Cachetazo a la ilusión. Eso significó el triunfo 2-0 que Racing Club le propinó anoche a un Atlético que en Avellaneda jugó su peor partido en el torneo y lo pagó caro: no se bajó de la lucha por el título, pero a tres fechas del final perdió una oportunidad de oro para certificar sus credenciales.
Del otro lado del Riachuelo, Hugo Ibarra y sus muchachos deben haber esbozado una sonrisa: el “Xeneize” cerró la fecha arriba, con una luz de ventaja sobre Racing y Atlético, y el partido pendiente ante Gimnasia y Esgrima como as en la manga. Todo parece a pedir de Boca.
Fue una noche en la que todo le salió mal al “Decano”, signada desde la madrugada del partido por un inesperado “horror” de Carlos Lampe, que casi nunca suele fallar, pero anoche lo hizo y el equipo lo sintió.
Era previsible, Racing salió hecho una furia, empujado por un estadio lleno de bote a bote. Y lo que la impericia del local no consiguió en dos chances netas, se lo facilitó la duda futbolísticamente “fatal” de Lampe.
El arquero boliviano ni eludió a Enzo Copetti ni tocó la pelota adecuadamente hacia Nicolás Thaller. En contraposición, el centrodelantero no se complicó, no se anduvo con vueltas, tocó al arco vacío y puso a delirar al “Presidente Perón”.
Tamaño regalito desde el vestuario puede condicionar sobradamente a un jugador y a un equipo. Claro que Lampe es un tipo experimentado, y Atlético, si llegó a la cima, no es precisamente por escasez de méritos y recursos. Pero el impacto anímico se extendió durante el resto de un cotejo que la visita sufrió de principio a fin.
El partido que había imaginado Lucas Pusineri, con la sorpresiva apuesta por Ramiro Ruiz Rodríguez para salir rápido de contra, ya no existía, apenas duró cinco minutos.
Pese a ello, el “Decano” tuvo sus posibilidades para empatar. El motor de su esperanza fue la pegada de Ramiro Carrera y el estado de gracia en el que se encuentra Mateo Coronel. Ambos fallaron sus chances (el delantero casi la mete tras una corrida memorable), en medio de un contexto híper-conocido: el conjunto de Fernando Gago retrocede mal y defiende peor las pelotas paradas.
Pero claro, lanzado frenéticamente al ataque, Racing sabe cómo herir rivales. Y lo hizo por partida doble antes del entretiempo: tanto anulado al colombiano Johan Carbonero (offside de Leonardo Sigali) y golazo del chileno Eugenio Mena.
Si había un partido en el cual Pusineri podría haber movido el tablero en el intervalo buscando un urgente cambio de rumbo, era este.
Pero el extécnico de Independiente no es afecto a dar golpes sobre la mesa, al menos cuando el partido ya está en marcha. De hecho, se demoró un cuarto de hora más para meter a las dos “torres”, Cristian Menéndez y Augusto Lotti. Más tarde, la apuesta ofensiva se extendió a Ignacio Maestro Puch, sin otorgar dividendos tampoco.
La más clara para la visita fue un cabezazo de Bruno Bianchi que reventó el travesaño. El arquero Gabriel Arias casi no tuvo motivos de inquietud (salvo un remate apenas ancho de Lotti sobre el epílogo), mientras que Lampe trabajó un poquito más (salvó lo que habría sido golazo de Carbonero y 3-0).
El “Cilindro” fue una fiesta, la gente sueña con que el gran año del equipo de Gago sea coronado con un título de Liga (anoche ya aseguró su cupo a la próxima Copa Libertadores). Nota al margen: la pelea entre Carlos Alcaraz y Edwin Cardona, con la ejecución de un tiro libre como detonador.
Pese a su lógica frustración, los hinchas del “Decano” también tienen motivos para seguir soñando. Después de todo, si les hubieran dicho a principio de torneo que a tres fechas del final estarían ubicados a un punto de la cima, no se lo habrían creído; además se vienen dos partidos en casa, como para seguir soñando.
1 x 1
Carlos Lampe (3)
Casi nunca falla, pero su error fue determinante. Ese gol arruinó los planes de Pusineri. Tuvo un partido para el olvido.
Martín Garay (5)
Marcar a Carbonero fue una tortura para el lateral. Perdió mucho más de lo que ganó y no pudo proyectarse en ataque.
Bruno Bianchi (5)
Fue el mejor de la defensa, pero sufrió ante Copetti. Entró en la desorganización colectiva, sobre todo en el primer tiempo.
Nicolás Thaller (4)
Tarde en algunos cierres, liviano en la marca. Bajó su rendimiento en relación al partido anterior. Llegó a la quinta amarilla.
Matías Orihuela (5)
No atacaron demasiado por su sector, sin embargo sufrió cuando Rojas lo encaró con pelota y espacios.
Renzo Tesuri (4)
En su afán de correr a todos desde atrás muchas veces terminó siendo contraproducente para el equipo. Flojo partido del volante, como ante Patronato.
Guillermo Acosta (4)
Primer tiempo olvidable. Levantó en la segunda etapa, pero estuvo muy impreciso con la pelota en sus pies.
Joaquín Pereyra (5)
Se lo notó cansado. No pudo generar situaciones de peligro debido a que el “Decano” casi no pudo controlar el juego.
Ramiro Carrera (5)
Puro corazón. Intentó mucho, no le salió casi nada, pero no claudicó. Fue el único que entendió lo que se jugaba el “Decano”.
Mateo Coronel (5)
Tuvo una y no fue golazo por muy poco. Quedó aislado del resto del equipo durante gran parte del juego.
Ramiro Ruiz Rodríguez (4)
El gol tempranero atentó contra su juego. Puso voluntad, aunque no participó en jugadas peligrosas.
Cristian Menéndez (-)
No pudo generar peligro.
Augusto Lotti (-)
No entró demasiado en juego.
Ignacio Maestro Puch (-)
Entró con actitud, pero no gravitó.
Eugenio Isnaldo (-)
No participó del juego.