Raco: vecinos piden controles estrictos en la ruta 341

Raco: vecinos piden controles estrictos en la ruta 341

Dicen que sufren constantes robos y remarcan que hay un solo camino para entrar y salir de la villa. Falta infraestructura en algunos tramos

DESDE LAS ALTURAS. Parte de la villa de Raco se puede apreciar en los miradores de Sauce Yaco. DESDE LAS ALTURAS. Parte de la villa de Raco se puede apreciar en los miradores de Sauce Yaco. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI

“En el verano tenemos seguridad. No es garantía de que no te pueda pasar algo pero la villa tiene más movimiento. El tema es que el resto del año tenemos dos policías para todo. Constantemente nos roban cosas de los jardines; son robos menores pero que nunca paran, y los peores dramas son cuando volvés a tu casa de fin de semana y ves que te rompieron la puerta de entrada y te llevaron todo”, señaló Franco Ledesma, uno de los vecinos de Raco que está harto de la seguidilla de hurtos que estaría azotando en las localidades de los cerros tucumanos.

Los vecinos que accedieron a hablar con LA GACETA se quejaron sobre estos hechos y, si bien reconocen que la jurisdicción tiene sus complicaciones a la hora de la prevención, subrayan que también hay una fortaleza que se debería aprovechar más: a la villa turística se entra y se sale por una sola ruta. “Es imposible que pase una camioneta cargada con cosas robadas y que no la vean y no la paren en el control de acceso”, advirtió Mauro Mancilla, otro residente.

“La 341 es la única forma de entrar y de salir de Raco (de arriba). En la entrada a la comuna tenemos un control y sin embargo los robos siguen pasando. Acá nos conocemos entre todos; si fueran personas de aquí las que entran a robar se descubriría rápido. El problema es que los controles están fallando”, sostuvo Lucía Flores, quien acompañaba a una familiar al CAPS de la villa.

“Cuando llamamos a la comisaría es frecuente que nos digan que no hay móvil, o que no hay personal para ir. Este problema lleva años; se lo planteamos al delegado y ahora hay dos vigías comunales que disponen de una camioneta, pero los robos siguen”, agregó la mujer.

Ledesma contó que los cambios que acarreó la pandemia convencieron a varias personas de mudarse definitivamente a las casas que hasta 2020 sólo usaban los fines de semana. “Se dio esa tendencia con la implementación del trabajo remoto. En su momento disminuyeron los escruches, casi a 0, pero este año volvieron a aparecer algunos casos”, lamentó el joven.

Flores, quien siempre vivió en la zona, subrayó que otro problema en el pueblo es la falta de médicos y los problemas que tienen con el agua potable en algunos sectores. Consideró que esos son los problemas principales, pero seguidos de cerca por la inseguridad. Insistió en que los controles sean más estrictos. “En mi experiencia, diría que quienes roban aquí se escapan siempre hacia el este, para la rutas 9 y 340. Es difícil que vayan hacia el otro lado (hacia El Siambón), porque esa ruta que termina en Lules es de tierra y empinada, casi intransitable”, señaló.

Bandas en motos

En la comisaría de Raco reconocieron que los escruches son los delitos graves que más se denuncian; sin embargo, las fuentes marcaron algunas cuestiones que no fueron consideradas por los vecinos.

Explicaron que el control ubicado sobre la ruta sería frecuente, y que desde hace un año es monitoreado por el personal de la comuna (tendría cámaras que registran el acceso y la salida de los vehículos).

Recursos: en total serían cinco efectivos por guardia en la jurisdicción, que va desde el acceso hasta el puente de El Siambón, y que incluye lugares de difícil acceso como la zona de Sauce Yaco. Para ello cuentan con dos camionetas (una donada recientemente por el Ministerio Público Fiscal) y una motocicleta. Además cuentan con la colaboración de los vigías, que tienen una camioneta bordó de la comuna.

La fuente policial recordó además que la última ola de robos frecuentes fue esclarecida, cuando descubrieron que una banda de delincuentes viajaba desde Monteros en varias motos. Cometían los robos y luego huían en la noche por el desolado sector de la ruta que conecta El Siambón con la papelera de Lules. En ese sentido, aclararon que ese sector es más complicado de controlar por la falta de infraestructura sobre el camino para establecer un puesto.

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