¿Cuál es la explicación de la fuerte baja que ha registrado las tasas de pobreza y de indigencia en el aglomerado urbano del Gran Tucumán-Tafí Viejo? ¿Cómo es posible que en el primer semestre de este año, la cantidad de personas que no llegan a completar el ingreso promedio para salir de ese flagelo social se haya reducido en 98.560 casos?
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló ayer que, en el caso del Gran Tucumán-Tafí Viejo, la tasa de pobreza fue del 35,1% para el primer semestre de este año, casi 11 puntos porcentuales menos que en igual período de 2021 (fue del 46,2%). Eso implicó que 319.630 personas de los 911.830 habitantes del aglomerado urbano no pudieron subir un escalón en la pirámide socioeconómica, pero sí lo hicieron 98.560 casos. La indigencia, a su vez, afectó al 5,8% de la población (53.159 casos) y se redujo prácticamente a la mitad, de acuerdo con los registros oficiales. El índice tucumano de pobreza estuvo muy cerca del promedio nacional (36,5% y equivale a 17,3 millones de personas), algo poco usual si se revisa la serie histórica. A su vez, fue el índice más bajo desde el segundo semestre de 2018, cuando alcanzó al 32,2% de la población del área metropolitana provincial. Hasta aquí la explicación oficial respecto de la evolución de las estadísticas difundidas por el organismo que conduce Marco Lavagna.
Bajo un análisis más profundo respecto del comportamiento de los indicadores socioeconómicos hay dos factores que sobresalen para llegar a una conclusión acerca de lo que sucedió para que la pobreza y la indigencia bajaran con fuerza: la mejora del nivel de empleo (en su mayoría informales) y el otorgamiento de subsidios estatales, que mejoró la percepción de ingresos en un grupo familiar, particularmente por el denominado “Plan Platita” en medio de un año de elecciones parlamentarias de medio turno, coinciden los analistas consultados por LA GACETA.
A prima facie, Leopoldo Tornarolli, director del Proyecto Base de Datos Socioeconómicos para América Latina y el Caribe (Sedlac) advierte que hubo varios aglomerados que registraron una fuerte baja de las tasas de pobreza. Entre otros, el Gran Santa Fe tuvo casi un mismo comportamiento que el observado en el Gran Tucumán (una reducción del 50,2% al 40%) y más pronunciado ha sido el descenso en Formosa (del 47,4% al 24,4%, según el Indec). “Exactamente no se pude saber lo que sucedió hasta tanto el organismo estadístico publique los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares, pero los datos laborales permiten observan que en los casos aludidos creció el empleo en el primer trimestre de este año, y más en el segundo, aunque esos puestos sean en su mayoría informales”, acota el economista consultado por nuestro diario. Frente a ese fenómeno, Tornarolli señala que es probable que los estratos sociales más bajos de la población vieron que sus ingresos alcanzaban menos frente a la inflación, pero otros integrantes consiguieron trabajo para costear los gastos familiares. El investigador del Cedlas de la Universidad de La Plata, no obstante, agrega que eso no se replicará en el segundo semestre de este año, ya que a partir de julio la inflación subió con fuerza y la actividad económica comenzó a enfriarse.
En línea con Tornarolli, el economista Eduardo Robinson observa que parte de la reducción de la pobreza está directamente relacionada con el incremento del asistencialismo por parte del Estado. “Si bien, en relación al año pasado hubo una merma de 4 puntos porcentuales de la pobreza a nivel nacional, esa baja no es demasiado significativa si se tiene en cuenta que la medición se hizo en el primer semestre de este año, que tuvo el resabio de las elecciones de 2021 cuando el Gobierno implementó el llamado Plan Platita como una forma de disimular el agudo problema social y la inflación, estuvo en valores promedio del 4,5%. Tal vez el impacto de ese asistencialismo electoral haya sido más fuerte en el caso del Gran Tucumán”, analiza Robinson.
A su criterio, las perspectivas no son alentadoras para la medición del semestre en curso, debido a la aceleración de la inflación, el enfriamiento de la actividad económica por la suba de tasas de interés, por la incertidumbre, el freno abrupto de las importaciones y la baja o nula creación de empleos en el sector privado. “Hay que tener en cuenta que, si no se desacelera significativamente la inflación, será muy difícil reducir la pobreza. Por más que desde el gobierno se sigan promoviendo bonos, para los distintos sectores e incrementos de ingresos o multiplicando los planes sociales, no son una política acertada si no se reduce la inflación”, advierte el consultor.
Daniel Abad, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa), afirma por su parte que no hay que perder de vista que la comparación se hace frente a un año que registró todavía los resabios de la pandemia de la Covid-19 y que ahora hay una suerte de regularización de las tasas a niveles previos a 2020. “El Gran Tucumán tiene una elevada densidad poblacional, que brinda un efecto multiplicador para el trabajo y el consumo, con un empleo público importante (con paritarias a tono con la inflación del momento) y un comercio y una agroindustria en plena zafra. Todo esto mejora los ingresos de las familias y, por lo tanto, la percepción de pobreza se aleja”, explica el consultor. La recomposición del empleo también se ha dado si se observa la tasa de desocupación que, en el segundo trimestre de este año, ha bajado cinco puntos porcentuales respecto de 2021, más allá de que esa franja se haya reinsertado en empleos precarios.
Más allá de todo esto, el Indec ha reflejado además otro dato nacional más que preocupante para las futuras generaciones. La pobreza infantil afectó a 50,9% de los niños y adolescentes que residen en los principales aglomerados urbanos del país. Según el último censo, alrededor de 5,5 millones de chicos menores de 14 años están en la pobreza y 1,3 millón se encuentran afectados por la indigencia.
Las cifras del Gran Tucumán-Tafí Viejo
911.830 personas residen en el principal aglomerado urbano provincial.
73.501 hogares urbanos tucumanos están en situación de pobreza.
319.630 habitantes del área metropolitana provincial son pobres.
53.159 personas que residen en 13.397 hogares son indigentes.