La Casa Blanca presentó hoy una estrategia de seguridad nacional largamente demorada que busca contener el ascenso de China, al tiempo que reitera la importancia de trabajar con los aliados para abordar los desafíos que enfrentan las naciones democráticas.
El documento de 48 páginas, que se retrasó por la crisis de Ucrania, no incluye grandes cambios de pensamiento ni introduce nuevas doctrinas importantes para la política exterior de Joe Biden. En cambio, destaca la opinión de la Casa Blanca de que el liderazgo de Estados Unidos es clave para superar amenazas globales como el cambio climático y el ascenso de regímenes autoritarios.
Incluso después de la invasión rusa, China representa el desafío más importante para el orden mundial, afirma el documento. Estados Unidos debe ganar la carrera armamentística económica con la superpotencia si espera mantener su influencia en todo el mundo, afirma.
"La República Popular China alberga la intención y, cada vez más, la capacidad de reconfigurar el orden internacional a favor de uno que incline el campo de juego global en su beneficio, incluso cuando Estados Unidos sigue comprometido a gestionar la competencia entre nuestros países de forma responsable", dijo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan.
El funcionario destacó que Estados Unidos debe gestionar la relación con China al tiempo que se enfrenta a un conjunto de retos transnacionales que afectan a la población de todo el mundo, como el cambio climático, la inseguridad alimentaria, las enfermedades contagiosas, el terrorismo, la transición energética y la inflación.
El presidente Biden aún debe resolver algunos debates clave de política exterior, como los aranceles a los productos chinos establecidos por Donald Trump, que costaron miles de millones a los importadores, y enfrenta a otros nuevos puestos en evidencia por las acciones de Rusia, entre ellos el desgaste de las relaciones con Arabia Saudita y la dependencia de India de la energía rusa.
Sullivan se hizo eco de los comentarios de Biden de principios de semana en el sentido de que Estados Unidos está "reevaluando" su relación con Arabia Saudita después de que la OPEP+ anunciara la semana pasada que recortaría su objetivo de producción de petróleo a pesar de las objeciones de Estados Unidos.
Se supone que la administración debe enviar la estrategia al Congreso al mismo tiempo que presenta su propuesta de presupuesto. Eso ocurrió el 28 de marzo.