La localidad de Escaba, emplazada 25 kilómetros al oeste de Alberdi, por ruta 308, irrumpe abruptamente la vista del visitante en medio de una serranía que abraza un espejo de agua inmenso. La naturaleza y el hombre cincelaron ahí un paisaje deslumbrante y que invita al éxtasis.
El dique de Escaba, inaugurado en 1948, impacta por su estructura monumental. El lugar convoca los fines de semanas a muchos amantes de la pesca, el aire puro, el deporte náutico, de aventura y la recreación. “Escaba podría haber sido uno de los principales centros de atracción turística del sur tucumano”, sostienen los lugareños. Pero el pueblo está postergado. Por ahora la posibilidad de ser lo que esperan sus pobladores cabalga en un proyecto oficial de construcción de un complejo turístico anunciado en estos días con bombos y platillos por el Ente Tucumán Turismo (ver aparte). Lo concreto, palpable, lo constituye una aislada inversión privada que, no obstante, insufla optimismo a las posibilidades de desarrollo de la zona. Se trata del emprendimiento turístico cabañas Killay Runa (hombre de hierro). Los contingentes de estudiantes, las familias y otros particulares que llegan al lugar disponen ahora de un espacio donde hospedarse y en el que pueden acceder a servicios esenciales (sanitarios, agua y servicio de wifi, entre otros). Antes, conseguir un baño (e incluso agua potable) en inmediaciones del lago era imposible. El sanitario de ese nuevo emprendimiento privado ahora se hizo público. “He apostado por un proyecto que está favorecido por una naturaleza generosa. Es un lugar que tiene todas las posibilidades de alcanzar un alto nivel de desarrollo. Todo lo que se comenzó a brindar aquí supone dedicación, sacrificio e inversión. Lo que espero es que el Estado acompañe a quienes soñamos con motorizar una actividad que genera mucho movimiento de gente y trabajo”, dijo Javier Frizzera, propietario del emprendimiento.
Frente al lago construyó cabañas y acondicionó una vivienda para hospedar a visitantes.
Dos caras distintas
El hombre, ingeniero agrónomo, master en gestión ambiental y deportista, es una especie de punta de lanza que arremete contra el letargo y el abandono que exhibe el lugar. Con pasión organiza periódicamente distintas actividades recreativas (trekking y campamentismo) y competencias deportivas, entre ellas triatlón, ciclismo y kayak. Es la cara de optimismo de una moneda. La otra es la del desánimo que genera ver una hostería cerrada, sin funcionar y con construcciones de albergues a medio hacer, dañadas y rodeadas de matorrales. “La obra la comenzó uno de los tantos que tuvieron a cargo la hostería. Estuvo mal proyectada y en consecuencia debió ser suspendida. Se gastó bastante dinero para nada”, dijo el vecino José Díaz. Un panorama también desalentador exhibe el Centro de Interpretación inaugurado en el 2015 por el entonces gobernador José Alperovich. Está a pocos metros de la comuna. El inmueble quedó sin el techo construido de cáñamos, que se secó y ha terminado dañado por las inclemencias climáticas. Así los paneles que refieren a la historia, los sitios y la cultura del lugar quedaron a la intemperie y rodeados de matorrales. Sobreviven la mayoría al estar plastificados. Pero uno de ellos ya fue dañado por vándalos. “Es una lástima que estos materiales valiosísimos permanezcan abandonados. Esto demuestra la falta de interés de las autoridades responsables de velar por los bienes públicos. El Centro era uno de los atractivos de esta zona” dijo Díaz.
Frizzeda, por su parte, aseguró estar dispuesto a cuidar los paneles en su hospedaje hasta tanto se reacondicione el lugar en que permanecen.
La comuna tiene un nuevo comisionado comunal tras el deceso por enfermedad de José Aguilar. Se trata de Ricardo León Boido. El funcionario esta semana permaneció en la capital tucumana realizando diligencias vinculadas con los proyectos que el Ente Turismo prevé para esa comunidad, según informaron sus allegados. El centro turístico que se prevé construir demandará, según se anunció, una inversión de $160 millones.
Otras propuestas
Escaba no solo es el dique, sino también el antiguo cementerio de los ingleses (rodeado de araucarias) en el que descansan los restos de los hermanos Juan y Guillermo Robertson. Estos a fines del siglo XVIV fueron contratados para estudiar la factibilidad del proyecto de construcción de la represa. También atraen a los visitantes la Piedra Llorona (denominada así por la vertiente permanente que brota de su entraña), la Villa de Batiruana, la cascada y la colonia de murciélagos que anida en los paredones de la represa. Es considerada la más nutrida de Sudamérica con más de 10 millones de esos quirópteros. En el invierno emigra a Brasil y retorna en noviembre. El vecino Víctor Nolasco dijo que en las tardes es un espectáculo impactante ver salir a la nube de murciélagos a cazar insectos. “Vivir aquí tiene sus pro y sus contra. Estamos bendecidos por la naturaleza y el hecho de vivir en medio de una paz inmensa. Pero está la otra cuestión que es carecer de medios de transporte, de servicio telefónico y de un camino óptimo. Para salir de aquí por alguna enfermedad o para realizar diligencias o compras en Alberdi hay que apelar a los autos rurales o de algún vecino”, contó Como Nolasco, la mayoría de los pobladores espera que el proyecto turístico anunciado por la provincia se cristalice y no quede -dijeron- solo en promesas, como sucedió con otros.