocupado por la llegada del nuevo milenio lo conmueven la desidia y el pesimismo del hombre de su entorno, se pregunta por la trascendencia, el destino, el interés en el de al lado, etc. Y en este gran arco oscila siempre entre el vino, la muerte, las mujeres, el amor, el tiempo. El gran género de Moreno era la copla. La influencia española en su poesía es notable, y la copla deja mucha huella de eso, así como otros géneros que el poeta elige, como los villancicos, las canciones de cuna, entre otros.

- ¿Cuál era su influencia en el quehacer cultural de Tucumán?

- Su influencia es la de poner palabras a la música del folklore, la de traer los paisajes de los Valles, las fiestas del Norte, las costumbres de aquí y de allá y asentarlas en la copla, en las canciones. Se movía en el ámbito de la bohemia: La Cosechera, la Peña El Cardón. Se movía entre músicos, artistas, poetas en los “boliches” de esa época. Y también se movía por la ciudad, conocía El Bajo, recorría el centro. De ahí que lo hayan conocido tantas personas, que tenga letras con tantos músicos del folklore y que tenga tantos apodos: el poeta del Bajo, el poeta de Villa Carmela. La práctica que tenía escribiendo poemas y coplas facilitaba la tarea del músico y, sumado a esta amplia vida social, sin ser extrovertido sino más bien tímido, lo acercó mucho a los folkloristas. Pensar en Moreno es también pensar en nuestro ámbito del folklore tucumano y del NOA, es acercarse a una práctica del encuentro, del canto y de los amigos. Lo considero como inescindible de la música folklórica desde los 60 hasta que se nos fue.

- ¿Cuál es el principal legado de Moreno a las letras tucumanas?

- Honoria Zelaya de Nader lo describió como “enamorado de su tierra, su lengua y su gente”. Creo que esa frase resume y es bastante fiel a lo que Moreno quiso hacer cuando escribió, y lo que finalmente nos queda de él. Dejar un poco de su tierra y las costumbres, el habla y la historia de su Tucumán en los versos. De hecho, mi tesina en particular nace del supuesto de que las letras y poemas de “Jesucristo año 2000” forman parte de un intento de Moreno de hacerse eco de cómo vive el pueblo el mensaje cristiano, el hecho navideño y la muerte y resurrección de Jesucristo. En este sentido, muchas de sus composiciones reflejan una preocupación por la ligereza y apatía con la que se trata al mensaje que quiso dejarnos el Cristo de la Biblia, preocupación que lo lleva a pensar las letras como críticas y reflexivas hacia esa indiferencia.

- Una profunda religiosidad...

- Conocía profundamente la historia bíblica y las costumbres cristianas, y parece haber querido dejar un mensaje religioso profundo pero en términos populares, en el que prevalezca el amor por sobre la superficialidad y el desinterés. Esto comienza con las primeras letras que escribió para la cantata, en la década de los 60; luego cobra mayor fuerza a medida que el propósito de “Jesucristo año 2000” avanza, sobre todo en las compuestas durante los años 80, y toma forma al observar el resultado definitivo. Hay, a su vez, una localización de la historia de Jesús en el territorio e historia tucumanos, al mismo tiempo que el autor refleja a través de su obra sus signos identitarios de lo hispánico y lo popular, esto último por medio de la elección de los géneros musicales. Estos factores son importantísimos para entender su obra, coherente con la voluntad de acercar la historia cristiana y la historia de la provincia a todos, que le llegue a la mayor cantidad de personas posible.

- ¿Cómo nace tu interés por su figura y cómo desemboca en el estudio preliminar publicado en el libro?

- Siempre cuento que me la paso hablando de Moreno y nunca lo conocí. Gracias al impulso de Ricardo Kaliman, cuando empecé el trayecto de mi tesina de licenciatura para recibirme en Letras, él me propuso tomar a uno de los poetas que habían escrito letras muy populares en nuestro folklore pero no habían sido objeto de investigaciones aún. Así llegué a esta enorme obra, a carpetas, folios, hojas sueltas. De ese material elegí la cantata “Jesucristo año 2000”, musicalizada por otro grande, mi querido Pato Gentilini, y el estudio que realizo y las conclusiones a las que arribo son, en síntesis, las que expliqué con anterioridad.

- ¿Cómo fue ese proceso?

- Por fuera quedó material que estaba desordenado, solo en manos de Rubén Cruz, en mi poder, en el cancionero del Pato o en alguna que otra fotocopia por ahí. El objetivo de mi tesina, desde el inicio, fue ver reunida y editada la obra de Moreno y uno de los primeros impulsos lo recibí de Liliana Massara, quien fuera jurado de mi defensa. De ahí avanzamos con el proyecto y propuse a “Tati” Acevedo, del Departamento de Publicaciones de nuestra Facultad, que el volumen del sello Humanitas llevara un estudio preliminar que guiara al lector por una obra tan vasta, y que explicara un poco las decisiones que tuvimos que tomar ante tamaño material. Seguido del Estudio vienen las palabras de Rubén, que lo conoció en profundidad, que lo entiende en tanto poeta y en tanto músico, que tenía también mucho para decir en tanto amigo.

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