Por Bruno Farano
27 Octubre 2022
A RESOLVER. Los dirigentes se reunirán con cada uno de los jugadores para analizar lo que fue la temporada y definir el futuro. Por el momento, el grupo se entrena. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
Luego del mazazo que significó la eliminación del sábado, Pablo De Muner volvió a tener a todo el plantel enfrente. El martes, cerca del mediodía, reunió a sus jugadores en La Ciudadela y se despidió. Habló él, habló Hernán Pellerano y también Tino Costa dijo algunas palabras. Hubo lágrimas, mezcla de bronca y de dolor; pero también mucho agradecimiento entre las partes tras un año que no terminó como todos esperaban.
Antes, el entrenador ya había charlado con Rubén Moisello y Carlos Cisneros. En un encuentro ameno, les había confirmado lo que había deslizado durante la conferencia de prensa post derrota contra Defensores de Belgrano. Su ciclo estaba terminado y había llegado para él, el momento de tomarse un descanso luego de 18 meses agotadores.
Así ayer, mientras los jugadores retomaron los entrenamientos bajo las órdenes de Jacinto Roldán y del “profe” Gonzalo Cano a la espera de novedades en lo que respecta a sus futuros, los dirigentes comenzaron a moverse diseñando el plan para 2023.
Hubo llamados, averiguaciones, tanteos. Charlas preliminares en las que se buscaba soluciones concretas. Eso sí, por ahora nada concreto. Todo está en veremos; o casi.
Los teléfonos de los principales dirigentes no cesaron de sonar casi en ningún momento tras la eliminación del equipo. Muchos representantes ofrecieron entrenadores para reemplazar a “Tomate”; incluso, un hombre con peso específico en el pasado del fútbol argentino y que ahora se mueve como intermediario, intentó acercar un nombre rimbombante para tomar el cargo que dejó vacante De Muner. Pero en Bolívar y Pellegrini pidieron calma. Tampoco es cuestión de marearse ante el primer flash.
“No hay nada”, le confirmaron a LG Deportiva, tirando por la borda los nombres de posibles nuevos entrenadores que aparecieron en los últimos días. “Por ahora no vamos a tomar ninguna decisión. Estamos esperando”, agregaron.
La determinación no es un capricho. No se trata de dejar pasar el tiempo; Moisello, Cisneros y compañía tienen en claro que para achicar el margen de error es un requisito indispensable dar pasos firmes y seguros.
Si bien en las próximas horas, los dirigentes comenzarán a tener charlas con los jugadores del actual plantel para determinar los pasos a seguir en cada uno de los casos, el punto prioritario por estas horas es contratar un manager que se encargue de elaborar un proyecto serio y que acompañe a la dirigencia en las decisiones futbolísticas.
Los requisitos que debe tener la persona elegida para ese puesto son varios. Debe ser alguien con mucha experiencia en el fútbol, que se haya formado para poder desempeñarse como director deportivo y que tenga algún lazo con la institución.
Si bien parecen puntos que no muchos pueden llegar a cumplir, hay un nombre que en La Ciudadela gusta mucho. Y ya se lo hicieron saber.
Es por eso que desde la CD piden calma. El “elegido” recibió con buenas energías la propuesta informal que le hizo la dirigencia y quedó en viajar la próxima semana hacia nuestra provincia para sentarse cara a cara con los dirigentes, darles a conocer su proyecto y escuchar qué proponen. “Hay que esperar”, repitieron hasta el hartazgo en los pasillos de Bolívar y Pellegrini.
El primer paso será asegurar la llegada del manager para, a partir de ahí, elaborar el proyecto 2023. La semana que viene será clave, y en San Martín entienden que tras ese primer paso, todo comenzará a alinearse nuevamente.
Su postura
Más allá de que esperarán la llegada del manager, primero, y del entrenador después para tomar cualquier decisión; la dirigencia sabe que no se puede derribar todo de un plumazo. Por eso, entienden que parte del actual plantel debe ser la base del que afrontará la próxima temporada. Por eso, con varios futbolistas con contrato hasta diciembre de 2023, comenzarán a estudiar los casos de los jugadores a los que se le vence el vínculo a fin de año.
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