En 2015, los fiscales Adriana Giannoni (ya jubilada) y Diego López Ávila, por la cantidad de detenidos en las comisarías, presentaron un hábeas corpus a favor de los presos, los policías y los vecinos de las dependencias policiales. Pero nunca nadie se imaginó que siete años después, los habitantes de Barrio Norte, terminarían sufriendo las consecuencias de la crisis carcelaria. Ayer a la madrugada, el segundo motín en la Brigada de Investigaciones en dos meses generó alarma entre los vecinos de Junín al 800 y zonas aledañas.
Cerca de la medianoche, unos 25 presos comenzaron a protestar por las condiciones en que se encontraban y para que se les amplíen los días y horarios de visita. Los hombres de la Brigada, al mando de los comisarios Diego Bernachi, Miguel Carabajal y Jorge Dib, lograron sofocar la revuelta después de dos horas.
“Teníamos los matafuegos cargados y los colchones son los que no se prenden fuego. De todas maneras, los detenidos fueron atendidos por el personal de emergencia que llegó para atenderlos. No hubo lesionados”, informó el comisario Dib, jefe de la ex Brigada.
“Nos asustamos mucho porque nos despertamos con el sonido de las sirenas de las ambulancias y los griteríos de los familiares de los detenidos. No entiendo cómo se enteraron de que se había iniciado un motín”, explicó la vecina Azucena García. “Afortunadamente no pasó nada, pero ya llegará el día en el que se desate una tragedia. Evidentemente, por el movimiento que se observa al mediodía y al atardecer, hay muchos hombres encerrados allí”, analizó en una entrevista con LA GACETA.
“Es increíble que los habitantes de esta zona tengamos que vivir con el corazón en la boca por los problemas que se generan en ese edificio. Si no son los problemas cloacales, son los familiares que vienen a visitarlos y ahora los motines. Deberían sacarlos de este lugar”, opinó Gustavo Usandivaras.
María Laura Natale agregó: “lo de anoche fue un espanto. Parecía Ucrania. Los gritos de mujeres, las sirenas y las corridas de los policías formaron parte de una situación que generó preocupación entre los vecinos, Muchos salieron a filmar lo que estaba sucediendo. Otros observaron espantados lo que sucedía”,.
Un problema
El 12 de agosto, la misma dependencia policial también fue escenario de un motín. Los reclamos fueron prácticamente los mismos. Pero en esa oportunidad, por la protesta, 30 detenidos fueron trasladados al penal de Villa Urquiza para descomprimir la situación. Sin embargo, la medida fue como sacarle un vaso de agua al Cadillal. Ayer, ese viejo edificio contaba con unas 120 personas alojadas, un 30% más de lo que había cuando se registró el primer incidente.
Los defensores de los detenidos confirmaron a LA GACETA las pésimas condiciones en que se encuentran. “A los menos peligrosos los tienen hasta en las oficinas porque no tienen lugares. Las condiciones son paupérrimas”, comentó el penalista Ernesto García Biagosch. “Lo grave del caso es que, con el nuevo código procesal penal, no deberían estar en las dependencias policiales, ya que se les dicta la prisión preventiva o son condenadas”, agregó el profesional.
Un mapa
En Barrio Norte hay tres lugares donde se alojan los detenidos y todos están sobrepasados en su capacidad. La ex Brigada alberga a unos 120 reos, cuando está en condiciones de recibir 60. En la Dirección de Patrulla Urbana, ubicada en Maipú casi esquina Santiago del Estero, que tiene calabozos para ubicar a 15 personas, actualmente cuenta con 40 detenidos. Y en Santa Fe al 600 se encuentra la División Antidrogas de la Policía Federal, están privados de su libertad 22 hombres, cuando en realidad, no cuenta con calabozos, sino que adaptaron piezas destinadas al personal policial. Fuentes policiales explicaron que en ese lugar llegaron a tener 40 presos, pero desde que consiguieron un lugar en el penal federal de Metán comenzaron a trasladarlos.
“¿Qué? Es imposible. La verdad es que no tenía ni idea de esta situación. Es muy peligroso para todos los vecinos porque están alojados en lugares que no están preparados para eso”, opinó Mario Estévez. “Además no hay que olvidarse de que Barrio Norte es una zona muy transitada, donde hay comercios, establecimientos educativos y bares. Una fuga puede ser desastrosa”, añadió.
Su esposa, María Laura, agregó: “la sede de la Federal está al frente del colegio Nacional. Supuestamente ahí están detenidos los narcos. El día que se escape uno o que haya un plan de fuga con colaboración de terceros, puede llegar a pasar cualquier cosa. ¿Serán conscientes las autoridades de esta situación?”.
Los funcionarios del Gobierno dicen que son conscientes del problema. La obra de construcción del penal de Benjamín Paz avanza a paso firme. También se encuentran en pleno trámite las alcaldías de Las Talitas, Banda del Río Salí y Delfín Gallo. Sin embargo, ninguna de estas obras estará lista antes del primer semestre del próximo año.