¿Conviene criar a los niños en el veganismo?: qué dicen los especialistas

¿Conviene criar a los niños en el veganismo?: qué dicen los especialistas

Cada vez son más las familias que eligen este tipo de alimentación. La planificación y suplementación encabezan la lista de prioridades para quienes busquen inculcar estos hábitos en niñas y niños.

¿Conviene criar a los niños en el veganismo?: qué dicen los especialistas
03 Octubre 2022

Según un estudio de la Unión Vegetariana Argentina (UVA) publicado en 2020, el 12% de la población argentina es vegana o vegetariana. Si bien no existen estudios más recientes, el movimiento ha avanzado en concientizar a la población y la tendencia refleja que más personas han hecho la transición hacia este tipo de alimentación.

Así, ya existen familias completas que adoptaron este hábito de alimentación. En ese contexto, hay niños que desde que nacen adquieren los mismos hábitos que sus padres y surge la pregunta: ¿Esto puede afectar su crecimiento? ¿Es posible crecer y desarrollarse con normalidad siendo vegano?

El consenso entre especialistas sugiere que la respuesta es afirmativa, aunque es necesario prestar atención a ciertos aspectos.

Los nutrientes críticos

Existen un grupo de nutrientes “en riesgo” en las dietas veganas, porque las fuentes más comunes de esos elementos son de origen animal, según lo explican desde la Sociedad Argentina de Pediatría. De todas formas, con una adecuada planificación puede lograrse el aporte de la mayoría de ellos a través de la suplementación.

Entre esos nutrientes quizás la más conocida es la vitamina B12, pieza clave en el desarrollo neurológico de los niños y niñas. “Si a partir de los seis meses la alimentación de un niño vegano no se suplementa puede tener retrasos motrices, en el habla y en el crecimiento, efectos que no son inmediatos sino que se ven con el tiempo”, explica Sofía Alzuarena, nutricionista especializada en alimentación vegetariana y vegana.

Otros nutrientes que precisan ser suplementados son el Omega 3 y la vitamina D, clave para todas las personas. Por último, también es necesario monitorizar los niveles de hierro: según los planes materno-infantil es obligatoria su suplementación. Estos se suministran a partir de gotas por vía oral.

“Los problemas neurológicos suelen verse como problemas asociados al veganismo, pero en realidad es consecuencia de la falta de información”, dice Alzuarena.

A la misma lista se suma finalmente el aporte proteico ante la diferente calidad biológica de las proteínas de fuente vegetal, a través del calcio y el zinc.

Los controles y la importancia del seguimiento

“Los niños están en una etapa de crecimiento rápido, y sus necesidades nutricionales van variando en cada etapa”, señala María Verónica Zamuner, médica pediatra especializada en nutrición y miembro de SAP en Córdoba.

Los profesionales coinciden en que lo primordial es que la familia esté informada en todo el proceso.

Muchas veces hay especialistas que de alguna manera “retan” a las familias y rechazan su elección alimentaria. Allí el grupo queda desamparado y no recibe la información necesaria. Lo ideal sería derivarlo a otro profesional del campo específico.

En los análisis regulares pedidos por los médicos se valora la existencia de un estado de anemia y el nivel de hierro en el organismo. También se hacen dosajes de vitamina B12, zinc plasmático, calcio y vitamina D. A su vez, en adolescentes se puede sumar una densitometría ósea para valorar el grado de osteopenia.

Según Zamuner, la valoración que hace el pediatra en las consultas de seguimiento es de la salud global del niño, niña o adolescente, independientemente de su alimentación. Eso incluye el crecimiento (tamaño físico) y el desarrollo (evolución psicomotora).

“En caso de detectarse retrasos o alguna desviación del desarrollo normal, se solicita la intervención de especialistas idóneos, como neurólogos, fisioterapeutas o fisiatras. Además, cuando ya hay afectación, es importante un tratamiento completo multidisciplinario, incluida la rehabilitación”, agrega.

La lactancia

La leche materna aparece como el alimento principal en bebés. Por eso también es necesario que una madre vegana o vegetariana se asesore correctamente y se suplemente con B12 para nutrir al niño.

Desde la SAP, no recomiendan el uso de fórmulas caseras (basadas en leches de plantas, frutos secos o semillas), ya que están asociados con problemas nutricionales en los lactantes.

A su vez, Alzuarena apunta a que si bien la lactancia materna es ideal porque con ella se cubren los requerimientos nutricionales básicos, existe una leche de fórmula vegana aprobada para el consumo.

Incorporar herramientas

Luego de los seis meses, los niños empiezan con la alimentación complementaria, cuando de poco van incorporando alimentos sólidos. A partir de allí, sus requerimientos van cambiando periódicamente, y los chequeos deben mantenerse regulares.

En ese punto, la visita a la nutricionista apunta a generar estrategias para incorporar más comidas que se traduzcan en fuentes de proteína y grasas.

También es clave hacer hincapié en preparaciones aptas para administrar nutrientes a los niños, por ejemplo frutos secos en forma de leches o galletas, usándolos en harinas, frutas y verduras, en licuados, sopas o helados, y de semillas en forma de untables.

“Cuando el niño ingresa a la edad escolar el entorno muchas veces pasa a ser un problema, porque no está contemplado lo vegano o vegetariano. A veces sucede que hay opciones sin lácteos, pero no porque haya estado planificado para ellos”, señala Alzuarena.

“Hay familias que solicitan una prescripción médica específica para llevar a la escuela a estos fines. Es un tema que está verde aún, pero es necesario que las familias lo exijan para que haya un cambio”, cierra.

Por Alejandra González

Este texto fue publicado originalmente por La Voz. Se reproduce aquí con autorización correspondiente.

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