“El mundo guitarrístico no posee en ningún lugar un festival de estas características. En todos los.lugares del planeta donde se hacen festivales, lo más que pueden explayarse es un fin de semana en un solo lugar. El de la Argentina, creado por el tucumano Juan Falú, disemina fechas por todo el país durante tres semanas o un mes, con ilustres visitantes y es el más federal de todos, con recitales en pueblos de provincias”, afirma Lucho Hoyos.
Y el objeto de su elogio es Guitarras del Mundo, el encuentro que tendrá lugar esta noche con entrada libre y gratuita desde las 20 en el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601), con la participación de Nora Buschmann, Fabián Cardozo (como representantes internacionales de la noche), Emilio Díaz, Ismael Ruiz, Xavier Moyano y el trío que componen Hoyos, Carlos Podazza y Francisco Santamarina, en tanto los aportes locales. En el acceso se expondrá la muestra “La guitaromanie”, la muestra de luthería del colectivo Artesanos de Sonido, con instrumentos de distintos momentos y épocas. Todo tiene el apoyo del gremio de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN).
Los participantes del extranjero llegan por gestión de Falú, a partir de sus contactos personales construídos tras tantas giras europeas y americanas. “Siempre terminan enterándose del festival, pues el boca a boca en nuestra comunidad hace posible todo esto. Los músicos locales se suman a este compromiso y pugnan por estar y mostrar su arte. De esa forma se arma un encuentro hermoso que culmina en las guitarreadas posteriores a lo que ocurre sobre el escenario, momento que suele ser más jugoso y memorable aún”, admite el organizador.
Hoyos define a la guitarra como “el instrumento más pequeño que resuelve en un solo envase ritmo, melodía y armonía, por lo que es el más transportable y uno de los más accesibles en relación a su rendimiento, lo que no son datos menores a la hora de resolver qué estudiar, qué comprar .y qué amar en la música; por todo eso se lo considera el más popular y la puerta de entrada a la música”.
El intérprete y docente considera que “el virtuosismo y la pasión se intercomunican indefectiblemente con el desarrollo del oficio”. “En mis alumnos trató de ver su luz; si está, solo necesita una chispita en la comunión para encenderla. Tengo la teoría de que todos somos luces, sólo que no nos enseñan ni nos ayudan en nuestra educación a lidiar con ello, a buscarla ni a exacerbarla. Debería preocuparnos conectar a la gente con su luz en su etapa de educación primaria o en las posteriores”, asevera.
En ese campo, el músico admite que “las nuevas generaciones tienen un lío... Hay un mundo que avanza vertiginosamente y los códigos de comunión educativa siempre fueron jugando desde muy atrás en todas las materias”. “Hoy todos estamos horas con el celular donde residen todas las seducciones, y la enseñanza necesita solucionar el tema de la seducción, que abordo con la empatía de la comunión honesta y profunda con mis alumnos, y aún así cuesta mucho. Tampoco debería ser un proceso personal ni intuitivo; sino que debería haber una estructura donde esté montado todo un sistema que lo resuelva”, reclama.
Acerca de su participación en trío, Hoyos resalta que es “la conjunción de tres generaciones de profesor/alumno, porque Carlos fue y es mi maestro de toda la vida y Pancho dice que tanto yo como Podazza somos los suyos”. “Nuestra amistad es muy grande, producto de la misma pulsión hacia la búsqueda de la belleza pero también por una gran comunión afectiva que queremos dejarla registrada en grabaciones”, finaliza.