“Es muy difícil contar todo lo que pasó desde esa noche. Nunca imaginé que sufriría porque casi matan a mis hijos. Ellos no toman, no fuman y prácticamente no salen de noche. Siete violentos arruinaron la vida de varias familias”, aseguró Rebeca Toranzo, la madre del adolescente de 15 años que se encuentra internado por la feroz golpiza que recibieron en la plaza Urquiza. Los tres procesados por este caso, todos mayores, recuperaron la libertad.
El sábado, en una casa del barrio Viamonte, cinco adolescentes (todos de entre 15 y 16 años) se habían reunido para pasar la noche. “Le pidieron permiso a su padre para ir a comer algo a un bar que está ubicado en Maipú y Sarmiento, donde van siempre. Él en principio se opuso porque trabaja de noche y sabe de los peligros, pero terminó aflojando”, contó la mujer.
Los chicos cuyos nombres se mantienen en reserva por cuestiones legales, después de terminar de comer unos sandwiches, salieron a la calle a buscar un taxi para regresar a su casa. “A la altura del supermercado que está sobre la Sarmiento, se toparon con un grupo de jóvenes que comenzaron a gritarles cosas. Ellos se asustaron y prefirieron ir hasta la plaza Urquiza para tomar un auto o buscar un policía para pedir protección, después vino lo peor”, explicó Toranzo.
Y lo peor es el relato de la agresión que sufrieron. “Los chicos, al ver que no podían librarse del acoso de estas personas, se dirigieron a la esquina de 25 de Mayo y Sarmiento. De tantas provocaciones, uno de mis hijos reaccionó y devolvió los insultos. Ahí empezaron a pegarles”, explicó.
En la denuncia policial, se asegura que siete jóvenes atacaron al grupo de amigos que intentaron responder a los golpes, pero que terminaron lesionados al ser menos y porque los agresores eran todos mayores y de mayor contextura física. “Un agresor vino y le pegó un golpe de puño a uno de mis hijos que le quebró un diente. Su hermano gemelo, al ver lo que le estaba pasando, fue a defenderlo. Le pegaron una patada que le provocó una fractura de tibia y peroné. Ayer lo operaron y le pusieron un clavo de 45 centímetros que lo tendrá toda su vida”, agregó.
Una audiencia
Varias personas que observaron la agresión, fueron en auxilio de las víctimas. Los atacantes corrieron por diferentes lugares. Personal del servicio 911 intervino a los pocos minutos. “Le pidieron a los chicos que les cuenten cómo estaban vestidos para salir a buscarlos. Eso hicieron y al ratito, un motorista, a través de una videollamada que le hizo a un compañero, les mostró las imágenes de tres demorados. Como los reconocieron, terminaron siendo aprehendidos”, explicó la mujer.
En una audiencia realizada el lunes, el auxiliar Ybañez, Ricardo, por pedido del fiscal Carlos Saltor, solicitó que se acuse a Nahuel Carabajales, Pablo Agustín Viscido y Patricio Alonso Asensio por lesiones graves. También solicitó que se le dicte la prisión preventiva por tres meses.
La jueza Cynthia Lorena Rocha aceptó parcialmente el planteo, ya que le pareció correcta la imputación, pero rechazó que continúen detenidos. Ordenó que para recuperar la libertad, debían confirmar una caución de $ 250.000 cada uno.
“La verdad es que no puedo creer la resolución. Mientras lloraba como Magdalena, ellos se reían. La jueza les llamó la atención a los tres diciéndoles que sean serios porque estaban siendo acusados de un delito grave”, indicó Toranzo, que informó que los tres jóvenes, de entre 19 y 21 años, quedaron el jueves en libertad.
La mujer contó otra situación. “Con mi esposo, en un primer momento, queríamos mantener en silencio este caso. Nos pusimos en el lugar de los padres de estos chicos y pensábamos que podrían estar sufriendo. Pero al ver que ni siquiera reaccionaron cuando estaban riéndose, decidimos ir hasta las últimas consecuencias. Todos tienen que pagar por el daño”, finalizó la madre de dos agredidos.