Gabriel Rolón: “La palabra no alcanza para decirlo todo”

Gabriel Rolón: “La palabra no alcanza para decirlo todo”

Psicoanalista y autor de destacada trayectoria en los medios, presentará hoy “Palabra plena” en el Mercedes Sosa.

HISTORIAS DE DIVÁN. El psicoanalista, escritor y performer Gabriel Rolón pone en escena textos reflexivos. HISTORIAS DE DIVÁN. El psicoanalista, escritor y performer Gabriel Rolón pone en escena textos reflexivos.

“Somos humanos en tanto habitamos un mundo de palabras. Un mundo lleno de seres y paisajes que no veremos jamás, y sin embargo nos recorren”, sostiene el psicoanalista Gabriel Rolón al describir el tema de su espectáculo “Palabra plena”, que presentará hoy a las 21 en el Teatro Mercedes Sosa.

“No siempre que hablamos decimos algo de nosotros. La única palabra importante es la que lleva nuestra sangre. La que nos modifica una vez pronunciada. Esa es una palabra que nos compromete y nos define. Esa es una palabra plena”, define el autor de reconocidos libros sobre casos psicoanalíticos.

La puesta cuenta con dirección de Carlos Nieto y música Original de Gabriel Mores.

Comunicación fallida

En diálogo con LA GACETA, el escritor aclaró que espectáculo se refiere a la palabra pero no enfoca especialmente el tema de la comunicación.

“La teoría de la comunicación se mueve a partir de un esquema que no tiene mucho que ver con el lugar que el psicoanálisis le da a la palabra -explicó-. Para ellos existe un emisor, un receptor y un código y estos elementos permiten que la comunicación sea posible. Para nosotros, en cambio, toda comunicación es fallida porque la palabra no alcanza para decirlo todo. Es nuestro destino como humanos. Estamos condenados a decir las cosas con palabras y a que éstas no lleguen al destino de comunicar lo que en verdad deseamos decir”.

- ¿Se puede estar muy comunicado pero a la vez sentirse solo?

- Siempre estamos solos. A veces el amor genera la ilusión de que esa soledad es posible de evitar. Pero todo aquel que sea sincero consigo mismo se dará cuenta de que, más tarde o más temprano, la soledad nos alcanza.

- ¿Por qué es más fácil pelearse por whatsapp que cuando se discute en persona?

- Quizás porque por las redes se evita poner el cuerpo, y ese no es un detalle menor. La virtualidad deja la ilusión de que existimos independientemente de nuestro cuerpo, pero Freud señaló que el Yo es antes que nada un Yo corporal. Y es así. Cada uno de nosotros habita dentro de un cuerpo y si éste no se pone en juego en algún momento, todas las relaciones serán apenas ilusorias.

- ¿La angustia que lleva a alguien al consultorio siempre se vincula con el amor o la muerte?

- Siempre. El amor puede ser a una persona, una vocación, a la juventud o la libertad, por ejemplo. Y la muerte la de un sueño, una pareja, un ser amado o la propia muerte. Pero en cualquiera de sus semblantes son los únicos temas importantes de la humanidad.

- ¿Qué opina del humor como filtro o manera de asumir la realidad?

- El humor es fundamental para enfrentar un universo tan cruel. El psicoanálisis nació en parte del estudio del chiste. Es una de las maneras que tiene el inconsciente de hacerse oír. El mundo es un lugar difícil donde todo lo que amamos muere o morirá en algún momento, nosotros incluidos. Por eso, el modo en que se atraviesa este recorrido es fundamental para evitar una existencia atormentada. Y el humor, aunque mejor sería decir el buen carácter, es una ayuda invaluable.

- La ficción es solamente un entretenimiento o puede ayudarnos en nuestra salud psíquica?

- Leer un buen libro, ver una buena obra de teatro o una película inteligente generan estímulos que siempre ayudan.

- ¿Ya no hace radio o TV? ¿Piensa volver a esos medios?

- En este momento estoy yendo cada quince días a realizar una columna radial a “Perros de la calle”, el programa de Andy Kusnetzoff. Soy muy feliz haciéndolo, pero con eso estoy satisfecho. No me inspira el deseo de tener un programa radial o televisivo permanente. Al menos por ahora. Pero ya sabe usted como es el deseo. A lo mejor dentro de un tiempo juego mis sueños nuevamente por alguno de los medios. Aunque lo veo como una posibilidad cada vez más lejana.

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