Hoy en día, en 2022, encarcelar a los que idearon un plan sistemático para desaparecer personas nos parece lo más lógico, pero en la Argentina de 1985, con una democracia todavía un poco débil, quizás no era tan obvio y hasta había gente que no creía en la posibilidad de llevar adelante un juicio de esta magnitud. La película de Santiago Mitre está inspirada en la historia real de ese juicio, el acontecimiento que marcó la historia de nuestro país. El juicio a las juntas militares, en el que se juzgó a las principales autoridades de la dictadura militar.
El film tiene dos caras de la misma moneda. Por un lado tiene una de las estructuras narrativas más usadas en la ficción, el camino del héroe. Un viaje iniciático que debe hacer el protagonista para alcanzar su objetivo, en este caso hacer justicia. Julio César Strassera, un funcionario judicial que ingresó en 1976 como Secretario de Juzgado y, ya como fiscal, no tuvo durante el Proceso de Reorganización Nacional una actuación precisamente valiente (algo que el film esboza en un par de escenas). Este hombre tiene que ganar el juicio. A este héroe se le suma un grupo de jóvenes que van a estar encargados de llevar adelante una investigación contra la cúpula militar y tendrán que hacerlo en tiempo récord, ellos se transformarán en el grupo underdog. Un equipo de personas con pocas posibilidades de ganar.
Hasta acá la película cuenta con estructuras bastante clásicas del cine hollywoodense. Pero mientras corren los minutos de la producción vamos encontrando detalles que nos hacen ver la mano de Mitre detrás de todo esto. Por ejemplo en la maravillosa recreación de época que hay, o la química que se ve entre los actores, los momentos de humor quizás no tan evidentes pero sí están presentes. La mirada que hay sobre la política de esos años y la decisión de no mostrarlo al ex presidente Raúl Alfonsin pero si escucharlo, y a su vez la decisión de sí mostrarlo al ministro Antonio Tróccoli. Esto tiene que ver con una intención de dejar bien marcado que el ministro Tróccoli no estaba tan a favor de enjuiciar a los militares.
En el otro lado de la moneda tenemos a las mujeres del film. Mujeres que no están en roles protagónicos pero que sin ellas nada se hubiera realizado. La esposa de Strassera, protagonizada por Alejandra Flechner, es quien de una u otra manera va empujando al fiscal para que acepte su rol en el juicio. La madre de Luis Moreno Ocampo, que si bien aparece muy poco tiene bastante peso narrativo, a través de ella vemos el impacto que causó el testimonio de Adriana Calvo de Laborde en toda la sociedad. Adriana es el testimonio central en la película, el más fuerte y el que verdaderamente hizo un antes y un después en el juicio. Muy bien caracterizada y si repasamos el archivo, por momentos hasta es casi parecida. Y por último las Madres de Plaza de Mayo, que si bien salen muy poco su espíritu está en todo lo que vemos.
El conjunto de la dirección, las actuaciones y el guión consiguen que las dos horas y media de película fluyan con recursos cinematográficos, elegancia, muchísima emoción y sin baches narrativos. Esta es quizás la producción que mejor retrata el momento actual del cine local. El mejor cine de los últimos años, renovado, con grandes producciones y sin miedo a lo comercial.
Argentina 1985 es una historia de héroes que no quisieron ser héroes, querían hacer su trabajo, buscar justicia. No estamos ante una película sobre la dictadura, estamos ante una película hecha para mantener la memoria viva.