San Martín: esos errores que se pagan con sangre

San Martín: esos errores que se pagan con sangre

San Martín ganaba en Jujuy, pero en el arranque del segundo tiempo no supo definirlo y le dio la chance a Gimnasia de llegar el empate. El 1-1 complica el futuro de cara al Reducido

DESCONCIERTO. La expresión de los jugadores de San Martín resumió la disconformidad que les dejó el empate en Jujuy. Fotos de Rodolfo Gutierrez (Especial para La Gaceta) DESCONCIERTO. La expresión de los jugadores de San Martín resumió la disconformidad que les dejó el empate en Jujuy. Fotos de Rodolfo Gutierrez (Especial para La Gaceta)

Cuando el torneo ingresa en etapa de definiciones, el margen de error debe ser mínimo. Un equipo que tiene pretensiones de lograr cosas importantes no puede darse el lujo de entregar licencias, mucho menos ante equipos que juegan sólo por cumplir con el calendario; porque cada yerro, en este tipo de instancias, se paga con sangre.

Anoche, en el amanecer del segundo tiempo, San Martín cometió un error capital; de esos que duelen muchísimo y que pueden ser determinantes a la hora de las definiciones. El gol de Matías Palavecino se dio producto de una sucesión de malas decisiones de un San Martín que hasta ese momento había hecho las cosas de manera correcta.

El volante jujeño tomó la pelota casi en tres cuartos de cancha y tuvo tiempo de controlar, darse vuelta, acomodarse y elegir el lugar a donde quería que fuera la pelota. Nadie le salió, ningún jugador intentó bloquear el tiro y, para colmo de males, Nicolás Carrizo estaba mal parado. La bola entró mansita contra el palo derecho, decretó el 1-1 y castigó a un “Santo” pecador.

Hasta el empate del “Lobo”, el plan ideado por Pablo De Muner había salido a la perfección. Sin encontrar su mejor versión, esa que el entrenador tanto pide, San Martín estaba haciendo un partido inteligente.

Esta vez había entregado la posesión de la pelota y, agrupado bien de mitad de cancha hacia atrás, había controlado al dueño de casa con la idea de salir de contra; con la virtud de haber mostrado una efectividad del 100 por ciento.

Brian Andrada había comandado un ataque, la cesión para Federico Jourdan resultó correcta y el preciso centro pasado encontró a un Juan Miritello que acertó un pleno de cabeza.

Antes del empate jujeño, el “Santo” tuvo dos chances para sentenciar el juego, pero no estuvo lúcido en los metros finales y para encima, se topó con un Julio Chiarini brillante.

Pero a partir del pecado en el 1-1, el “Santo” se derrumbó. Se volvió una bolsa de nervios, equivocó los caminos, abusó de los centros (que además fueron malos) sobre el área local y para colmo se expuso en defensa.

Gimnasia no le ganó porque no estuvo fino en los últimos metros; porque chances tuvo. Carrizo le tapó un gol hecho a Palavecino; lo que pudo haber hecho que la noche sea mucho peor para la visita.

Pero el 1-1 es casi como una derrota; y lo sabe el “Santo” que empató demasiado en la temporada y eso hizo que los objetivos comenzaran a alejarse.

Así como cuatro fechas antes del final del campeonato vio como se le evaporaba el sueño de ascenso directo, en la fría noche de la “Tacita del Plata” complicó su futuro.

Si mañana Gimnasia de Mendoza derrota como local a Estudiantes de Buenos Aires perderá el tercer puesto y hasta podría quedarse sin chances de pelear por el segundo lugar en la última jornada si es que Instituto gana en su visita a Deportivo Morón.

Todo por culpa de no saber manejar un partido que estaba a pedir de boca y por cometer ese tipo de errores que figuran en los mandamientos de lo que un equipo no debe hacer si es que quiere apuntalar un sueño.

1 x 1

Nicolás Carrizo (6)

Si bien tuvo responsabilidad en el gol de Gimnasia al estar mal ubicado, sobre el final tapó lo que hubiera sido el 2-1.

Ulises Abreliano (5)

Correcto en la marca. Intenté ser salida, pero tomó malas decisiones y no pudo generar nada de mitad de cancha hacia adelante.

Hernán Pellerano (6)

De lo mejor en la defensa: sólido, con voz de mando. Ganó todas las jugadas en que intervino, por arriba y abajo.

Fernando González (6)

Firme en la marca, le ganó siempre a Leandro González. Supo cubrir el lateral cuando Diarte se proyectaba hacia el ataque.

Lucas Diarte (6)

Bien en la marca. Fue uno de los que más intento contagiar al equipo tras el empate, pero no pesó en los metros finales.

Valentín Larralde (4)

No aporto marca ni juego. Flojo en la toma de decisiones.

Rodrigo Herrera (7)

De lo mejor de San Martin. Se bancó solo la mitad de la cancha. Corrió, metió, marcó y hasta intentó generar fútbol.

Cristian Llama (4)

Floj partido. Perdio la mayoría de las pelotas que tocó y no pudo aportar ni marca ni juego.

Federico Jourdan (4)

Aportó el centro del gol y poco más. Perdió en casi todas las intervenciones. Terminó exhausto.

Juan Miritello (6)

Metio el gol en la chance que tuvo y muchas veces pivoteó para ayudar en la generación de fútbol.

Brian Andrada (5)

Fue el que armó la jugada del gol, pero con el correr de los minutos fue perdiendo protagonismo y pimienta en los metros finales.

Mauro Verón (-)

Puso muchas ganas cuando ingresó en el complemento, pero casi que no le llegó ninguna pelota.

Diego Sosa (-)

No gravitó, no generó fútbol, estuvo impreciso en el 1 contra 1 y se lo notó como perdido en la cancha.

Bruno Nasta (-)

Entro sobre el final del partido y solo pudo aportar algunos pivoteos en los minutos que tuvo.

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