Tucumán: el rinde del trigo se derrumbó a 400 kg por hectárea

Tucumán: el rinde del trigo se derrumbó a 400 kg por hectárea

En el caso del garbanzo la situación resulta aun peor. Se espera salvar las semillas.

ESTADO. Si bien el invierno del NOA es seco, la campaña pasada esta condición se agudizó y se ensañó con el trigo.  ESTADO. Si bien el invierno del NOA es seco, la campaña pasada esta condición se agudizó y se ensañó con el trigo.
15 Octubre 2022

Se sabe que Tucumán -y el Noroeste Argentino, en realidad- no es una zona triguera. El cereal se cultiva, fundamentalmente, con el objetivo de controlar malezas durante el invierno; es decir, para generar coberturas que mantengan limpio el lote.

Sin embargo, en algunas ocasiones, cuando se cumplen determinadas condiciones climáticas y de precios internacionales, este cultivo puede generar un beneficio colateral: llevar al bolsillo del productor algo de dinero que ayude, de mínima, a costear los gastos.

No será este el caso. Por el contrario. La severa sequía que golpeó la región se ensañó particularmente con los cultivos de invierno, y los números que se manejan resultan pobrísimos.

“Coseché trigo con un rinde medio de 400 kilos por hectárea (kg/ha). Para que se dimensione, en un año muy bueno, el rinde puede alcanzar los 2.000 kg/ha; y en un año normal, de 1.000 kg/ha a 1.200 kg/ha. Este año fue muy flojo”, dijo el vicepresidente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), Roberto Palomo.

Explicó que esta situación fue fruto de haber atravesado un invierno muy seco. “Ya veníamos con falta de precipitaciones durante el verano; pero una lluvia tardía nos entusiasmó a sembrar algo de trigo, porque algunos lotes puntuales estaban un poquito más húmedos. Sin embargo, el perfil de humedad de arranque fue muy limitado; no superaba los 50 cm. Y luego el invierno fue muy crudo; sin lluvias y con mucho frío”, dijo.

Palomo dio a entender que otros productores pueden haber obtenido incluso peores números. “Yo sembré temprano, una variedad ciclo corto; y ya coseché. Pero el hecho sembrar un poco más tarde también hace que se desperdicie humedad de arranque. Hay que ver, pero en general la situación no estará lejos de lo que describo. De hecho, si este año hay sorpresas, seguramente no se darán para arriba, sino para abajo”, indicó.

Calidad

Más allá de la escasa producción, Palomo destacó que se cosechó un buen trigo. “La calidad del trigo es buena, porque no sufrimos heladas al momento de espigazón o de grano lechoso que lo pudiera arruinar, y tampoco tuvimos lluvias que lo puedan brotar al momento en que estaba seco grano. La lluvia de hace 15 días no hizo daño, porque los trigos aun no estaban maduros”, dijo.

Garbanzo

La falta de agua no solo repercutió en la producción de trigo. También el garbanzo vivió una campaña complicada; acaso peor que la del cereal.

“La seca fue bravísima la seca. Yo directamente abandoné la mitad de los lotes; porque no veo ninguna posibilidad de que pague la desecada; y menos la cosecha. Y en la otra mitad iré trillando si es que paga la trilla; pero es muy poca cantidad”, dijo el productor Bernabé Terán, ex integrante de la comisión directiva de Apronor, y actual socio de la entidad. La trilla, en el mejor de los casos, servirá para salvar la semilla.

“Y esta situación es generalizada, porque todo el mundo está ofreciendo máquina; se ve que no hay cosecha para nadie”, añadió.

Terán ratificó la mala situación con el trigo que había graficado el vicepresidente de Apronor. “Yo dejé pedazos de lotes sin trillar; y en mi campo, el 80% de los lotes arrojó un rendimiento bajísimo, de apenas 400 kg/ha, según estimo”, dijo.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios